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lunes, 15 de noviembre de 2021

Murcia, la región con menos aprecio de los españoles, según un estudio de "Electomanía"


MADRID.- A los que menos "tragamos" los españoles son las Ciudades Autónomas de Ceuta y Melilla, que apenas pasan de 5,5 de nota. No sabemos si es por desconocimiento, por olvido, pero las dos ciudades norteafricanas no cuentan con demasiado aprecio por parte los españoles. Obviando a Ceuta y Melilla, las región española con menos aprecio es Murcia con una nota media de 6,2 y siendo suspendida por navarros, vascos y gallegos.

La rica historia de España hace que las costumbres y los carácteres de las personas sean muy diferentes dependiendo de la zona del Estado en la que te encuentres. Nuestro país cuenta con más de 47 millones de habitantes y como es lógico cada uno de nosotros tenemos nuestras filias y nuestras fobias. Aunque esas filias y fobias suelen ser más comunes depediendo del lugar en el que te encuentres.

Desde siempre, se ha dicho que España es un país de tópicos y que los españoles nos dejamos influenciar por los estereotipos. El catalán tiene fama de "tacaño", el vasco de "bruto", el andaluz de "vago", el madrileño "de chulo" y así podemos enumerar a cada una de las comunidades autónomas de España.

Sin embargo, todos estos pensamientos ha quedado reflejado en una encuesta que se realizó tiempo atrás por el portal Electomanía, web especializada en encuestas y sondeos, y que revela las preferencias de los españoles en cuanto a simpatía o antipatía entre nosotros.

España es un país de contrates, tanto por la riqueza de sus habitantes como por la morfología de cada una de sus 17 Comunidades Autónomas. También lo es a la hora de amar o detestar a una u otra de esas regiones que nos dan un panorama de lo más varipinto. Ese estudio acaba de determinar cuáles son esas comunidades más odiadas y también las más queridas por el conjunto de la población. 

También ha sacado como conclusión que, de entre las otras naciones con las que compartimos fronteras, los españoles nos quedamos con nuestros vecinos de Portugal. En el lado opuesto, ese de los que menos gracia nos hacen, encontramos a Marruecos.

Pero entrando en lo que verdaderamente nos ocupa, saber las filias y las fobias, encontramos cómo Asturias es el territorio más querido por la población nacional, con una nota media de 8 sobre 10. A estos les siguen Galicia y el País Vasco, como segunda y tercera, respectivamente. Claramente, entre nosotros, preferimos a los vecinos del norte que a los de cualquier otra localización. No sabemos si será por su gente, su gastronomía o por cualquier otro tipo de variable, pero lo cierto es que la brújula marca de manera indiscutible hacia un punto cardinal.

En el lado contrario, en el de los odios irraciones -o no, que no conocemos la vida de los encuestados por este estudio-, se situarían las dos Ciudades Autónomas: Ceuta y Melilla apenas pasan del aprobado, con un 5,5 cada una de ellas. El tercero por la cola, es Murcia, que ha esquivado de manera milagrosa el farolillo rojo de esta clasificación. De nuevo, vemos como la tendencia es clara en este apartado, apuntando a las antípodas de los territorios que gozan con el cariño de los corazones españoles.

jueves, 22 de abril de 2021

Religiosa, solidaria y poco moderna: así ven a España en el resto del mundo


MADRID.- En el mundo marcado por la pandemia, la imagen que los ciudadanos de cada país tienen del resto se ha visto considerablemente dañada. Desde Estados Unidos hasta China, pasando por la totalidad de los países europeos, el pesimismo imperante y el malestar emocional erosiona la credibilidad de las instituciones públicas y las naciones pagan por este desprestigio. Todos, en definitiva, valoran peor a todos. Eso sí, a la hora de criticar a España, nadie gana a los españoles, se afirma hoy en El Confidencial.

Esta es la principal conclusión de la novena oleada del Barómetro de la Imagen de España (BIE) presentado este jueves por el Real Instituto Elcano. El informe explica que España, junto al resto de naciones del mundo, ha perdido prestigio de cara a los ciudadanos de los países consultados, obteniendo una valoración de 6.3, un descenso de 0.8 puntos con respecto a 2018, cuando se llevó a cabo el último BIE.

