CÁDIZ.- El Astillero de
Navantia en San Fernando (Cádiz) abrirá hoy sus puertas para mostrar a
la ciudadanía los diques de reparaciones, los talleres y gradas de
construcción y el área de sistemas y conmemorar así el décimo
aniversario de la compañía cuya dirección ve el futuro como
"esperanzador".
El director de las plantas de San Fernando y Puerto Real, Pablo
López, ha declarado que "este año vamos a
entregar a la Armada australiana las últimas cuatro unidades del
programa de Lanchas de Desembarco, proyecto que podemos calificar de
rotundo éxito; estamos construyendo el Buque de Acción Marítima (BAB)
cuya puesta de quilla y posterior botadura será el año próximo".
"Si a esto le unimos que prevemos poder concretar otras acciones
comerciales de buques idóneos para esta planta, concluimos que después
de una etapa de baja actividad vamos a tener a la planta a pleno
rendimiento", ha asegurado López.
Desgraciadamente no siempre ha sido así. Navantia, como sociedad
pública dedicada a la construcción naval, fue creada en marzo de 2005
por la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI), máxima
accionista y gestora del grupo, como resultado de la segregación de la
empresa pública Grupo Izar.
Desde entonces el astillero, según el lema que reza en su web
"Tecnología para el mar al servicio del cliente", ha luchado por hacerse
un hueco en un mercado con una competencia asiática feroz y una
tendencia al proteccionismo del mercado doméstico.
Sólo en 2012, los astilleros públicos españoles, de los que forman
parte las factorías gallegas de Fene y Ferrol, las gaditanas de Cádiz,
San Fernando y Puerto Real y la murciana de Cartagena, arrojaron unas
pérdidas superiores a los 78 millones de euros.
Desde entonces, Navantia ha ido reduciendo sus números rojos hasta
cerrar 2014 con unas pérdidas netas de 27,2 millones de euros, con el
objetivo de llegar al equilibrio económico en 2016.
López admite que es necesario seguir "impulsando la necesaria
transformación de la compañía para ser competitiva y sostenible" aunque
mantiene que áreas como la de reparaciones están teniendo "volúmenes de
negocio muy superiores a los de años anteriores" donde destaca el
contrato de mantenimiento de los destructores de la US Navy.
Asimismo, para el responsable, el negocio de sistemas "mantiene un
desarrollo muy destacable tanto por su actividad en los programas
navales de construcción como el BAM, como en nuevos proyectos para
armadas extranjeras, o como en la participación muy destacada, en los
programas tecnológicos asociados a la fragata F110".
Los que este sábado se acerquen hasta la factoría isleña, en la que
en los últimos diez años se han construido unos 50 buques, se van a
encontrar personal voluntario que ofrecerá explicaciones directas de los
diferentes procesos además del apoyo de medios audiovisuales.
Una jornada que afrontan "con mucho orgullo e ilusión" y en la que
colaboran también el Ayuntamiento de San Fernando, la Armada y el
personal del Arsenal de La Carraca.
La historia del Astillero de San Fernando se remonta casi tres siglos
atrás, a 1717, cuando se creó el arsenal militar de La Carraca y tras
su actividad como Sociedad de Construcción Naval, de capital inglés y
como Empresa Nacional Bazán de C.N.M. S.A., con titularidad pública, en
el año 2000 se produjo la fusión con Astilleros Españoles que dio como
origen a Izar. Se abrió entonces una de las etapas de mayor "agitación
social".
En sus casi 300 años de historia San Fernando ha logrado hitos como
la construcción del primer navío de línea "La África", de 74 cañones, en
1752, o el diseño y construcción en 1888 en estas instalaciones del
primer submarino eléctrico del mundo, el de Isaac Peral.