O de salidas y entradas, pues el orden de los factores no altera el producto final de la ponzoña y la corrupción del reino.
Salida
de Blesa, al más puro estilo del teatro de fines del XIX, el subgénero
llamado "drama de pistola". La adaptación española, siempre más
montaraz, podría llamarse "drama de escopeta". El de pistola es típico
del teatro burgués, estilo Ibsen o Strindberg o Chejov o Tennessee
Williams, más reciente. En España, en donde la burguesía apenas existe,
el drama va más de nobles, caciques, señoritos y oligarcas, todos ellos
aficionados a la caza. En las dos vertientes, el personaje conflictivo
salía de escena en el desenlace y, a continuación, se oía un disparo. Y
Blesa ya es historia. Su vida fue tan lamentable que hasta la muerte le
pareció una opción mejor. Y eso de creer el resultado de una autopsia
hecha a la carrera y una incineración que más parece haber sido
producida por un rayo.
Leo
que la muerte pone a salvo el supuestamente ilegal patrimonio de Blesa.
Imagino que no es así. La muerte extingue la responsabilidad penal,
pero no la civil, si la hay. Otra cuestión es si existe una voluntad de
ir tras ese patrimonio como la hay, parece, de ir contra el de los
independentistas. Pero de esto, más abajo.
Blesa
no actuó solo. Sus cómplices supérstites siguen encausados. Además, no
se nombró a sí mismo para el cargo desde el que perpetró los presuntos
delitos. Lo nombró Aznar porque era amigo suyo y lo mantuvo años en el
cargo que aquel ejerció a satisfacción del presidente y para holgura
económica de su fundación FAES, de la fundación "Nación y libertad", de
Aguirre y, en general, del PP. Todos ellos deben dar explicaciones
públicas de estos enredos aparentemente criminales.
La
entrada corresponde a la Guardia Civil (GC) en el Parlament, el Palau y
una conselleria. Sin duda, la GC no actúa por su cuenta, sino a las
órdenes de la autoridad civil, judicial, y se ha presentado en los tres
puntos con un mandato expreso, aunque no esté totalmente claro en todos
los casos. No se cuestiona aquí la pertinencia de la operación, sino su
cronología e impacto mediático. Por su contenido, este registro sin
duda es tan pertinente como el que el juez ordenó hacer en su día en la
sede del PP en la c/ Génova. Con una diferencia: en el registro al PP,
este llevaba meses incumpliendo los autos del juez y desoyendo sus
peticiones de aportación de pruebas mientras que, en el caso catalán,
esta es la primera actuación que se registra. Y en un procedimiento, el
del 3%, que lleva más de tres años en marcha.
Es
decir, la entrada de la GC está calculada por su efecto mediático, su
impacto en una opinión pública catalana y española muy sensibilizadas.
Un efecto para tapar el terremoto que ha sido el documental sobre las cloacas de Interior
en el que quedan claras muchas cosas oscuras, especialmente dos: a) que
el ministerio del Interior tenía (¿tiene?) una policía política
encargada de fabricar pruebas para criminalizar a adversarios políticos.
b) que Rajoy lo sabía.
Para
tapar eso no basta con enviar dos docenas de guardias civiles, algunos
enmascarados, como en los mejores tiempos de ETA. En el punto en el que
estamos, así no se amenaza ni se atemoriza. La "Operación Cataluña" de
Interior acabará en los tribunales. Tiene que ser porque ningún Estado
civilizado puede sobrevivir si las fuerzas de seguridad delinquen.
Y
sus máximos responsables políticos. Esa monstruosa intención de ir
contra los patrimonios personales y familiares de los responsables
independentistas es inmoral y probablemente delictiva. La decisión del
Tribunal de Cuentas la firma Margarita Mariscal de Gante, exministra de
Justicia de Aznar e hija de un magistrado del Tribunal de Orden Público
de la dictadura. La locura de estos irresponsables llega al extremo de
prohibir que, en caso de ser multados, los procesados puedan recurrir a
la solidaridad colectiva. Han de pagar con sus patrimonios, los de sus
hijos y nietos.
Y
esto lo preteden quienes han aprobado una amnistía fiscal ilegal para
sus amiguetes y ellos mismos por valor de cientos de millones de € y
contra cuyo patrimonio habrá que proceder. Los miembros de un gobierno y
un partido que han malversado y estafado otros cientos de millones del
erario cobrando sobresueldos de la caja B, licitando obra pública
fraudulenta, malversando caudales públicos. Si vamos contra el
patrimonio personal y familiar, aunque no tenga nada que ver con la
naturaleza del delito, con ánimo confiscatorio, va a resultar que el PP
es de verdad el partido de los pobres.
Es
asombroso que nadie denuncie esta persecución arbitraria por razones
políticas contra el independentismo catalán, en la que se emplea todo el
ordenamiento jurídico y parte (por ahora) de las fuerzas de seguridad.
Realmente, la responsabilidad de las izquierdas españolas por inacción e
incompetencia es pavorosa. Al no comprender la cuestión catalana que,
en el fondo, es una revolución y por eso no la comprenden, cada vez es
más irrelevante en Cataluña. Y, precisamente por ello, también es cada
vez más irrelevante en el Estado. ¿Por qué? Porque todavía no ha
entendido que, sin Cataluña, no llegará jamás al poder.
El
problema es que ese apoyo tiene el precio del referéndum. Pero, ¿qué
menos pueden pedir unos independentistas a un partido, el PSOE, que
lideró la última reforma del Estatuto pero, al final dejó a todos en la
estacada, incluso al PSC y permitió que la derecha triturara la reforma y
hasta la ayudó a hacerlo?
Ahora
piden los socialistas volver al Estatuto de 2006, el triturado. Pero
eso es anacrónico. Ahora toca referéndum. En el entendimiento de que, de
no celebrarse, mañana también puede ser anacrónico si se declara una
DUI.
Hoy estaré en Cartagena
PD.- A un curso de la Universidad Internacional del Mar, de la Universidad de Murcia sobre el muy amplio tema de Retos del Sistema Político Español y en el cual se tratarán diversos temas desde perspectivas académicas y (sin duda) políticas distintas, desde los aspectos jurídicos de la investidura de gobierno hasta talleres de liderazgo político o seminarios sobre la corrupción. Todo un vergel.
Por fortuna, cuenta con unos participantes de mucho nivel, de forma que el éxito está garantizado. La intervención de Cotarelo, probablemente el que más desmerezca, a las 09:45 versará sobre la política de la postverdad, un curioso, aunque no muy reciente, fenómeno que hoy se hace patente. Doy una pista: en ella se relaciona la posverdad con la burbuja inmobiliaria y el saqueo de España.
(*) Catedrático emérito de Ciencia Política en la UNED
Hoy estaré en Cartagena
PD.- A un curso de la Universidad Internacional del Mar, de la Universidad de Murcia sobre el muy amplio tema de Retos del Sistema Político Español y en el cual se tratarán diversos temas desde perspectivas académicas y (sin duda) políticas distintas, desde los aspectos jurídicos de la investidura de gobierno hasta talleres de liderazgo político o seminarios sobre la corrupción. Todo un vergel.
Por fortuna, cuenta con unos participantes de mucho nivel, de forma que el éxito está garantizado. La intervención de Cotarelo, probablemente el que más desmerezca, a las 09:45 versará sobre la política de la postverdad, un curioso, aunque no muy reciente, fenómeno que hoy se hace patente. Doy una pista: en ella se relaciona la posverdad con la burbuja inmobiliaria y el saqueo de España.
(*) Catedrático emérito de Ciencia Política en la UNED
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