miércoles, 2 de agosto de 2017

El fracaso del sistema occidental y cómo resolverlo / Benjamin Fulford *

Por ahora es obvio para cualquiera que esté usando su cerebro que algo está profundamente mal en el liderazgo y sistemas de gobierno en Occidente. Esto es especialmente cierto en los Estados Unidos, donde el nivel de vida real ha estado disminuyendo desde finales de los años 60, mientras que el país ha estado casi perpetuamente en guerra. 
 
En Estados Unidos, la clase dominante ha alienado a la población hasta el punto de que menos del 10% de la población confía en el Congreso o en los medios de comunicación. La causa central del malestar ha sido el proyecto de un subgrupo de la clase dirigente, la gente a la que llamo la mafia jázara, para esclavizar a la Humanidad y convertirse en gobernantes casi con rango de dioses.

El ejército estadounidense y los sombreros blancos de las agencias han descubierto ésto y han tomado medidas que pueden observarse en la forma de la Presidencia de Donald Trump. Sin embargo, Trump ha asumido el cargo de alto ejecutivo (CEO) de una entidad en quiebra y, a pesar de que está haciendo todo lo posible, todavía tiene que hacer lo que es inevitable y declarar formalmente en quiebra a los Estados Unidos. Y es que están en quiebra.

Estados Unidos ha acumulado un déficit comercial con el resto del mundo desde 1976, resultando un acumulado de más de 10 billones de dólares. Además de eso el gobierno de los EEUU tiene 19.1 billones de dólares en deuda y tiene 128 billones de dólares en pasivos no financiados, es decir, siete veces su producto interior bruto de 18 billones de dólares. Esa es la verdadera razón por la cual el gobierno corporativo de Estados Unidos se declaró en quiebra el 3 de mayo de 2017; de hecho, cuando su subsidiaria Puerto Rico, totalmente de su propiedad, incumplió su deuda de 123.000 millones de dólares.

Lo que esto significa es que no importa lo mucho que Donald Trump lo intente, no puede resolver los problemas de los Estados Unidos sin declarar formalmente la bancarrota.

Sin embargo, la quiebra de los EE.UU. no es lo mismo que la bancarrota de cualquier otro país. Por un lado declarar la bancarrota haría imposible para los EE.UU. que siguiera sosteniendo el funcionamiento sus 800 o más bases militares estadounidenses en todo el mundo. Cuando este escritor hace diez años fue por primera vez a ver a los asiáticos para llegar a acuerdos con la idea de la bancarrota de los EEUU, el ejército de los EEUU envió a un agente para explicar que los EEUU cortarían los abastecimientos del petróleo de Asia desde Oriente Medio si las finanzas de los EEUU fueran cortadas. Esto condujo a un punto muerto mexicano que continuó por muchos años.

Al llegar a estar envuelto a este nivel de alto standing entre los países más poderosos del mundo este escritor fue capaz de ver de primera mano quien dirige el planeta Tierra. La información que va a continuación se basa en diez años de reuniones con fuentes de la CIA, la NSA, la logia masónica P2, el MI6, las Sociedades Secretas Asiáticas, etc.

Hasta hace poco, David Rockefeller era el jefe secreto del planeta Tierra. Era presidente del Grupo Bilderberg, del Consejo de Relaciones Exteriores y de la Comisión Trilateral. Además, a través de varias fundaciones, también controlaba la fortuna de 500 corporaciones. Adicionalmente, debido a que estaba casado con una princesa italiana, Rockefeller también tenía una enorme influencia sobre la logia masónica P2 del Vaticano que controla a la Iglesia Católica y a la mafia. Rockefeller tuvo el poder de convertir a su sobrino, Bill Clinton, en presidente y se esforzó mucho, pero fracasó, para que su hija Hillary Clinton se convirtiera en presidente.

Si Rockefeller era el número 1 en la antigua estructura de poder, George Bush padre era el número 2. Bush dirigía la mayor parte de la CIA, el comercio mundial de narcóticos de dos billones de dólares al año y gran parte de la industria de armas. Cuando su hijo Bush Jr. fue elegido presidente en 2000, Bush senior pudo eclipsar a Rockefeller al organizar el 11-S e imponer un régimen nazi sobre los Estados Unidos.

Rockefeller fue capaz de recuperar el control en 2008, aunque el poner a su esclavo doméstico Barack Obama en el cargo después de la presidencia de Bush Jr. se convirtió en un desastre.

Ahora bien, la muerte de Rockefeller ha creado un enorme vacío en la cima del poder mundial. George Bush padre ha perdido apoyo debido al disgusto generalizado con los planes genocidas de sus grupos nazis. También es muy viejo y entra y sale de la lucidez, según fuentes cercanas a él. Así que Bush padre ya no es el número 2 ni siquiera el número 3, porque sus seguidores nazis ya no lo consideran su führer. Los nazis han dejado claro que ya no buscan la hegemonía mundial.

Así que la muerte de Rockefeller y la caída en desgracia de Bush padre significa que el nivel más alto de poder occidental está ahora en juego.

