miércoles, 28 de junio de 2017

Un perito señala que la CAM evitó el control de la CNMV a través de operaciones en Irlanda

MADRID.- Uno de los ocho peritos que han intervenido este miércoles en el juicio contra la excúpula de la Caja de Ahorros del Mediterráneo (CAM) reconoció que las operaciones de titulización efectuadas en Irlanda supusieron "escapar" del control de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).

Así lo indicó el perito Germán López, en alusión a la política de titulizaciones para obtener liquidez, inicialmente planteada para España y que finalmente terminó llevándose a cabo entre Irlanda y Reino Unido a través de fondos privados, operaciones definidas por la propia inspección del Banco de España en enero de 2012 como "carentes de sentido".
brecha "material y significativa" que, en su opinión, "afectó a la imagen fiel de la entidad" y que se habría producido por el modo en el que fueron emplazados en la contabilidad una serie de deterioros de activos financieros.
Por su parte, el exinspector del Banco de España Rubén Manso, trató de explicar la diferencia entre los estados financieros intermedios y las cuentas auditadas, y recalcó que las cifras facilitadas por la dirección de la CAM mostraban errores que debieron ser corregidos, pero que "no alteraban la imagen fiel" de la caja.
En el transcurso de la sesión, Manso se refirió además a los quince millones de euros recibidos por la antigua cúpula de la CAM, acerca de los cuales aseguró que todos los peritos coincidieron en que no se podía tener en cuenta la totalidad de esa cifra, sino sólo "una cantidad mucho más pequeña".
Versión que contrastó con el discurso de los peritos judiciales Ángel Regúlez y Sergio García, que recordaron que el ex director general de la CAM y ahora acusado, Roberto López Abad, recibió 5,5 millones de euros antes de la intervención por parte del Banco de España por su prejubilación a pesar de haberse acogido al Expediente de Regulación de Empleo (ERE).
Como sucediera en la víspera, tanto éstos como los expertos propuestos por las partes incurrieron en opiniones contradictorias acerca de algunas de las operaciones dudosas a ojos de la Fiscalía, que solicita para los ocho exdirectivos penas de hasta siete años de prisión por presunta estafa continuada y falsedad en las cuentas anuales del 2010 y del primer semestre de 2011.
En relación a las titulizaciones, los técnicos designados durante la instrucción reiteraron que "en ningún caso" podrían haber sido dadas de baja del balance, una actividad que permitió arrojar unos supuestos beneficios ficticios de 65 millones de euros en lugar de las pérdidas millonarias descubiertas tras la reexpresión efectuada en 2011.
Tras más de seis horas, la presidenta del tribunal, la juez Ángela Murillo, suspendió la sesión hasta este jueves, jornada en la que proseguirá un juicio previsto que finalice el próximo 21 de julio.

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