miércoles, 19 de abril de 2017

Rajoy ¿seguirá ciego, sordo y mudo? / Enric Sopena *

El 11 de febrero de 2009, le estalló a Mariano Rajoy Brey ente las manos un asunto más que peligroso: el llamado caso Gürtel. Entonces, al frente de un nutrido grupo de sus más próximos, todos ellos con cara de funeral para intentar frenar la que se les venía encima, proclamó: “La Gürtel es una conspiración contra el PP”.

Desde hacía dos años, la UDEF alertada por algún ciudadano de bien, investigaba el asunto. Cuando, en 2013 se conocieron los mensajes de ánimo enviados personalmente por Rajoy a su querido amigo Luis Bárcenas, la contraofensiva judicial estaba ya montada, y todo parecía que el asunto acabaría languideciendo.

El selecto grupo de cuatreros, de mayor o menor fuste, dejaron de sudar la gota gorda, mientras Mariano seguía leyendo el diario Marca y fumándose un puro. Habían caído cabezas de magistrados, como la de como Baltasar Garzón que, en febrero de 2012, fue condenado a 11 años de habilitación y expulsado de la carrera judicial, a instancias de la denuncia interpuesta por los cabecillas de la trama Gürtel (manda uebos, aceptado por la RAE).

Pero, no pasaba nada. Aquella España del PP parecía la España de “La ley de los Justos”, sarcástico título utilizado por uno de los maestros de la novela histórica, Chufo Llorens, una gran novela, de pasión, ideales y venganza.

Que cuatro tesoreros del PP hubieran sido imputados, hasta ahora nada tenía que ver con quien hacía décadas ocupaba puestos ejecutivos en el partido. Pero, finalmente Rajoy Brey ha sido citado a declarar en el juicio de la Gürtel como testigo, a pesar de la oposición de la Fiscalía General y de la Abogacía del Estado.

Será preguntado sobre hechos que no tienen relación con su función como jefe del Ejecutivo, sino con su pasado como dirigente del PP. No esperan grandes sorpresas. Aunque no es lo mismo respetar la presunción de inocencia, que hacerse el ciego, el sordo y el mudo.


(*) Periodista


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