Así consta en el último barómetro del CIS
correspondiente al mes de mayo, realizado entre el 1 y 9 de ese mes, justo unos días después de que comenzara la
operación Lezo y de la detención en abril del ex presidente de la Comunidad de Madrid
Ignacio González.
La
inquietud de los españoles por la corrupción y el fraude pasa del 42
por ciento del informe de abril al 54,3 por ciento de este último
barómetro y alcanza cifras desconocidas desde hace dos años, cuando la
preocupación ciudadana por este asunto dio un salto cuantitativo por los
casos
Gürtel,
Púnica,
Pujol o
las tarjetas opacas de Caja Madrid.
Sigue
siendo, sin embargo, el segundo problema citado por los españoles, que
continúan viendo el paro como su principal preocupación, mencionada por
el 71,3 por ciento, porcentaje ligeramente superior al 69,6 por ciento
de abril.
Como tercera inquietud se mantiene la
etiquetada como "problemas de índole económica", a la que hace alusión
el 21,2 % (21,2 % en abril), y la cuarta posición la siguen ocupando los
políticos en general, con el 18,1 % (20,9 % un mes antes).
A
continuación sigue estando la sanidad, que preocupa al 9,6 %, tres
puntos menos que en abril, y los problemas de índole social, con el 9,2
%, frente al 10,1 % anterior. Estos últimos escalan hasta el sexto
puesto y superan a la educación, ahora en séptimo lugar, una inquietud
para el 8,8 % de los encuestados, 1,6 puntos menos que el barómetro de
abril.
Ya con porcentajes muy poco significativos, y
hasta completar el ránking de las diez primeras preocupaciones,
continúan estando los problemas relacionados con la calidad del empleo
(7,3 %), las pensiones (4,3 %) y la inmigración (3,5 %).
El
terrorismo internacional preocupa al 1,9 % de las 2.479 personas a las
que ha entrevistado el CIS para este sondeo, una décima menos que un mes
antes, en tanto que la independencia de Cataluña es citada por el 0,9%,
mientras que un mes antes esa cifra era del 1,5 %.
La
percepción de los encuestados sobre la situación política empeora y sube
al 72,9 por ciento quienes la califican de "mala o muy mala", casi
cuatro puntos más que en el mes de abril.
Por contra,
sólo el 2,5 por ciento considera que la situación es "muy buena o buena"
(frente al 4,2 del mes anterior) y un 21,1 por ciento tilda el momento
político de "regular", (en abril era el 24 por ciento).
Respecto
a la situación política dentro de un año, sube casi cuatro puntos el
porcentaje de quienes creen que será peor que ahora, al llegar al 24,3
por ciento frente al 20,7 por ciento de hace un mes.
Mientras,
son mayoría (47,5 por ciento) quienes piensan que no habrá variación,
porcentaje que en abril era algo mayor, superaba ligeramente la mitad
(50,2 por ciento)
Si en abril el 13,7 por ciento opinaba
que el futuro iría a mejor, en mayo quienes optan por este calificativo
es más bajo, el 11,7 por ciento.La situación económica, "mala" o "muy mala"
También
analiza el CIS la situación económica, que para el 58,9 % es "mala" o
"muy mala", 3,2 puntos más que un mes antes, y para el 35,1 % es regular
(en abril era del 37,3 %); descienden sin embargo los más optimistas
que perciben la situación como "buena" o "muy buena", el 5,4 % frente al
6,2 % del informe anterior.
Con la vista puesta en el
próximo año, los españoles son más pesimistas, porque el 18,5 % teme que
la economía vaya a peor (3,3 puntos más que en abril) y bajan
ligeramente los que confían en que vaya a mejor, que pasan del 24,8 % al
23 %.
El barómetro del instituto demoscópico pregunta,
como es habitual, sobre las preferencias de la organización territorial
del Estado, y de esta encuesta se desprende que los partidarios del
actual modelo autonómico han descendido, al pasar del 40 % en abril al
37 % en mayo, al tiempo que aumentan dos décimas los que prefieren un
único gobierno y sin autonomías.
Bajan además los que
quieren un Estado en el que las comunidades tengan más autonomía y se
mantiene idéntico el porcentaje (9,4 %) de los que abogan por un Estado
que reconozca a las comunidades la posibilidad de convertirse en Estados
independientes.