Patxi López, el ex lehendakari vasco que gobernó Euskadi con el
Partido Popular, en unas de las etapas más difíciles del conflicto
vasco, el que menos avales ha conseguido como candidato a las
primarias socialistas que se celebrarán el próximo domingo 21 de mayo,
y, al que todos piden que sume su voto al de Pedro Sánchez, es el que
realmente ha ganado el debate entre los tres candidatos a la secretaria
general del PSOE celebrado este lunes en la sede del partido en la calle
Ferraz de Madrid.
Algo inesperado, cuando las encuestas, los sondeos y los análisis más
objetivos , daban a Pedro Sánchez como ganador de este único debate
que se ha celebrado en el mismo escenario en el que hace siete meses,
tuvo lugar lo que fue la mayor crisis vivida por el partido, desde la
crisis del decisivo Congreso de Suresnes (Francia), en el que una nueva
dirección, liderada por un jovencísimo Felipe González ,”Isidoro” en la
clandestinidad, terminó con el reinado, entonces, del secretario
general, el histórico Rodolfo Llopis.
Ya desde el principio, cuando tanto Sánchez como Díaz, habían
prometido un debate sin tensiones y entre compañeros, el choque entre
la presidenta andaluza y el ex secretario general, empeñado en
recuperar el puesto del que fue descabalgados en octubre, pareció
inevitable. “Pedro, yo comprendo que la decisiónn de la abstencion fue
dolorosa”, empezó Díaz, pero eso se produjo después del mayor
desastre electoral protagonizado precisamente por Sánchez, entre otras
razones porque, segun Díaz, el votante, al final, no sabía si estaban
votando al PSOE pro Ciudadanos, el que iba a ir de la mano de
Podemos o el de la bandera más grande que la de Aznar ”.
Ese fue el comienzo de un debate en el que al principio el tercero en
discordia, Patxi López parecía que estaba allí, haciendo un “Cameo”,
porque, el enfrentamiento entre los dos, no dejaba el menor hueco para
que el vasco colocase su mensaje. Diaz y López parecían haberse puesto
de acuerdo en el ataque a un Sánchez, sorprendido de la dureza de los
ataques de la presidenta andaluza que le echaba en cara que el problema
era él, que había recibido los apoyos de los ex presidentes del
Gobierno Felipe González y José Luis Rodríguez Zapatero y que al final,
se había quedado sólo, porque hasta sus portavoces en el Congreso y en
el Senado, Antonio Hernando y Oscar López, le habían abandonado.
Como se esperaba el cruce de acusaciones se intensificó cuando se
abordó el tema de las nacionalidades, un tema que, junto con posibles
acuerdos con Podemos, había sido matizado días antes del debate despues
de nuevas aportaciones al programa que habían coordinado José Félix
Tezanos y Manu Escudero.
Sánchez ha querido demostrar que no es el único
que cambia de opinión y por eso ha asegurado que Díaz “votó por el
Estatut cuando era diputada y apoyó un informe en el que se decía que
España es una nación de naciones”. Y añadió que luego “culpó a José Luis
Rodríguez Zapatero por aceptar el Estatut y más tarde dijo que nación
es un término discutible”.
Díaz en un tono en el que llamó varias veces “querido” a su
contrincante, no tuvo reparos de acusarle de mentiroso y que estaba
faltando a la verdad “Faltas a la verdad porque yo no he aprobado ningún
informe de la plurinacionalidad. Eres muy imaginativo con esa idea de
la nación de naciones cultural. Yo estoy con la Declaración de Granada
que reconoce la diversidad, pero también la igualdad de todos los
ciudadanos”.
Por su parte Sánchez insistía en que es la candidata
andaluza quien no mantiene siempre la misma posición: “Dijiste se puede
negociar el término nación. Puede que ahora hayas cambiado de opinión. Y
para volantazo el del 1 de octubre de espaldas a los votantes”, algo
que venía a incidir en esa imagen de que había sido ella la que, al
final, le había clavado el puñal para poner fin a su mandato.
Entre acusaciones de uno y otro (es verdad que Díaz estuvo más
agresiva que Sánchez) poco a poco fue recuperándose el “tercer hombre” ,
que fue introduciendo racionalidad a un debate que todos habían
prometido que iba a ser hasta cierto punto pacifico, pero que estuvo a
punto de terminar casi, como el Comité Federal del 1 de octubre.
En resumen: victoria a los puntos de López, sin que en estos momentos
pueda calibrarse a quienes quita esos miles de votos que puede haber
ganado en el debate de este lunes, teniendo en cuenta que no son muchos
los que a estas alturas permanecen aún indecisos…
(*) Periodista y economista
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