Admirable la sobriedad ibérica -solo le falta vestir la parda
estameña- de Pedro Sánchez para volver por sus méritos propios a Ferraz,
donde le echaron en aquella noche de los muertos vivientes, la
colección de momias que pareció el apaño de la Transición. Ahora con
trajes de Brioni, amigos mejicanos millonarios y puros habanos en la
mano.
Las momias de Suresnes, que echaron con trampas a Llopis, Pallache y
demás socialistas de verdad, fingieron ser socialistas para llevar la
Transición al punto deseado por la CIA, el capital y las fuerzas del
orden. De lo cual me congratulo, pues hicieron una Transición
dictadura-democracia modélica, que ha quedado en los libros de texto.
Pero esos servicios prestados por el PSOE a “la carta” han acabado
pasando factura. Felipe engañó a casi todos, con su verborrea vacía y su
chaqueta de pana (Lenoux se calzaba alpargatas antes de mitin) pero se
le ha visto finalmente el plumero y sobre todo el habano.
La tosca Susana, rodeada por semejantes zombis no conectó con la
realidad, esa que Sánchez se pateaba por España durante meses porque
intuyó que los militantes quedaron muy decepcionados la noche de su
desfenestraferración. Ha vuelto.
No sé si es bueno para la economía, pero seguro que es bueno para la
democracia. Cabe agradecer al PSOE este ejercicio de transparencia y
consulta a sus bases, cosa impensable para las momias que el Señor tenga
en su seno.
Se abre un periodo muy útil para España por la luz que puede echar
hacia el futuro. Con Sánchez los tapujos de la Transición han terminado,
al fin.
(*) Doctor en Economía, profesor de Urbanismo.
http://www.republica.com/desde-el-nirvana/2017/05/28/pedrito-coge-el-fusil/
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