domingo, 9 de abril de 2017

Los condones vengadores / Ángel Montiel *

El director general de Juventud se chivó al obispo Azagra: el presidente del Consejo de la Juventud, que pertenecía al grupo de la Pastoral Juvenil de la Diócesis, alentaba el reparto de condones. Eran los tiempos de la alerta por el sida, y se puso de moda aquel ´póntelo, pónselo´ que provocó tanto escándalo entre los ´hazteoír´ de entonces, el establecimiento oficial del PP (véase la hemeroteca).

El recurso a Azagra para que pescozoneara al chaval que lideraba el grupo católico que se había hecho mayoritario en la ´asamblea´ de las asociaciones juveniles de la Región apelaba a un resorte ´moral´, según la siempre muy adaptable doctrina de la Iglesia, para esconder el verdadero interés político, pues estoy convencido de que al director general de la Juventud del Gobierno del PP, más que el reparto de condones, lo que le preocupaba es que las Nuevas Generaciones no hubieran conseguido controlar el Consejo de la Juventud.

Azagra, tras escuchar al director general, eludió pedir explicaciones al presidente del Consejo, pues es obvio que no había impulsado la Pastoral Juvenil para que sus integrantes pasaran por pacatos, sino para que se pusieran en vanguardia de las inquietudes de los jóvenes y no se achantaran ante las iniciativas de los más progresistas.

De otro modo, sus alevines habrían acabado siendo cuatro gatos beatos sin capacidad de inserción en el movimiento juvenil. Azagra ha sido el obispo más políticamente inteligente que ha tenido la Diócesis, y dejaba estas cosas en manos del padre Joseíco (navarro como él), un auténtico apóstol que ha marcado huella en varias generaciones de murcianos porque tenía disposición a predicar la libertad frente a los ridículos tabúes de muchos de sus colegas.

La historia de aquel choque entre el director general de la Juventud y el presidente del Consejo de la Juventud la trazó en estas páginas el periodista Pedro J. Navarro en su artículo Donde las dan... las toman, un testigo de primera fila, pues por entonces ejercía como jefe de prensa del Obispado.

El título de su escrito se justifica en que Pedro Antonio Sánchez ejercía el primer cargo, mientras el segundo estaba en manos de Miguel Sánchez. Los meandros del tiempo han conducido a que la operación que entonces resultó infructuosa (que Azagra destituyera a quien hoy es líder de Ciudadanos por la presión del actual líder del PP), haya tenido éxito después, pero a la inversa: ahora ha sido Miguel Sánchez quien se ha cobrado la cabeza del primero como presidente de la Comunidad autónoma.

La venganza de los condones, podríamos titular el sainete, y esto aunque solo se trate de una coincidencia curiosa, pues es obvio que las circunstancias que han llevado a la dimisión de PAS provienen de su tendencia a extremar una actitud política temeraria, ya que la historia entre ambos líderes empezó bien: Sánchez, el popular, se alzó con la presidencia gracias al voto del otro Sánchez, el de C's.

Es verdad que los recelos entre ambos nunca se disiparon. Cuando ninguno creía que volverían a protagonizar un pulso, ambos se encontraron en un momento de máximo protagonismo en sus respectivas carreras políticas, diríase que decisivo en los dos casos. ¿Tú por aquí? debió faltar que se dijeran cuando uno y otro se vieron en los carteles de las últimas elecciones autonómicas. Tengo la impresión de que en esta etapa PAS siguió desdeñando a quien, sin embargo, le amargó algún éxito en su etapa de director general de Juventud al superar a las Nuevas Generaciones del PP; por otro lado, es obvio que Miguel Sánchez no se ha fiado de PAS en ningún momento del actual proceso político, pues su experiencia juvenil le avisa de que siempre intentará jugársela, como en el caso de los condones y en otros que testimonian quienes en aquel tiempo eran funcionarios de la Comunidad o miembros de las organizaciones adscritas al Consejo de la Juventud. Los bucles del tiempo.