Sin embargo, en términos generales, la imagen de España se mantiene en la misma posición en la que estaba hasta ahora: por debajo de Alemania y emparejada con Italia y Francia —aunque, si solo se tiene en cuenta el voto de los ciudadanos de los estados europeos, Madrid se encuentra ligeramente por encima de Roma y París—. 

Por ello, Carmen González Enríquez, directora del barómetro, calificó de "estable" el prestigio español. La pérdida de reputación internacional con respecto a 2017 es especialmente grave en los casos de Reino Unido, que cayó 1.4 puntos debido en gran medida al Brexit, Estados Unidos, que bajó 1.3 puntos tras la presidencia de Donald Trump, y China, que con 2.3 puntos menos es la principal perdedora de la lista.

El descenso generalizado no resulta inesperado. "También en la anterior Gran Recesión, la iniciada en 2008, se produjo una caída de las valoraciones que afectó a todos los países y a todas las instituciones nacionales e internacionales", explica el informe.

Para conocer más a detalle la percepción de España en el extranjero, los autores proporcionaron a los entrevistados un listado de pares de adjetivos o sustantivos para que decidieran, en cada caso, cuál de ellos era el que mejor definía al país. 

Por orden de mayor consenso, los encuestados procedentes de otros países consideran que España es tolerante (84%, frente a intolerante), inspira confianza (83%, frente a no inspira confianza), solidaria (79%, frente a egoísta) y democrática (79%, frente a autoritaria). También destacan la calificación de religiosa (72% frente a laica) y tradicional (66% frente a moderna), dos asociaciones muy relacionadas con la gran difusión internacional de las fiestas populares y actos colectivos y religiosos españoles como las procesiones de Semana Santa, las corridas de toros o las fallas de Valencia.

Los españoles son mucho más críticos a la hora de responder a este diferencial semántico. Por ejemplo, en el par corrupto-honesto, solo un 23% de los extranjeros se decantan por la primera opción, mientras que un 64% de los ciudadanos nacionales la eligen. 

Lo mismo ocurre en el caso de los adjetivos débil (25% de los extranjeros y 52% de los españoles lo eligen frente a fuerte) y pobre (43% de los extranjeros y 62% de los españoles lo eligen frente a rico). 

"Es un proceso que ya contemplamos en anterior crisis económica", explicó González. "Hay una gran diferencia entre la autoestima de los españoles y la estabilidad de la buena imagen de España en el exterior", un pesimismo que describió como "una rémora para el progreso del país". 

Esta diferencia de percepción también se extiende a la gestión de la pandemia: los españoles la suspenden con un 4,8 mientras que en el extranjero la aprueban con un 5,9.

En lo que sí coinciden españoles y extranjeros es en los aspectos que más valoran del país. La gastronomía (nota de 7,3 para extranjeros y 8,9 para españoles) y la oferta turística del país (7,8 para extranjeros, 8,7 para españoles) lideran la tabla en ambos casos. 

También se tiene en alta estima la sociabilidad de los ciudadanos y, sobre todo, el deporte, el cual, afirmó González, "forma parte crucial de la marca española, por la admiración que provoca fuera y el orgullo dentro".

Por otra parte, el barómetro también evidencia que, en el apartado estratégico europeo, Alemania es la clara líder del continente. Con la excepción de Portugal (que favorece a España), todos los países europeos consultados eligen al país germano como aliado preferido. España sorprende en este apartado: es la segunda opción tanto para Francia como para Italia y la tercera para Alemania (por detrás de Francia y Austria). 

