miércoles, 7 de junio de 2017

A Theresa May le puede pasar este jueves como a Aznar en 2004 / José Oneto *

A pocas horas de la apertura este jueves, de las urnas en el Reino Unido,  el miedo se ha apoderado de la primera ministra Theresa May (se le nota, incluso en la cara y en los ojos, ha escrito el prestigioso periodista y escritor británico John Carlin), y de los principales dirigentes del partido conservador, ante lo que vaticinan las encuestas: que es posible una derrota conservadora por el mal manejo de la información de los atentados del pasado sábado. 

Un “sábado negro” en el que murieron siete personas y hubo casi medio centenar de heridos, la mayoría de ellos, sin identificar todavía, excepto el español  Ignacio Echeverría, “el héroe del patín” cuyos familiares han tenido un trato realmente indignante y tercermundista, por parte de las autoridades británicas.

Pero es que este miedo, además, no es  sólo por el manejo torpe de la crisis, sino también, por los graves fallos de inteligencia, por la falta de coordinación entre los servicios, por el debate que ha abierto el líder de la oposición, el laborista Jeremy Corbyn, sobre los recortes en la policía que ha producido que hayan salido de las calles más de 20.000 agentes durante la etapa de May como ministra del Interior hasta el año pasado con Cameron, y por el caos con el que ha venido manejando el segundo atentando después del de Manchester, el 22 de Mayo.

En Manchester la Primera Ministra no quiso cerrar filas entre todos los partidos, con la presencia, entre otros de Corbyn en los actos fúnebres que siguieron al atentado del concierto que se celebraba en el Manchester  Arena.  Fallos de manual que recuerdan mucho la actuación del gobierno del Partido Popular y especialmente del expresidente José María Aznar en los atentados del 11-M, que le hicieron perder las elecciones de 2004 y provocaron el inesperado triunfo del socialista Rodríguez Zapatero.

Esa comparación entre el 11M y el 3J, ha comenzado a surgir en numerosos medios de comunicación que no entienden la actuación de May, después de haber convocado de forma precipitada elecciones anticipadas, en un momento difícil para el Reino Unido, especialmente por las conversaciones con Bruselas por el Brexit, simplemente porque las encuestas le daban una ventaja de casi veinte puntos con Jeremy  Corbyn que poco a poco se ha ido recuperando, hasta llegar en  vísperas de la apertura de las urnas, a un empate técnico entre los dos o a una pérdida, según los más optimistas de 25 escaños en la Cámara de los Comunes, de acuerdo con el sondeo de YouGov del pasado  lunes. Por otra parte, May ha realizado una campaña electoral mediocre y Corbyn ha mejorado notablemente, a pesar de su complicada personalidad.

En los análisis que han empezado a publicarse de esa comparación del 11M y el 3J, habría que destacar que antes del atentado de los trenes en Madrid, el PSOE iba cinco puntos por detrás en las encuestas, pero acabó ganando,  precisamente, por cinco puntos. Las elecciones de este jueves tendrán  lugar según lo previsto, y como en España no se han suspendido, porque los británicos no han querido dejar que se cambiase  el orden democrático, por gente que ven en una masacre el cumplimiento de una ideología ensangrentada y pseudo-religiosoa.

De todos modos, la reacción de May ante el nuevo atentado del sábado ha estado condicionada por la campaña electoral. Normalmente, un partido gubernamental se beneficia de un atentado en vísperas de unas elecciones porque los electores se sienten inseguros y prefieren optar por lo conocido. Esta vez no es el caso. La credibilidad de May ha sufrido mucho en los últimos meses, entre otras cosas porque recortó el presupuesto de la Policía en un 18 por ciento cuando era ministra del Interior y porque en esta ocasión tanto la policía como los servicios de inteligencia se han visto desbordados y han cometido fallos imperdonables. 

Con lo que es posible que el ataque terrorista del sábado pueda hacer que el Partido Conservador pierda la mayoría en el parlamento ya que las nubes negras se acumulan sobre el gabinete de Theresa May, a pocas horas de las elecciones de este jueves.


(*) Periodista y economista


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