El grupo que se ha movido para llenar el vacío en los EEUU ha sido los illuminati gnósticos, el grupo que se opone al dominio de los linajes de sangre y reclama la autoría de las revoluciones francesas, de los EEUU y de Rusia. Ellos han dirigido una purga de los servidores de los linajes de sangre de alto nivel en los EE.UU. que está a punto de terminar.

Al mismo tiempo, reforzadas por la caída de sus rivales estadounidenses, las familias europeas han dado un gran empujón para llenar el vacío de Rockefeller y Bush. Sus máximos dirigentes son la reina Elizabeth II, el papa Francisco y la canciller alemana Angela Merkel. Los europeos han estado muy cerca de usar sus esquemas falsos de la causa-de-calentamiento-global para implementar los acuerdos de París. Esto habrían creado un gobierno mundial todavía controlado por ellos pero con un asiento más grande en la mesa para los chinos.

El poder de este grupo fue evidente en la reunión del G20 a principios de julio, en la que 19 de los 20 llamados líderes mundiales expresaron su apoyo a esta estafa. Sin embargo, sin el apoyo de los gnósticos illuminati y sin ninguna base científica, esta estafa de carbono está condenada al fracaso. Los gnósticos illuminati controlan tanto la presidencia de Trump como el complejo industrial militar estadounidense y están utilizando a sus agentes para atacar el gobierno de los linajes de sangre en Europa, ahora que su purga en Estados Unidos está más o menos completa.

Ahora mismo hay un punto muerto en Occidente entre las líneas de sangre reales europeas representadas por el Papa, la reina de Inglaterra y Merkel, y los illuminati gnósticos representados por Trump.

Mientras tanto, en Asia, China ha construido redes de importación de energía alternativa para que puedan seguir operando incluso si todos los suministros de petróleo de Oriente Medio fueran cortados. La alianza asiática también logró cooptar a Europa para unirse a su Banco Asiático de Inversión en Infraestructura y su masiva iniciativa de obras públicas de “La Línea y La Franja”
 
Los chinos han hecho grandes incursiones en África y otros países en desarrollo con su generosa labor de infraestructura. Por encima de todo, los chinos son los principales acreedores de los EE.UU. y podrían declararles en quiebra si decidieran hacerlo.

Por supuesto, Estados Unidos todavía tiene su carta en la manga de iniciar una Tercera Guerra Mundial, pero usar esa carta llevaría a la destrucción del planeta, por lo que la parte estadounidense está tratando de conseguir que los rusos se unan a ellos en una alianza cristiana (Blanca). Para atraer a los rusos, los estadounidenses les han cedido a ellos la hegemonía sobre Europa (menos el Reino Unido), así como la mitad de Oriente Medio. La parte estadounidense también tiene el control sobre Japón y la península coreana, incluyendo a su país mascota delincuente Corea del Norte. Los americanos también están asiduamente cortejando a la India.

El resultado general es que todavía existe un punto muerto mexicano entre el Este y el Oeste.

Se espera que el principal campo de batalla de este otoño sea Japón. Es el dinero del ahorro postal japonés, del banco agrícola, y de los fondos de pensiones, etc., lo que mantiene a los Estados Unidos apenas solventes. Sin embargo, el gobierno títere del primer ministro Shinzo Abe tiene menos del 10% de apoyo de la opinión pública real. También hay un increíble resentimiento y enojo hacia los agentes coreanos utilizados por las autoridades de ocupación estadounidenses para controlar a Japón desde el final de la Segunda Guerra Mundial. Como lo demuestran los resultados de las elecciones regionales de junio en Tokio, el Partido Democrático Liberal de títeres gobernantes a largo plazo está seguro de ser aniquilado en las próximas elecciones generales.

La Sociedad del Dragón Blanco (SDB) está presionando fuerte para que cambie el régimen en Japón ya este otoño. El objetivo es forzar el cambio de régimen real en los EE.UU., porque la presidencia de Donald Trump es “demasiado poco, demasiado tarde”.

Lo que se necesita es una declaración formal de bancarrota de los Estados Unidos para impulsar una renovación completa de la arquitectura internacional, puesta en marcha después de la Segunda Guerra Mundial, para reflejar mejor la actual realidad demográfica y económica mundial. El SDB también cree que el mundo necesita un conjunto mínimo de reglas comunes para que los criminales internacionales, como la mafia jázara, ya no puedan participar en guerras ilegales, saqueos y otras actividades antisociales. El SDB cree además que el mandato de los linajes de sangre benignos de Occidente y Asia pueden coexistir con la meritocracia.

El SDB también apoya iniciar esta nueva era de oro comenzando con un jubileo, una redistribución de bienes única, una campaña masiva para limpiar el planeta y un esfuerzo sistemático para expandirse por el universo. Un nuevo calendario para reemplazar el occidental, que actualmente se utiliza también, ayudaría a comenzar una nueva era.
 
 
 
(*) Periodista canadiense

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