"Los ciudadanos europeos mediterráneos perciben intereses semejantes entre sí y apoyan las alianzas en la zona, pero no aspiran de ningún modo a sustituir con esa alianza el papel de liderazgo que se asigna a Alemania", resume el informe.

martes, 8 de octubre de 2019

Un sociólogo australiano retrata España: “El trauma seguirá aunque la economía mejore”


MADRID.- Cuando el joven Max Holleran aterrizó en Granada a principios de la pasada década como estudiante universitario, se encontró con una España fascinante para la mirada de un futuro sociólogo. “El país atravesaba una crisis de identidad muy interesante en ese momento: había pasado de ser un lugar de emigración a otro de inmigración”, recuerda hoy. “También era un momento en el que la gente estaba reevaluando el estatus económico del país, desde una 'Europa pobre' a un país económicamente boyante con un nivel de vida muy superior”, tal como recoge El Confidencial.

Dos décadas más tarde, Holleran, investigador en la Universidad de Melbourne y editor de la editorial Public Books, ha publicado en 'Journal of Sociology' un retrato de la España de la última década a través de 33 testimonios. "La generación perdida de la crisis de 2008: memoria generacional y conflicto en España" explora la ruptura entre la quinta de la Transición y sus hijos, que volvieron a convertir España en un país de migraciones. Al extranjero, al pueblo o a casa de los padres. Una imagen quizá chocante desde su punto de vista, ya que Australia fue uno de los países menos afectados por la crisis.
“España y Grecia sufrieron más y durante más tiempo tras la crisis de 2008”, recuerda a El Confidencial durante un descanso en la escritura de su primer libro. “Los 'millennials' en España son conscientes de que estos sueldos perdidos les perseguirán durante el resto de sus vidas, tanto como experiencia como por una capacidad de ahorro menor a la de la generación anterior”. El panorama es el opuesto al de la España que se encontró al llegar a Granada. Uno en el que el espejismo se ha desvanecido.
Marta, una licenciada en turismo de 28 años que había pasado el año anterior en paro; Álvaro, de 27 años, que había comenzó a trabajar en la construcción en 2004 y que, tras el estallido de la burbuja, se vio obligado a volver a casa de sus padres mientras malvivía trabajando en una tienda de equipamiento para la vendimia de segunda mano; Raquel, una farmacéutica de 26 años que no quería emigrar porque pensaba que, de hacerlo, sus padres terminarían matándose por el estrés de llevar un negocio ruinoso, o Beatriz, de 23 años, que tras estudiar telecomunicaciones decidió volver al pueblo. Estos son algunos de los personajes que recorren el estudio y que repiten algunos de los tópicos generacionales. Precariedad, sobrecualificación, promesas incumplidas.
“En España (como en el sur de Europa), había una sensación de haber vuelto a la casilla de salida, era de nuevo un país pobre comparado con Alemania y Holanda”, responde el australiano. “Eso creó un escenario de 'retorno al pasado'. La gente vio cómo el progreso económico de los noventa y principios de los dosmil se había borrado”. Lo que Holleran encontró fue paro, hipotecas imposibles de pagar y migración, cosas que parecían pertenecer a los años setenta. Y algo más que parece haberse quedado: una precariedad asumida y que ha desaparecido del discurso oficial.
“Afortunadamente, la economía está repuntando, pero es difícil decírselo a alguien que haya estado en paro (o mejor dicho, subempleado) los últimos 10 años, porque no mide su salud económica usando macroindicadores, sino que piensa en su cuenta corriente, la deuda de su tarjeta de crédito, y si puede permitirse comprar un piso”, responde. “La generación perdida sentirá una sensación agridulce por los ingresos perdidos y, más importante, las oportunidades perdidas. Eran la generación mejor formada y no pudieron trabajar (y contribuir a la sociedad de forma significativa) durante años”.
Es la marca de Caín de toda una generación, esa “incertidumbre e impotencia” que, a juicio del autor, marcará sus vidas. “Los optimistas dirían: son más autosuficientes y han aprendido a apreciar lo que es realmente importante en la vida”, explica. “Los pesimistas dirían: sufren un trauma colectivo que los perseguirá incluso cuando la economía se haya recuperado por completo”.

Recuperando el tiempo perdido

"La generación anterior nos falló completamente: no hicieron por la democracia todo lo que decían (...) se unieron a la Unión Europea para ganar dinero para ellos (…) gastaron y gastaron y gastaron y cuando llegó la factura, desaparecieron".
¿Qué ha sido de sus 33 entrevistados un lustro después (las entrevistas se realizaron entre 2013 y 2016)? “He mantenido el contacto con algunos y les va mejor”, reconoce. “Los que no, se han resignado al subempleo y creo que básicamente han comenzado a reconsiderar lo que es importante en su vida (especialmente aquellos que se mudaron al pueblo)”.
¿Una generación marcada indefectiblemente por el rencor? “Creo que hay una actitud más positiva desde las entrevistas”, valora. “La economía se está recuperando poco a poco y la gente de la generación perdida está reintegrándose en el mercado laboral. Sin embargo, eso no significa que se hayan desecho de esa identidad de 'haberse quedado atrás'. Muchos están formando familias, intentando hacerse sitio y acelerar sus carreras, pero es difícil después de un desempleo tan prolongado sin ahorros. Incluso si la economía española mejora, habrá una gran frustración entre esa generación, porque tendrá efectos en sus ingresos a lo largo de toda su vida”.
Holleran dedicó otra de sus investigaciones al turismo en España, al que define como “una suerte y una maldición”. “Es parte importante de la economía y ha ayudado a algunas regiones menos desarrolladas, pero también ha contribuido a la burbuja inmobiliaria. Laboralmente, es estacional, no está bien pagado y no tiene salidas”, explica. Sin embargo, se convirtió en la salida por excelencia para muchos de sus entrevistados, que vivían en la Comunidad Valenciana. “Apoyarse demasiado en el turismo es un problema económico y medioambiental, pero no se ha hecho lo suficiente en España para cambiarlo”.

La España que se odia a sí misma

"Nos dieron un sistema que no funcionaba, sí, pero mi generación fue muy vaga después del euro (…) Pensamos 'trabaja la mitad y cobra el doble' (…) esa era la promesa (…) la gente pensaba que el euro era como un dios que había venido a salvarnos".
El sorprendido investigador se dio de bruces con cómo los españoles habían asumido sin rechistar la imagen caricaturizada que de ellos se había pintado desde el norte de Europa. Así, muchos habían aceptado que la culpa de su situación era solo suya, una consecuencia de un estilo de vida comprado a crédito. “Es curioso, porque esa imagen hace referencia a muchas cualidades culturales que suelen celebrarse: la apertura, la actitud relajada hacia la vida, el tiempo en familia, los amigos cercanos, las juergas”, recuerda Holleran.
Precisamente aquellas cosas que los turistas alemanes venían buscando a nuestro país. “La misma crítica de la cultura española usada durante la crisis en lugares como Alemania era lo mismo que se habría resaltado en un folleto turístico antes de 2008: la mentalidad de 'mañana', la cultura fiestera, las largas comidas, las conversaciones con los amigos tomando tapas”. El australiano considera que los países del norte recogieron esos lugares comunes y los utilizaron como un arma para castigar al displicente sur, que se lo tomó como algo personal. “Por supuesto, las estadísticas no muestran ninguna clase de vaguería”.
Y añade un punto conspirativo, pero realista, al asunto: si los españoles internalizamos ser unos vagos es porque era muy útil políticamente. “Las crisis financieras suelen ser causadas por grandes actores institucionales que a menudo se han arriesgado demasiado. Estas empresas solicitan a los gobiernos, y por lo tanto a los contribuyentes, que acaten parte de su responsabilidad en forma de deuda. Algo más fácil de conseguir si te sientes responsable”.

¿El trabajo dignifica?

"Me dijeron que terminaría rompiéndome la espalda y que se reirían de mí por no tener estudios (…) Pero dije, 'hay granjeros ganando 75.000 al año vendiendo aguacates a los supermercados franceses, así que no voy a perder el tiempo".
El desencanto generacional tiene letra económica, pero su música es laboral. Todos los entrevistados muestran por activa o por pasiva su frustración respecto al empleo, ya sea por el paro prolongado, por no haber conseguido lo que se les prometió o haberse visto expulsados de una jauja inesperada. La consecuencia lógica, una relación con el empleo que pone en tela de juicio el principio de 'ora et labora', transformado en 'estudia, labora y gana mucho'.
“Las expectativas son el gran problema”, responde el sociólogo. “Ocurre lo mismo en todo el mundo desarrollado. La gente en los países ricos quiere un trabajo bien remunerado, que le proporcione estatus, y trabajar de lo que le gusta”. Los testimonios de la generación perdida muestran que era una utopía. “Tenían una expectativa muy elevada de cómo iba a ser su vida desde el punto de vista material: propietarios de un hogar, vacaciones en el extranjero y un gran estilo de vida”.
No fue así y eso les obligó a replantearse su relación con el empleo. “Afortunadamente, se lo están replanteando utilizando nuevas ideas del ecologismo y repensando la economía de la propiedad así como el consumismo en sentido más amplio. En España, se les prometió mucho, pero los más jóvenes están reajustando sus expectativas preguntándose qué es lo verdaderamente importante para ellos y qué les hace felices. Un trabajo gratificante va a ser algo difícil de encontrar en el futuro”.

El callejón sin salida político

Leer el trabajo de Holleran es un ejercicio casi nostálgico, una zambullida en un momento y un lugar muy concretos, a pesar de que las respuestas tienen, en algunos casos, hasta seis años. En ellas se rastrea el nacimiento de una nueva conciencia política, que cristalizaría en el nacimiento de Podemos, que considera que era “la encarnación de la generación perdida pero también una coalición muy frágil”.
“En 2011 era muy fácil ver el movimiento del 15-M y decir 'guau, esta generación va ser muy de izquierdas', pero también parece que algunos de ellos se unieron a las protestas por su frustración personal con el paro, por ejemplo, más que un verdadero compromiso con los principios asamblearios, el ecologismo, los derechos de las mujeres y una agencia explícitamente anticapitalista”, prosigue. Como ha mostrado el tiempo, la generación perdida está más repartida a lo ancho del espectro político.
Con una particularidad. Que, a diferencia de lo que ha ocurrido en otros países del sur de Europa que corrieron suertes semejantes o peores a la nuestra, no ha surgido ningún partido antieuropeo como tal. Otra especifidad española, que Holleran achaca a que “las contribuciones económicas de la UE son increíblementes evidentes en infraestructura, cultura y ciudades”. En otras palabras, “es difícil mantener la mentalidad de 'no han hecho nada por nosotros' cuando hay tantos ejemplos en tu cara”. Pero el futuro puede ser oscuro para la Unión también dentro de nuestras fronteras. Desde la izquierda, por su desconfianza hacia el mercado. Desde la derecha, por la inmigración. Desde todas partes, por una insatisfacción incurable.

domingo, 1 de octubre de 2017

Murcia es la cuarta comunidad donde más se ha jurado la bandera en 2016

MADRID.- El número de personas que han decidido participar en actos de jura de la bandera española organizados por las Fuerzas Armadas ha ido incrementándose durante los últimos años, llegando a multiplicarse por ocho desde 2010, según datos del Ministerio de Defensa.

Los actos de jura de bandera para civiles son organizados por los Ejércitos de Tierra o Aire o la Armada, normalmente coincidiendo con alguna conmemoración militar. En ellos puede participar todo el mundo que rellene una inscripción previa garantizando que cumple las condiciones requeridas: ser mayor de edad, poseer la nacionalidad española y no haber sido declarado incapaz.
En todas las juras de bandera civiles el jefe de la Unidad correspondiente pronuncia las siguientes palabras: "¡Españoles! ¿Juráis o prometéis por vuestra conciencia y honor guardar la Constitución como norma fundamental del Estado, con lealtad al Rey y, si preciso fuera, entregar vuestra vida en defensa de España?". Una frase a la que el ciudadano debe contestar: "¡Sí, lo hacemos!".
Tras tomar juramento, cada uno de los participantes se acerca a la bandera española para besarla en un gesto simbólico que supone sellar el compromiso con España.
En el año 2010 fueron 1.733 personas las que participaron en alguna de las juras que se celebraron en distintos puntos de España, un número que ha ido creciendo desde entonces hasta llegar a las 14.735 que lo hicieron el pasado año.
En 2016, la Comunidad de Madrid fue la autonomía donde más personas sellaron su compromiso con España, hasta 3.145; seguida por Andalucía (2.984), Murcia (1.185) y la Comunidad Valenciana (1.038). A continuación se situaron las Islas Baleares (904) y Castilla y León (764).
En Cataluña fueron 704 personas las que juraron bandera el pasado año. De 2017 aún no hay datos oficiales porque no ha finalizado el año, pero la pasada semana, tan sólo ocho días antes de la convocatoria del referéndum independentista, tuvo lugar un acto de juramento en Figueres (Gerona) en el que participaron más de 300 personas.
Por su parte, en el País Vasco no hubo ningún acto de juramento de bandera en 2016, igual que en Cantabria y La Rioja. Sí juraron bandera 699 personas en Asturias, 637 en Castilla-La Mancha, 557 en Extremadura, 509 en Galicia, 505 en Canarias, 267 en Navarra, 250 en Ceuta, 206 en Aragón y 95 en Melilla. También lo hicieron otras 286 personas a bordo del buque Juan Sebastián Elcano.

