Gobiernan los decendientes ideológicos y
biológicos de quienes un buen día se llevaron por la fuerza a Timoteo
Mendieta, lo fusilaron sin más y tiraron su cuerpo en una fosa común,
como venían y siguieron haciendo durante años con miles y miles de
Mendietas en todo el país.
Creyeron
que, con este genocidio vivido durante años por una población
aterrorizada y el régimen criminal que instauraron la gente se
resignaría, se callaría, olvidaría.
Olvidar
que una noche cualquiera un grupo de delincuentes armados irrumpa en tu
casa cuando tienes 13 años y se lleve a un padre con siete hijos y, sin
más contemplaciones ni juicios ni nada, lo asesine ante la tapia de un
cementerio y entierre su cadáver de cualquier modo es mucho olvidar.
Los
asesinos, sus cómplices, sus beneficiarios y quienes hoy (sin atreverse
a hacerlo a las claras, aunque lo piensan porque tienen la misma alma
de asesinos y cobardes que sus antecesores) se oponen con uñas y dientes
a que la gente pueda recuperar los restos de sus familiares,
bárbaramente masacrados, no contaron con el tesón, la voluntad, la
fuerza de espíritu y el innato sentido de la justicia que anida en
muchos corazones humanos, como el de la hija de Mendieta, quien ha
vivido para este momento de recuperar los restos de su padre pues quiere
que la entierren con él.
Estos asesinos, los de ayer y los de hoy jamás
comprenderán ese fondo oscuro lleno de esperanza que hay en la Humanidad cuando se revela en casos concretos, escuetos, sencillos pero
inabarcables en su profundidad moral.
Creyeron
que era cuestión de tiempo y de (falta de) dinero, como llegó a decir
ese granuja, diputado del PP y a la vez vergüenza del Parlamento,
Hernando, de que los familiares solo se acuerdan de los fusilados cuando
hay dinero de subvenciones. Por cierto, este elemento es diputado por
Guadalajara, la tierra de los Mendieta. Ya podía pasarse por su casa a
pedir perdón por lo que los suyos hicieron y él ha venido a coronar.
Algo
impensable. El gobierno al que apoya este sujeto, sin duda para hacer
buenas sus odiosas palabras, ha dejado sin fondos la Ley de la Memoria
Histórica. Ni un euro para desenterrar a los asesinados por sus
antecesores, amigos y correligionarios. Es normal. No van a emplear
fondos públicos para esta tarea de justicia cuando los necesitan para
robarlos, para pagarse borracheras, cacerías, putas y trajes caros, que
para eso ganaron la guerra y ochenta años más tarde pueden seguir
mostrando su espíritu de asesinos.
Los
fondos para la exhumación de Mendieta y otras dos docenas de asesinados
más (cosa que ha sido posible, a su vez, gracias a la perseverancia de
una jueza argentina) provienen de aportaciones voluntarias, privadas y,
en muchos casos, extranjeras. En este caso, un sindicato noruego que ha
aportado 6.000 euros para financiar la excavacion.
Realmente,
España tendría que estar gobernada por extranjeros y no por esta banda
de ladrones, descendiente ideológica de otra de asesinos.
La capacidad de Rajoy para simplificar
lo más complejo en términos toscos es fabulosa. "Chisme" le parece la
dimisión de un fiscal anticorrupción. "Algarabía" se le antojaba una
Diada de dos millones de personas en la calle en Cataluña. "Chisme"
podría ser que él se haya equivocado al votar los presupuestos y
"algarabía" la que suelen montar las bancadas del PP en las diferentes
asambleas (municipal, autonómica, estatal) cada vez que se debate sobre
sus fechorías que es más o menos, siempre. En absoluto. Esos no son ni
chismes, son business as usual.
La
Política es algo distinto. Sostiene el presidente de los sobresueldos
que "política es hacer las cosas a lo grande, fijarse en lo importante,
etc." Un fiscal anticorrupción dimisionario por presunta corrupción no
es grande; una Diada de millones, tampoco. ¿Qué es "a lo grande"? ¿El
ejemplo es Ignacio González hoy entre rejas por hacer las cosas a lo
grande a través de la Política?
"A
lo grande", dice un sujeto citado a declarar como testigo en un proceso
a su partido por presunta financiación ilegal que lo salpica de lleno
porque se alzó con la victoria, al parecer, con esa financiación ilegal.
