jueves, 3 de agosto de 2017

Todavía las ci­fras del paro son atro­ces / Luis María Anson *

Más de tres millones de parados atenazan todavía la economía española y su prosperidad. Arrastramos el problema desde hace ocho años. Y aunque la vieja picaresca que siempre ha existido en España modera en alguna forma las cifras del desempleo, resulta innegable la peligrosidad social de la situación.

Además de la crisis económica, las exigencias sindicales condujeron al cierre de millares de empresas y acentuaron el número de parados. Los sindicatos son imprescindibles en una democracia pluralista plena pero deben atender los intereses de los trabajadores antes que su propio interés. Hoy se han convertido, en parte no desdeñable, en agencias de colocación de parientes, amiguetes y paniaguados, aparte de actuar como absurdos empresarios de iniciativas casi siempre fracasadas.

A pesar de los vaticinios sindicales de que las medidas laborales de Mariano Rajoy en el año 2012 solo podían conducir a una crecida imparable del paro, la realidad ha venido a demostrar que eran, conforme a las directrices europeas, las que necesitaba España. Y llevamos varios años reduciendo el desempleo en medio millón de personas anualmente.

En el pasado mes de junio, las cifras son optimistas pero menos de lo que se esperaba. 26.887 desempleados menos y una crecida considerable de afiliados a la Seguridad Social. Es necesario mantener con firmeza la política económica y laboral, antes de que llegue el año electoral, durante el cual se harán, sin duda, concesiones que comprometerán la firmeza de la marcha actual.


(*) Periodista y académico de la RAE



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