viernes, 30 de diciembre de 2011

España eleva la jornada de los funcionarios a 37,5 horas semanales y congela su sueldo

MADRID.- El Gobierno ha elevado la jornada laboral de los empleados públicos a 37,5 horas semanales, se mantiene la congelación salarial y ha recortado la oferta pública de empleo al reducir a cero la tasa de reposición, salvo en las fuerzas y cuerpos de Seguridad del Estado, los servicios básicos como la Sanidad y la Educación y el personal dedicado a la lucha contra el fraude fiscal. 

   Así lo ha señalado la portavoz del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, en la rueda de prensa posterior a la reunión del Consejo de Ministros en la que se han aprobado las primeras medidas para reducir el déficit al 4,4% en 2012 y cumplir así con el mandato de Bruselas, después de que haya anunciado que el déficit previsto para 2011 alcanzará el 8%.
   De esta forma, el Ejecutivo 'popular' da continuidad a la medida aprobada por el Gobierno socialista, que en mayo de 2010 redujo en un 5% de media las retribuciones del personal del sector público y consolidó esta la rebaja en 2011 con la congelación de los salarios.
   El Gobierno ha puesto en marcha esta medida al prorrogar el Presupuesto de 2011, que estará vigente durante el primer trimestre del año. En marzo, el nuevo Ejecutivo presentará las nuevas cuentas del 2012.

miércoles, 25 de mayo de 2011

Zapatero: "Seguiré anteponiendo el interés de España a cualquier otro"

MADRID.- El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, ha replicado este miércoles a quienes le están demandando un giro a la izquierda en sus políticas que su objetivo fundamental sigue siendo la recuperación económica y la creación de empleo. "No sé si eso es un giro o no hay que girar, pero vamos a hacerlo con toda la responsabilidad y poniendo los intereses de España por encima de cualquier otro, como he dicho en más de una ocasión", ha sentenciado.