A lo grande.
Lo
del fiscal anticorrupción no es un "chisme" y, además, no es él solo.
Son tres piezas: otro fiscal y un ministro de Justicia, los tres
reprobados por el Parlamento. Reprobados por hacer lo contrario de lo
que se supone deben hacer como servidores públicos del interés general,
no el de un partido y menos el de un investigado.
Llegados
aquí, la verdad, da pereza seguir acumulando agravios. No hay día sin
acto corrupto. Esto parece una verbena de hampones de todo tipo.
Mientras Rajoy habla de "chismes" le sale un cargo de su partido (un
exjefe de gabinete de Villalobos) guardando, como hormiguita previsora,
146 lingotes de oro en Suiza. Cada cual pondrá sus lingotes de oro donde
quiera, faltaría más; lo interesante es de dónde vienen, si están
declarados, el carácter del propietario y el hecho en sí. Nada extraño
sería que mañana supiéramos de un presidente de Comunidad o de
Diputación que se ha llevado todos los cuadros de un museo,
sustituyéndolos por copias.
Es
una situación que recuerda esos cuadros de flamencos, de Jan Steen,
Teniers, Breughel, etc que retratan riñas y fiestas de campesinos en las
que corren los porrones y los mamporros. González ha metido en el baile
a cuenta de La Púnica a un expresidente de Castilla y León, actual
alcalde de algún sitio y la señora Cifuentes lucha denodadamente por
mantener su rubia cabeza por encima de la ciénaga de la Comunidad de
Madrid, enzarzada en una lucha de corrala tan chulapa como vergonzosa.
Esto
es una zarzuela en la que los jueces están en almoneda, el Parlamento
carece de autoridad y el gobierno está en manos de un partido imputado
en un proceso penal. Del resto, ya no hablamos. Una zarzuela de la
España eterna. Si alguien cree que exagero, que mire este vídeo en el
que un grupo de peregrinos españoles que viajan a Lourdes a cuenta del
contribuyente se marca una conga al ritmo de "¡Viva España!" Son
guardias civiles, militares, curas con un par de agentes franceses.
Pues eso. Unos condecoran vírgenes en nombre de Bakunin y otros en
recuerdo de Francisco Franco.
Lo
único que cabe hacer aquí es convocar un pleno del Congreso de
reprobación a Mariano Rajoy, responsable del desastre en que se
encuentra el país. Para ello es imprescindible que los dos partidos de
izquierda se entiendan. Que dejen de atacarse y aúnen fuerzas para
conseguir una mayoría absoluta a favor de la reprobación. La moción de
censura de Podemos fue extemporánea y lo mejor que puede hacer es seguir
su curso y fenecer de muerte natural y sin cainismos.
A su vez, el PSOE
puede sumplir su anunciado propósito de pedir la reprobación y dimisión
de Rajoy y, de no producirse esta, quedaría expedito el camino para una
nueva moción de censura con un acuerdo de los dos partidos de la
izquierda, con el apoyo de todos los demás, exceptuado C's y la
candidatura de Sánchez a la presidencia. Caso de conseguir mitigar los
ardores narcisistas, fuertes por estos pagos.
Si
tal cosa es posible depende casi en exclusiva del enfoque que se dé a
la "cuestión catalana". El de la derecha ya se conoce: ruptura de
diálogo y represión hasta sus últimas consecuencias y por todos los
medios que arbitra la Constitución, que son todos. ¿Y el de la
izquierda? ¿Es distinto? ¿En qué? ¿Serviría para entenderse con los
catalanes? Se podría aceptar el referéndum negociando la pregunta y, en
cuanto a su carácter de vinculante o consultivo, la izquierda española
tiene una aliada nada desdeñable en la izquierda catalana no
independentista, lo cual le da bastante fuerza negociadora.
No
es probable que el bloque independentista acepte rebajar el carácter
del referéndum pues las posiciones están claras, aunque nada hay
definitivo en esta vida, salvo la muerte. En todo caso, no será preciso
llegar a este punto porque es poco probable que el Congreso del PSOE dé
un mandato a Sánchez para negociar una fórmula con referéndum
consultivo. Y, no siendo esto, tampoco lo será que se forme un gobierno
de izquierda.
Esta última parte del post era una ensoñación utópica.
(*) Catedrático emérito de Ciencia Política en la UNED
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