Nuria Parlon, dirigente socialista del PSC (con cargo en la Ejecutiva
del PSOE y alcaldesa de Santa Coloma de Gramanet) ha amenazado con
recurrir a instituciones internacionales si el Gobierno de España decide
suspender la autonomía catalana aplicando el artículo 155 de la
Constitución en respuesta a una supuesta rebelión de la Generalitat por
la convocatoria de un referéndum secesionista o la declaración
unilateral de la independencia de Cataluña.
Nadie en España, Salvo Puigdemont y sus aliados, quiere llegar a
dicha aplicación del artículo 155 de la Carta Magna -que Alfonso Guerra
dice que debió de aplicarse hace tiempo- pero si llega el caso y el
Gobierno lo decide sería impensable que el PSOE hiciera algo similar a
lo que propone Parlon enfrentándose a la legalidad y con actitudes
propias de partidos y regímenes no democráticos.
Y no es la primera vez que escuchamos algo así desde el PSC -que
continúa siendo un problema pendiente del PSOE- y mucho nos tememos que
ello lo sustente Pedro Sánchez en su funambulista caminar sobre la
delgada línea roja donde ahora hace equilibrios y piruetas. Como la que
acabamos de ver a propósito de la anunciada abstención socialista ante
la próxima ratificación del Tratado de Libre Comercio de la Unión
Europea y Canadá.
Sabemos que Parlon, que aspiró a liderar el PSC frente a Iceta, se
opone frontalmente al referéndum ilegal de Puigdemont pero sus amenazas o
sus advertencias al Gobierno de España no tienen cabida en la
Democracia ni en el ámbito legal y constitucional. Y constituyen un
error que pronto debería de subsanar Pedro Sánchez antes de que esta
mecha prenda entre las bases y dirigentes del PSC avivando el incendió
político catalán.
Se empieza por hablar de la ‘nación de naciones’ y una vez que se
sube ese escalón ya están en el PSC anunciando recursos internacionales
en contra de España si el Gobierno decidiera aplicar a rajatabla la
legalidad frente al desafío catalán.
Y que se cuide Sánchez, el rojo, de seguir los pasos de Parlon porque
en ese caso donde sí habrá una rebelión será en el PSOE. Empezando por
el Grupo Socialista del Congreso que no controla Sánchez y siguiendo por
los barones regionales con Susana Díaz a la cabeza y en ese caso la
ruptura socialista se convertiría en una imparable realidad.
(*) Periodista
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