   Zapatero respondía así en la sesión de control al Gobierno en el Congreso al portavoz de ERC, Joan Ridao, quien le preguntó si tras las elecciones del pasado domingo tiene previsto recuperar el "programa socialdemócrata mínimo" con el que llegó a La Moncloa y si había reflexionado sobre el hecho de "mientras la izquierda tomaba las plazas, la derecha llenaba las urnas".
   Ridao explicó que no va a pedir un adelanto electoral porque no desea la vuelta de la derecha al poder. "No tengo ninguna prisa ni ningún ansia de eso, pero sí de que un día de estos la izquierda vuelva al Gobierno", confesó, antes de dejar claro que ERC no va a "abonar una moción de censura" en el caso de que el PP la planteé.
   "Sería relativamente fácil que todos nos pusiéramos en contra de usted, pero lo que ya es casi imposible es que nos pusiéramos a favor del señor Rajoy", señaló Ridao, quien exhortó a Zapatero a aclarar si ante el, margen de actuación tan "estrecho" que tiene, piensa dar un giro a la izquierda".
   En su primera réplica Zapatero empezó a hablar de hipotecas, la pregunta que Ridao le hizo hace dos meses: "No sé si me iba a preguntar sobre las hipotecas, pero... en fin, sobre un giro en torno a las hipotecas le puedo contestar", le respondió inicialmente Zapatero, aparentemente desconcertado.
   Ridao explicó después que el presidente le había admitido el error y lo había achacado a sus asesores, que le habían preparado una respuesta relativa a las hipotecas, sobre la que Ridao le preguntó, pero a finales de marzo. El propio presidente del Congreso, José Bono, también aclaró luego a los diputados republicanos que todo se había debido a una equivocación.
   Tras su primera referencia a las hipotecas, el presidente improvisó una réplica a las afirmaciones de Ridao sobre el movimiento del 15 de mayo, pero sin abundar en el tema: "Las valoraciones sobre el resultado electoral corresponden a los partidos correspondientes", dijo, antes de expresar su "profundo respeto" por los mismos y destacar la importancia de la "amplia participación electoral" que ha tenido lugar "frente a algunos discursos".
   En su segundo turno, Ridao incidió en sus reproches a la política económica "antisocial" de Zapatero, al que acusó de "satisfacer a los mercados y salvar a los bancos sin ningún tipo de contraprestación". "El movimiento de los indignados que no se siente representado por ningún partido expresan precisamente esa inquietud, es gente que piensa que el sistema está en contra de ellos y eso tiene mucho que ver son su política económica".
   Por todo ello, le rogó que le contestase "concretamente" a su pregunta de si continuará "barriendo la casa a la derecha" y de si "priorizará la confianza de los ciudadanos o la de los mercados". Para ayudarle ha priorizar la primera opción le propuso "hacer efectiva la dacion en pago para las hipotecas, apretar las tuercas a los bancos para que fluya el crédito, profundizar en un Estado laico y en la transparencia y la regeneración democrática". 
   Fue en su segunda réplica cuando Zapatero subrayó que el "objetivo fundamental del Gobierno" ante la "más grave crisis económica" que se ha vivido durante décadas es "conseguir la recuperación y mantener la estabilidad financiera de España" que, según ha recalcado, es "indispensable para la recuperación y el objetivo central, que es volver a crear empleo".
   "No sé si es un giro o no hay que girar, pero lo que sí vamos a hacerlo es contra la responsabilidad y poniendo los intereses de España por encima de cualquier otro, como he dicho en más de una ocasión", ha recordado el jefe del Ejecutivo.
   Antes del debate entre Zapatero y Ridao, el portavoz de CiU en el Congreso, Josep Antoni Duran i Lleida, había intentado sin éxito introducir en la sesión de control al Gobierno en el Congreso la posibilidad de que el PP plantee una moción de censura, que el Ejecutivo se someta a una cuestión de confianza o que incluso convoque elecciones anticipadas a raíz de los resultados obtenidos por el PSOE este domingo.
   "Ésta es la primera pregunta que se formula tras las elecciones municipales y lo lógico quizá sería que le preguntase acerca de lo que se viene debatiendo: si moción de censura, si cuestión de confianza o si elecciones anticipadas", ha comenzado Duran su pregunta en el Pleno de la Cámara Baja.
   Sin embargo, el jefe del Ejecutivo ha hecho caso omiso al planteamiento inicial del nacionalista catalán y tan sólo se ha limitado a sumarse a las condolencias que Duran ha trasladado a la familia del ex gobernador del Banco de España Luis Ángel Rojo, fallecido este martes.
   "Quiero sumarme en nombre del Gobierno a las condolencias a la familia de quien fue gobernador del Banco de España, cuya memoria todos honramos", ha dicho.
   Este mismo martes el secretario general del CiU ya supeditó su apoyo a una hipotética cuestión de confianza o una eventual moción de censura a las propuestas que hagan Zapatero, en el primer caso, o el líder del PP, Mariano Rajoy, en el segundo.
   En este sentido, Duran animó a ambos partidos a "mojarse" utilizando estos instrumentos constitucionales porque, según dijo, eso servirá para conocer qué programa quiere cada uno de los dos grandes partidos para afrontar la crisis que atraviesa el país.