lunes, 5 de junio de 2017

Las comisiones y las mociones contra el PP abocan a la incertidumbre política / José Hervás *

Hasta que Mariano Rajoy acuda, el miér­coles 26 de ju­lio, a de­clarar a la sede de la Audiencia Nacional de San Fernando de Henares, donde se desa­rrolla la vista oral por el caso Gürtel, la vida po­lí­tica per­ma­ne­cerá en una pro­funda in­cer­ti­dum­bre. El Gobierno y el par­tido que le sus­tenta están des­orien­tados y no saben cómo ac­tuar en las ac­tuales cir­cuns­tan­cias. 

Frente a la evidente mejoría de todos los componentes de la economía con niveles de creación de empleo desconocidos en España desde antes de la crisis, y la esperanza de que una temporada histórica en turismo aporte un claro superávit exterior, los contratiempos políticos ensombrecen todos los logros.

Y además no habrá respiro hasta que lleguen las vacaciones de verano. La serie de mensajes negativos van a ir asociados semana a semana con datos vinculados con la corrupción. La constitución esta semana de la comisión de investigación de la trama de corrupción que atenaza al Partido Popular desde febrero de 2009, la moción de censura planteada por Podemos a la presidenta de la Comunidad de Madrid, la moción de censura planteada por el mismo grupo de partidos y mareas al Presidente del Gobierno la siguiente semana son los primeros de una serie de datos que van a ir concatenados contra la imagen del Partido Popular hasta llegar al 26 de julio, momento en que Mariano Rajoy tendrá que comparecer ante la Audiencia Nacional.

En la reunión de este miércoles, la comisión de investigación sobre la supuesta financiación ilegal del PP, presidida por el diputado de Nueva Canarias, Pedro Quevedo, tratará de aprobar el plan de trabajo con la agenda de comparecencias a partir de las propuestas presentadas por los partidos. La lista puede hacerse interminable, como lo son sobre las discrepancias respecto a cuantas personas deberían comparecer a propuesta de cada uno de los partidos.

El Partido Popular considera que parte de las discrepancias entre los partidos de la oposición son intencionadas y dirigidas a hacer un mayor ruido mediático para dañar más la imagen del Partido Popular con la intención de socavar su imagen de partido de Gobierno al estar marcado por la corrupción.

Por eso no se ponen de acuerdo sobre cuándo debe comparecer el Presidente del Gobierno en la misma. Los populares no se oponen a que sea el primero en comparecer, como ha propuesto el PSOE, pero se opondrán a que tenga que comparecer más veces como quieren Podemos y Ciudadanos.

Esta oposición del PP podría ser inútil. Si el resto de partidos lo deciden tendrá la obligación de comparecer en dos ocasiones, al principio y al final de las sesiones. De cara a la agenda estas comparecencias podrían coincidir en el mes de julio, por lo que la imagen de los conservadores ese mes podría caer a mínimos.

El PP además se encuentra solo también a la hora de defender cuántas personas se puede convocar por partido. El PSOE que ha anunciado la petición de más de 40 comparecientes, entre ellos José María Aznar, María Dolores de Cospedal, Esperanza Aguirre, Ignacio González, Luis Bárcenas, Carlos Fabra o Pedro Antonio Sánchez, no quiere que haya límite de convocables. Del mismo parecer es ERC, que ha pedido la comparecencia de otras 40 personalidades.

Para compensar, el PP ha activado en el Senado otra comisión de investigación que va a actuar de forma paralela a la del Congreso para investigar la financiación de todos los partidos políticos. Los populares quieren incluir la presencia de todos los líderes actuales de todas las fuerzas políticas. O lo que es lo mismo quieren que Pedro Sánchez, Pablo Iglesias, y Albert Rivera se tengan que someter a las mismas preguntas que sus partidos haya sometido a Mariano Rajoy. Sin excluir la convocatoria de Pérez Rubalcaba o de Rodríguez Zapatero.

La vida política española necesita sin duda una cura de transparencia, honestidad y decencia. No está claro que se vaya a conseguir tal y como lo están planteando en la actualidad los diputados. Y harán muy bien mientras tanto, de procurar que las condiciones para el mejor desenvolvimiento de la economía no se vayan a pique. No tendríamos perdón.


(*) Periodista

No hay comentarios: