CARTAGENA.- La Comisión de Investigación del Ayuntamiento de Cartagena que ha
estudiado la construcción del Auditorio Municipal y Palacio de Congresos
El Batel ha celebrado este jueves, 29 de junio, su última reunión, tras
la cual sus miembros han comparecido en rueda de prensa para presentar
las conclusiones a las que han llegado, y que recogen que el arquitecto
José Selgas fue el principal responsable del sobrecoste de las obras.
Así
lo ha asegurado la presidenta de la comisión, la concejal de Hacienda
del Ayuntamiento de Cartagena, Isabel García, quien ha comparecido
acompañada de los ediles Carmen Martín, Francisco Espejo, Pilar Marcos y
Manuel Padín, también componentes de la comisión. García ha detallado
las conclusiones que ha extraído esta comisión creada tras el Pleno
municipal de diciembre de 2015 y que se recogen en un documento de 30
folios de extensión.
Se trata de un total de 40 conclusiones entre
las que se habla del estudio geotécnico que se realizó previamente al
inicio de las obras como “pieza angular del sobrecoste” de las mismas,
que se calificó como “incompleto” y que no tuvo en cuenta las
referencias del Museo de Arqueología Subacuática (Arqua).
Durante
las diferentes sesiones y reuniones mantenidas, los cinco miembros han
revisado y analizado toda la documentación del expediente administrativo
de contratación de la obra, así como sus modificados, pliegos,
propuestas de las empresas que concursaron, informes técnicos, el libro
de órdenes e informes emitidos por la Universidad Politécnica de
Cartagena (UPCT).
También se ha contado, ha explicado la edil de
Hacienda, con las comparecencias presenciales de técnicos municipales
presentes en la construcción de la obra y el representante de la empresa
constructora, aunque ni la antigua alcaldesa, Pilar Barreiro, ni José
Selgas se presentaron ante la comisión. El arquitecto, encargado de la
dirección de la obra, era el encargado de la supervisión de las obras.
Con
diversos modificados y revisiones de precio, la obra pasó de un
presupuesto de 20 millones de euros a costar 44 millones de euros, a lo
que hay que añadir algo más de dos millones de euros para la adaptación
acústica, casi 10 millones para equipamiento escénico, 4,2 millones de
adecuación del entorno, dos millones de euros que percibió el arquitecto
de la obra, 589.000 euros para los aparejadores y 1,5 millones de euros
que se destinaron a mobiliario. De este modo, finalmente, El Batel
costó 64 millones de euros.
Tras los análisis de la documentación,
los cinco miembros de la comisión coinciden en la no apreciación de
responsabilidades técnicas por parte de los funcionarios municipales y
consideran que “podría existir una responsabilidad por parte del
director, el señor José Selgas, y por parte de la UTE”.
Por otro lado,
hay un punto en el que no hay unanimidad en la comisión, en torno a las
responsabilidades políticas, que “no pueden ir más allá de una
reprobación pública”. Con estas conclusiones, se va a solicitar a la
asesoría jurídica municipal un informe para determinar las acciones
legales que se pueden emprender.
Por su parte, Pilar Marcos de
CTSSP ha recordado que en un principio no se creó esa comisión de
seguimiento de la obra porque “el director técnico era el propio
arquitecto” aunque al crearse tras comprobar le Ayuntamiento, con el
modificado número 2, de los elevados incrementos en el presupuesto, se
creó la comisión en la que “los técnicos hicieron una gran labor”.
A
su vez, ha considerado a José Selgas “el mayor responsable de estos
sobrecostes”, del que ha dicho que “no fue diligente al no prever lo que
podía ocurrir sobre el terreno, teniendo en cuenta las obras análogas
en la zona como el Arqua o el parking subterráneo” y ha pedido la
reprobación a los concejales y a la alcaldesa de la corporación
municipal de aquellos momentos, al tiempo que ha mostrado su
satisfacción por el trabajo realizado por los representantes de los
cinco grupos políticos con representación en el Ayuntamiento de
Cartagena en esta comisión de investigación.
A su vez, Francisco
Espejo del PP ha recordado que los aparejadores, contratados por el
Ayuntamiento, emitían informes al Consistorio aunque la dirección de la
obra y de su ejecución no correspondían al Ayuntamiento, y ha hecho
hincapié que la comisión de investigación ha constatado que el dinero
que se invirtió llegó a la obra.
CRONOLOGÍA DE LOS HECHOS
La
redacción del proyecto se inició tras un concurso de ideas propuesto
por el Ayuntamiento de Cartagena y la Comunidad Autónoma con el doble
objetivo de obtener propuestas para el desarrollo y construcción del
auditorio así como dar soluciones urbanísticas al entorno. Así, el
pliego de condiciones para el concurso de anteproyecto dejaba claro que
el auditorio se ubicaría en el Puerto de Cartagena y debería contener
caja escénica, acústica, mobiliario y adecuación del entorno.
A pesar de
ello, recogen las conclusiones de la comisión, parte del encarecimiento
de la obra viene de diversas obras complementarias para dotar al
auditorio de mobiliario, equipamiento escénico y acústico, además de
adecuar los exteriores.
Así, en febrero de 2003 se inició el
expediente de contratación de las obras, al que se presentaron ocho
empresas, entre las que estaba Dragados, que consideraba “insalvable”
encajar los costes de la obra con los presupuestos señalados en la
licitación.
El 10 de octubre de aquel año se firma el convenio de cesión
al ayuntamiento de la parcela de Autoridad Portuaria donde se ubicaría
el auditorio. Entonces, Selgas aseguró que no había obstáculos para la
construcción del edificio y que el documento se firmaba de acuerdo a la
realidad física del terreno.
El 5 de julio de 2004, la empresa CS
Proyectos y Construcciones pasa a llamarse Dragados y el 2 de agosto de
ese año, se firmó el acta de replanteo para inicio de las obras. Existe
un escrito firmado pro el jefe del área de urbanismo el 10 de agosto,
también de 2004, que indica que “ya se había recibido el proyecto
modificado número 1”, justificado en la necesidad de un nuevo sistema de
cimentación, con un incremento del presupuesto del 17%.
Otra
fecha importante en este proceso es el 28 de febrero de 2005, cuando el
jefe del área de infraestructuras redacta el pliego de prescripciones
técnicas para la contratación del arquitecto para la dirección de la
obra, que recaería en José Selgas.
El 23 de mayo de 2005, la junta
de gobierno aprueba la generación de crédito en el presupuesto general
de 2005 para hacer frente al modificado y para ello se pide a la empresa
Aquagest que adelante el canon de 2006.
El 15 de junio de 2006, Selgas
pide el segundo modificado, que supone un incremento de entre el 44 y el
47%, a raíz de lo cual, el Ayuntamiento de Cartagena propone la
creación de una comisión técnica de seguimiento de las obras, sobre la
que la actual comisión de investigación concluye que “hizo un buen
trabajo”.
En 2009 se aprueba el modificado número 3 y, en 2010, el
modificado número 4. Finalmente, ha relatado la concejal de Hacienda,
Selgas solicita, el 30 de junio de 2009, redacta los cuatro documentos
que quedaban para terminar el auditorio, que serían el de equipamiento
escénico, por un importe de 8.300.000 euros; la adaptación acústica
supondría 1.878.00 euros; la adecuación del entorno costó 4,5 millones
de euros, con una subvención del Ministerio de Cultura de 1,5 millones
de euros; y, el suministro del mobiliario, de 2.086.000 euros.
Este
contrato supuso diferencias entre los técnicos municipales y el
arquitecto, que terminó con la preparación de un nuevo contrato sin la
participación de Selgas.
Ya el 21 de octubre de 2011 se firmaron
las actas de recepción de las obras del auditorio, además de las del
equipamiento escénico, la adaptación acústica y la adecuación del
entorno. El suministro del mobiliario, por su parte, se recepcionó en
enero de 2012.
Aun así, destacan las conclusiones de la comisión, el
auditorio que se recepción era “defectuoso”, con deficiencias que se han
ido poniendo en conocimiento de la empresa, que las ha ido subsanando,
aunque algunas llegan “hasta nuestros días”.
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