Aunque dice que su único adversario es el PP, el discurso lanzado
ayer por Pedro Sánchez en la clausura del 39º congreso del PSOE y el
decidido giro a la izquierda del partido nos indican que su prioridad es
competir con Pablo Iglesias, recuperar los más de dos millones de votos
del PSOE que se fueron a Podemos y a partir de ahí enfrentarse al PP.
Porque tampoco es cierto ni viable, y él lo sabe, que pueda conformar
una mayoría alternativa al PP con C’s y Podemos porque se rechazan
mutuamente.
El llamamiento de Sánchez a los indignados del 15-M, que son las
bases de Podemos, lo dice todo y descubre su verdadera prioridad: que
Iglesias sufra un notable retroceso en las elecciones europeas de la
primavera de 2018. Y a partir de ahí y liquidado el fantasma del
‘sorpasso’ presentarse como único líder de la izquierda con posibilidad
de derrotar al PP.
Sánchez no olvida ni perdona a sus adversarios. Y si no que le
pregunten a los barones del partido que lo derrocaron el pasado 1 de
octubre. Todos con la excepción de López y Vara han sido expulsados de
la Ejecutiva y Comité Federal, que están ahora bajo su control. Y a
Iglesias no le perdona el ‘no’ de Podemos a su investidura en marzo de
2016 que además fue la causa de su mal resultado en los comicios del
26-J y de la rebelión interna de su partido.
Por ello ante todo y sobre todo ‘el nuevo PSOE’ de Pedro Sánchez
quiere sacar de la pista de la izquierda al Podemos de Pablo Iglesias y
para ello llama a las bases del 15-M, habla de la España ‘nación de
naciones’- pero rechaza el referéndum secesionista y dice que la
soberanía corresponde al conjunto del Estado español-, reclama la Europa
del Sur frente a Merkel, convoca a los sindicatos, mujeres, jóvenes en
pos de políticas progresistas, defiende el Estado laico y denuncia a
Rajoy y al PP por tierra, mar y aire.
Sobre todo en el campo de la corrupción y las instituciones,
subrayando que Rajoy será el primer presidente que comparezca como
testigo, el día 26 de julio, ante el tribunal que juzga la corrupción
del PP. Pero Sánchez olvida que el PSOE ha sido el único partido
condenado por estas prácticas, que Felipe González compareció ante el
Tribunal Supremo por los crímenes del GAL, el monto de los muchos casos
de corrupción del PSOE y el cercano inicio del juicio de los ERE de
Andalucía donde en el banquillo están Chaves y Griñan, dos ex
presidentes del PSOE y de la Junta de Andalucía.
En relación a las alianzas para desalojar a Rajoy de la Moncloa,
Sánchez insiste en el pacto tripartito del PSOE con Podemos y C’s pero
sabe que es inviable por la mutua animadversión política y personal de
Iglesias y Rivera, y ahora con mayor motivo porque Ciudadanos no acepta
el discurso de la ‘nación de naciones’ de Sánchez, por lo que ese pacto
‘sin vetos’ del que habla Sánchez está en la vía muerta.
Y porque la otra alternativa de un pacto PSOE, Podemos, ERC y resto
del nacionalismo secesionista -la llamada ‘Operación Frankenstein’-
abriría en el PSOE de nuevo la crisis que creen que acaban de cerrar
porque los barones y la vieja guardia del partido regresarían al asalto
contra Sánchez o se irían a una nueva formación, lo que está muy de moda
en Europa.
O sea, nada de pactos inmediatos para echar a Rajoy de la Moncloa y a
punto de iniciarse la venganza de Sánchez contra Iglesias como primera y
obligada etapa de su pretendido ascenso al poder. Una carrera sin duda
nada fácil y en cuyo preámbulo Sánchez ha conseguido una indiscutible
victoria en las filas de la izquierda.
Un buen impulso en su meritorio regreso y renacer por el flanco zurdo
de la política pero insuficiente para llegar al poder porque el
realismo europeo pesa mucho -como lo acaba de demostrar Macron en
Francia- y el centro de la política sigue siendo la esencial y sobre
todo en España. Aunque todo eso no es la prioridad de Sánchez, antes
debe reunificar el PSOE, actualizar su discurso y programas y liderar la
izquierda -el contra sorpasso- dejando a Podemos en franca debilidad.
(*) Periodista
No hay comentarios:
Publicar un comentario