El Cabezo de la Jara.
Pero si aquellos lances de juventud pueden pasar por anécdotas que hoy se relatan, como las putadas de la mili, con una sonrisa cómplice, otros hechos relativamente más recientes inciden en la impresión de que el pasado regresa para crear tribulaciones en los momentos de mayor esplendidez.

PAS abandonó la dirección general de Juventud para optar a la alcaldía de Puerto Lumbreras, presidida entonces por un socialista, José Cerrillo. Las impresiones del momento avanzaban un empate técnico entre ambos, pero hubo algo que decantó el resultado a favor del popular, según se dedujo en aquel momento. El PP de Puerto Lumbreras fue informado por el candidato de ese partido a la alcaldía de la vecina Vélez Rubio de que el alcalde socialista de esta localidad habría hecho la vista gorda a una reforma irregular de la casa que poseía Cerrillo en el Cabezo de la Jara, un sistema montañoso que se extiende entre ambos municipios.

El entonces alcalde socialista disponía de una antigua construcción en esas alturas, en la zona perteneciente al municipio almeriense, que transformó presuntamente sin licencia de obras en un pequeño cortijo para el retiro familiar. El PP lumbrerense acopió toda la información al respecto con la ayuda de sus colegas en Vélez Rubio y se reservó darle publicidad hasta el momento de la campaña electoral. La edición murciana de La Razón, entonces existente, lanzó la denuncia, y esto contribuyó a la pérdida de apoyos del PSOE en Puerto Lumbreras, según se apreció por entonces. A partir de esa caída (los socialistas habían gobernado esa plaza desde la Transición) los éxitos electorales de PAS fueron creciendo hasta el punto de reducir al PSOE a mínimos, incluso ya por debajo de IU, que en la actual corporación supera a los socialistas en un concejal (cuatro a tres, mientras el PP tiene diez).

Cerrillo abandonó pronto la política municipal y se dedicó al ejercicio de su profesión de médico, pero hay quienes creen que los socialistas que lo sustituyeron no olvidaron aquella jugada y esperaron a que PAS se enseñoreara en sus cómodas mayorías absolutas, desde las que operaba sin tener demasiado en cuenta a la oposición. Y ahí podría estar el origen de las réplicas en denuncias judiciales de todo tipo de las que ahora tanto se quejan los populares, señalando el grueso de las mismas como una ´campaña de persecución´.

Los socialistas lumbrerenses han sufrido diversas crisis internas a consecuencia de sus malos resultados electorales, hasta el punto de que hoy el partido lo dirige una gestora, pero las denuncias contra PAS se han mantenido, y lo han hecho por distintas vías: la que podríamos denominar oficial, que articula el exsecretario general José Manuel García Miravete, y otra, a la que coloquialmente se la señala como la del ´PSOE B´, cuya estrategia está en manos de Juan Valero, esposo de Lidia Avilés, quien fuera candidata a la alcaldía. Este segundo bloque es el más activo en la denuncia, más incluso que el de los socialistas que avala la dirección regional, que obviamente corre con los gastos de los procesos judiciales.

De la línea del llamado ´PSOE B´ se esperan, además, nuevas denuncias contra PAS si la que actualmente está en curso, el caso Auditorio, no prosperara. Dado que en Puerto Lumbreras hay, aparte del Auditorio, una amplia relación de edificios públicos (entre ellos, la propia sede consistorial, reubicada en una larga provisionalidad en instalaciones destinadas a la actividad cultural) cuya construcción está paralizada y alguna promoción urbanística que fue iniciada con un Plan General que quedó anulado, ya hay quienes hablan de una reserva de casos para secundar al del Auditorio si éste fuera archivado.

Todo esto a pesar de que el ambiente en la localidad, incluso entre algunos de los que antes se mostraban críticos con PAS, es de tensión contenida. Se trata de un pueblo en que la inmensa mayoría de sus habitantes ha votado a quien hasta el pasado martes fuera presidente de la Comunidad, y se aprecian sentimientos contradictorios. Prima, desde luego, el de que una persona del lugar que ha sido capaz de promocionarse políticamente hasta la presidencia del Gobierno ha venido a ser derribado por denuncias de políticos de su propia localidad. La cuestión sentimental se impone a cualquier otro criterio que pudiera esgrimirse, y más en los momentos álgidos en que el factor humano se transmite con fuerza en los impactos mediáticos.

(Entre paréntesis, ya que estamos en Semana Santa, bastará señalar que todos los años, tanto PAS como García Miravete prestan sus hombros al trono de la Virgen de los Dolores, lo que ofrece una idea de lo incómodo que debe ser en una espacio tan reducido como Puerto Lumbreras mantener unas relaciones políticas tan enfrentadas).

Puede que todo sean casualidades (en el caso de los condones, sin duda), pero llama la atención de manera aleccionadora esta profusión de coincidencias que permite considerar que el pasado siempre vuelve, y no siempre con la mejor estampa. Puede que, en el fondo, el acicate para el seguimiento estricto de las actividades públicas de PAS por los socialistas de Puerto Lumbreras haya que datarlo en el supuesto de que ellos fueron los primeros denunciados. Y, luego, él no lo ha puesto difícil para que le den la réplica.

Supresión 'Inmediata' de los aforamientos 
Este va a ser el caballo de batalla en la negociación entre C's y PP para facilitar la investidura de Fernando López Miras, FER, como nuevo presidente de la Comunidad. La supresión de los aforamientos de los diputados regionales ya constaba en el pacto anterior, pero es uno de los puntos que no ha sido activado, quizá por su complejidad, ya que exige la reforma del Estatuto de Autonomía. Sin embargo, ahora estará entre las condiciones que C's presentará como irrenunciables. Tal vez como primera medida de la nueva etapa, y exigiría el apoyo activo del PP para que la iniciativa pueda ser efectiva en el plazo de pocos meses. 
 
C's no va a exigir el cumplimiento total del pacto anterior con PAS, que supondría la dimisión de éste como diputado regional y hasta como presidente del PP. Atenderán ahora a la ´doctrina básica´ enunciada por el líder nacional, Albert Rivera, que la estableció en el ultimátum «dimisión o elecciones». Producida la dimisión de PAS no habrá lugar a otras exigencias, a no ser que desde Madrid calculen otra estrategia. Pero si ésta consistiera en presionar más a PAS, el resultado podría ser el anticipo electoral, que según apuntan en C's contradeciría el dilema que plantearon. 
 
No obstante, poner en marcha de inmediato el proceso para la eliminación de los aforamientos viene a ser, por otra vía, algo similar a la petición a PAS para que abandone el escaño, aunque le otorga unos meses de plazo en los que podría salvarse de sus imputaciones si se diera el carpetazo en los dos casos que le afectan, Auditorio y Púnica.  
 
Los de Rivera, que inician con el PP las negociaciones en plena Semana Santa, pretenden establecer fechas para eliminar los aforamientos, y esto no parece que vaya a complacer al PP, donde son conscientes de que PAS quedaría a la intemperie, pues las dos instrucciones retornarían a los jueces que han hecho exposiciones razonadas ante el TSJ de Murcia en las que se transparenta con toda claridad la convicción de que el ya expresidente es agente activo de más de media docena de delitos fuertemente penados por la actual legislación.
 
Aunque Miguel Sánchez se resiste a adelantar posiciones a este respecto alegando que C's establecerá su nuevo pliego de condiciones al PP a lo largo de la semana próxima, otros responsables del partido adelantan que, en efecto, el nuevo ´punto fuerte´ y, añaden, ´inexcusable´, será la eliminación ´inmediata´ de los aforamientos políticos, una iniciativa a la que deberá sumarse el PP si aspira a que López Miras pueda acceder a la presidencia del Gobierno. El horizonte alternativo, en caso de resistencia, sería la convocatoria de nuevas elecciones, ante lo que PAS también quedaría desprotegido de su aforamiento.  
 
 
(*) Columnista
 
 

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