martes, 13 de junio de 2017

PAS: Mejor antes que después / Ángel Montiel *

Que Pedro Antonio Sánchez dimitirá de la presidencia del PP murciano es algo que está cantado. Los propios estatutos de su partido establecen que se suspenderá de militancia a todo aquel militante que pase al banquillo. Sería extravagante que al PP lo dirigiera alguien a quien se le ha retirado el carné. Como también que el PP ignorara, por ser quien es, una norma interna que ya es demasiado comprensiva con los sospechosos de haber incurrido en casos de corrupción, entendiendo por ésta la calificación de supuestos delitos como prevaricación y cohecho que concurren en la pieza del caso Púnica que le afecta. 

Ya no se trata de cumplir un pacto con terceros, como el de investidura con Ciudadanos, sino de ser consecuente con las normas, extraordinariamente laxas, con que se ha dotado el propio PP. Si alguien es conducido al banquillo, queda suspendido de militancia. 

Todavía queda algún trámite formal para que esto quede en evidencia en su caso, pero se trata sólo de pasos burocráticos. Por tanto, Sánchez no tendría que darle más vueltas al asunto. Cuanto antes dimita, mejor para él, pues cualquier asomo de resistencia conducirá a una agonía previsiblemente penosa que concluirá de manera irremediable con su dimisión o destitución. Ya cuenta con un antecedente: el PP de Génova lo apoyó hasta el penúltimo extremo para que se mantuviera en la presidencia de la Comunidad, pero no hasta el último. 

En determinadas circunstancias hay que irse antes de que te echen. Entre otras cosas porque permanecer es inútil: significa un gran consuelo por la solidaridad que expresan quienes te apoyan (sobre todo porque los has nombrado tú en previsión de tal caso), pero esa permanencia se convierte en un fardo para el propio partido, y esto lo saben incluso los que, nombrados por ti, se ven obligados a apoyarte en contra de lo que realmente consideran que sería más práctico para todos.

Pedro Antonio Sánchez no lo sabe (mejor: no quiere saberlo), pero ahora mismo es un problema para su partido, que se aliviaría con su dimisión, pues ésta se producirá más tarde o más temprano cuando llegue el momento en que le sugieran desde arriba que debe hacer lo que voluntariamente tendría de haber resuelto antes por sí mismo. Sánchez sabe por cercanos antecedentes que las expresiones de solidaridad, empezando por las de Rajoy y de ahí para abajo, son pan para hoy. Él mismo, de estar liberado de toda acusación judicial, actuaría implacablemente contra cualquier otro que estuviera en su actual situación. No es una suposición: lo hizo cuando disponía de todo el poder con el pretexto, muy consistente, de favorecer al partido.

Sánchez tiene a su alrededor a infinitos asesores que le aconsejan la resistencia «para que no ganen los malos». Debería despedirlos a todos, puesto que no se ganan sus sueldos. El mejor consejero será aquel que le diga: «Vete antes de que te echen», o «vete por tu pie, antes que irte definitivamente quemado». O: «Vete ya si quieres volver», aunque este último consejo debería llevar un añadido: «Si te vas, es posible que no vuelvas, pero si te quedas hasta que te echen, nunca volverás».

Escuchamos de nuevo que respecto a PAS no hay ´plan B´. Tampoco lo había cuando era presidente de la Comunidad y, al final, resultó que el ´plan B´ era López Miras. A ver si va a ocurrir que la resistencia del PP a no prever lo que todo el mundo prevé lo conduce a la improvisación permanente. Mejor un buen ´plan B´ que mantener el ´plan A´ hasta después de su agotamiento.

Si Sánchez, en la noche oscura en que desde Madrid se le advirtió acerca de que era mejor mantener el poder del PP que jugarlo a la ruleta de una moción de censura, nos endosó la solución López Miras para todos los murcianos ¿qué tendría de malo que el actual presidente de la Comunidad fuera además el presidente del PP? ¿O es que lo que es bueno para los murcianos no lo es para los militantes del PP, que a fin de cuentas son unos cuantos de aquéllos que han conformado un club?

Todo es injusto, transmite PAS, y su partido (hecho a su medida) se lo compra. Pero lo cierto es que inexorablemente se va acercando al banquillo, y en ese trayecto va quedando atrás la llamada telefónica del ministro de Justicia («Pedro Antonio, ¿dónde estás?»); la intromisión de fiscal Anticorrupción (el de la cuenta en Panamá con la mismo testaferro que los Pujol) en la investigación de las fiscales que llevaban Púnica; el juez instructor que parece dictar sus autos después de tomarse las cervezas en el Cafeto junto a sus amigos del PP en vez de hacerlo de buena mañana tras el reparador café con leche... Mejor irse ya, antes de que se venga abajo todo el andamiaje que simula la normalidad institucional y a pesar del cual no hay modo de que PAS se zafe de sus responsabilidades.

¿Para qué añadir más sufrimiento personal y más desgaste político? Mejor antes que después. Porque lo que está claro es que si espera a después se tendrá que marchar igual.

Pero ya será porque lo echen.


(*) Columnista


http://www.laopiniondemurcia.es/opinion/2017/06/13/pas-mejor-despues/836985.html

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