MURCIA.- La Plataforma por la Defensa del Patrimonio Cultural de Murcia lleva
tres años analizando el grado de cumplimiento y ejecución del principal
reglamento del casco antiguo de la ciudad, el Plan Especial del Centro
Histórico-Artístico (PECHA).
Tras más de dos décadas en vigor se ha
identificado que, por una parte, no sólo se han perdido más de 20
inmuebles protegidos que fueron derribados al declararse en ruina, sino
que esa dinámica ha favorecido el abandono de otros tantos ante las
posibilidades de derribo mediante este procedimiento, no existiendo por
parte del Ayuntamiento ningún plan municipal que incentive la
rehabilitación, tal y como sucede en multitud de ciudades españolas.
El análisis del PECHA también ha permitido observar que diversos
edificios catalogados disponen de unas condiciones de actuación que
facilitan importantes modificaciones cuando se interviene en ellos,
alterando su imagen con unos criterios más que dudosos, principalmente a
través de aumentos desproporcionados de sus alturas en un centro
histórico que precisa conservar las alturas tradicionales, las azoteas y
los remates de tipología murciana.
Según el criterio de la Plataforma,
las compensaciones por mantener inmuebles protegidos deberían
encaminarse hacia exenciones en el pago de licencias, bonificaciones del
IBI o nuevas fórmulas mediante indemnizaciones o reparto de cargas, no a
través de aumentos de edificabilidad como sucede en la actualidad.
Por otra parte, en lo que se refiere a las carencias del PECHA, en el
momento de su aprobación no fueron protegidos la totalidad de los
edificios susceptibles de serlo, por lo que numerosos inmuebles de valor
han sido derribados estos años o se encuentran en serio peligro al no
contar con protección (la Plataforma ha identificado 76 casos que
necesitarían ser catalogados urgentemente).
Además, en el Plan Especial se contempló un grado de protección de
"interés ambiental" que sin embargo no ha sido desarrollado, pensado
para edificios medianeros a otros de mayor valor o para los situados en
entornos BIC (Bienes de Interés Cultural) que facilitaría que se pudiera
generar una sensación de "conjunto" hoy casi inexistente hemos
identificado 57 inmuebles susceptibles de ser incluidos en esa
tipología.
En la catalogación original del PECHA tampoco se tuvo en
cuenta la arquitectura del denominado "movimiento moderno", posterior a
las décadas de 1940 y 1950, por lo que estamos en riesgo de perder 53
inmuebles de esa época, constituyendo un importante patrimonio para la
ciudad.
En lo referente a los espacios del centro histórico y el tratamiento
específico que se les ha otorgado, más allá de los escasos "espacios
urbanos singulares" establecidos en el PECHA (tan sólo cuatro), la
Plataforma cree necesario la creación de "corredores" que consigan
conectar las distintas partes fundamentales del casco antiguo que hoy
aparecen como sectores aislados e inconexos, imposibilitando la
existencia de una sensación de "conjunto" que es imprescindible cuando
hablamos de lo que debería ser un "conjunto histórico-artístico" que
comprende desde San Andrés a Santa Eulalia.
De hecho, en el PECHA
también deberían incluirse diversas zonas que quedaron fuera de la
planificación, como el histórico barrio del Carmen, o las áreas situadas
más allá de la muralla árabe (los antiguos arrabales), que yacimientos
como el de San Esteban evidencian su indudable importancia.
En opinión de la Plataforma, más allá de las carencias señaladas en
el PECHA, los fallos en su aplicación producidos en estos años se
explican más bien por la ausencia de una instancia municipal que se
dedique a implementar el Plan de una forma específica y con
asesoramiento.
Se hace necesario por tanto la creación de un Consejo
Asesor de Patrimonio en donde participen técnicos del ayuntamiento,
asociaciones, cronistas y expertos. Consejo que en municipios como el de
Cartagena ya funciona con éxito desde hace tiempo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario