jueves, 29 de junio de 2017

Los cuatrocientos votos / Ángel Montiel *


Pedro Sánchez ganó en la Región de Murcia las primarias socialistas con 2.500 votos. Pero entre sus adversarios lo superaron en cuatrocientos: Susana Díaz, 2.100, más Patxi López, 800. Cuatrocientos votos es, además, la diferencia entre el sufragio de Sánchez y el de Susana Díaz. Patxi López ha sido absorbido por la mayoría de Sánchez, por lo que las cuentas en Murcia nos darían una mayoría para el secretario general de 1.100 votos respecto a la opción Susana. 

Es un panel que merece la pena considerar si se diera por supuesto que en unas primarias para la elección de la secretaría general socialista en la Región se repitieran mecánicamente los resultados de las nacionales. Pero es obvio que esto no será así. 

Entre los votantes de Pedro Sánchez, por poco que se indague en la calle o en las redes sociales, hay ya diferencias de criterio sobre la elección del sustituto o sustituta de González Tovar: unos aseguran que «hay que abrir las urnas sin ningún pacto previo entre candidatos para que la democracia de las bases se manifieste en toda su integridad», un discurso que aspira a mantener en la Región la rebelión de los militantes que parece encarnar el alcalde de Alhama, Diego Conesa, quien ya ha ofrecido a través de Facebook su plena disponibilidad para encabezar la alternativa. 

Pero otros militantes que se han significado en favor de Sánchez no dudan en expresar que la mejor opción sería María González Veracruz, de quien señalan los valores de experiencia y popularidad, quitando importancia al traspiés de su circunstancial adscripción en las primarias a Patxi López, quien, al fin y al cabo, ha aceptado integrarse en la nueva ejecutiva nacional de Sánchez. 

A pesar de que el líder nacional no ha mostrado gestos de comprensión a las posiciones de González Veracruz durante las primarias (nadie puede confirmar que hayan cruzado ni cuatro palabras desde el inicio de esas elecciones) y no ha reparado en el desgaste que supuso para ella la fórmula del ´imperativo´ en la abstención para la investidura de Rajoy, en el PSOE murciano muchos aspiran a la recomposición de las relaciones políticas entre la diputada y Sánchez, al que ésta apoyó hasta el final, o hasta lo que ella creyó que era el final de Sánchez. La única señal implícita de que no hay síntomas de venganza es que González Veracruz ha sido confirmada como portavoz del Grupo Socialista en la comisión de Ciencia e Innovación del Congreso de los Diputados. 

Al día de hoy pueden darse por proclamados dos candidatos a la secretaría general del PSOE murciano, aunque ninguno de ellos lo haya hecho oficialmente: Diego Conesa y María González Veracruz. Entre ellos está el juego. Las sugerencias de que ambos inicien una negociación para el consenso pueden ser letales para cada uno de ellos. Conesa quiere prolongar ´la rebelión de las bases´, y cualquier signo de aproximación al tovarismo significaría ante los suyos una renuncia a la conquista de las primarias nacionales, y más porque es obvio que María González no jugará al consenso si no es ella quien lidere la opción conjunta. Pero Conesa se puede equivocar si quiere jugar al todo o nada, pues ´las bases´ pedristas de las primarias, ya digo, están divididas. 

Y hay que contar, además, con el voto del susanismo, representado por ´las alcaldesas´, que se acercaron a cuatrocientos votos del ganador. Habrá, pues, que contar con ellas. María González, en un principio, mantenía con ellas una excelente conexión, especialmente por razones generacionales, de modo que podría recuperarla con cierta facilidad, dado que el susanismo ha hecho plafff, pero solo en el caso de que muestre una posición alejada de la de su padre, Rafael González Tovar, que es quien ha dado lugar al fraccionamiento interno de la mayoría que su hija le cedió. 

No cabe pensar que la hija haga una exhibición pública de crítica hacia su padre, pero es posible que en los contactos internos pueda plantear un tipo de relaciones diferentes que convenzan a los titulares de los poderes locales. González Tovar que, sin mayor mérito por su parte, se ha visto galardonado con una larga ristra de alcaldes socialistas, gracias, en la mayoría de los casos, a coaliciones diversas contra las mayorías minoritarias del PP, ha muerto de ese éxito, ya que los alcaldes y alcaldesas socialistas no se acomodan a su dirección. 

El principal problema para la reubicación en la política regional de González Veracruz son las torpezas de su padre, pero en el PSOE se conocen a la perfección estas circunstancias. Si perciben que la opción González Veracruz no contiene trucos y que, sin necesidad de ´matar al padre´ (que ya sería mucho pedir) puede abrir un espacio distinto a lo conocido, tal vez haya un futuro para ella. 

Sobre todo si Pedro Sánchez no se toma un fin de semana en Murcia para proclamar que su candidato es inequívocamente Diego Conesa. Pero no la hará, porque debe ser consciente de que esos cuatrocientos votos de diferencia pueden volcarse en su contra, tanto por defraudar a sus votantes (los votos de aluvión a las propuestas maximalistas huyen con mucha rapidez a la primera decepción) como por crear fracturas que traigan una estabilidad de corto recorrido. 

En teoría, Conesa sería la opción de arrastre en relación al resultado de las primarias nacionales en Murcia, pero hay variables muy sutiles después del espasmo de la militancia contra el ´golpe de Estado´ de Ferraz y la subsiguiente abstención en favor de Rajoy. Ojo.


(*) Columnista


No hay comentarios: