domingo, 12 de marzo de 2017

El último tren a Tovarlandia / Ángel Montiel *

Hay un tren que viene resoplando y va cargado con el Auditorio de Puerto Lumbreras. El socialista Rafael González Tovar quiere tomarlo, porque sabe que para él no habrá más trenes, y ha decidido emprender una carrerilla, echando su último resuello, para incorporarse al paso. Pero el riesgo es grave: si se lanza en marcha y no consigue aferrarse a los asideros del vagón principal podría caer al andén y ser arrastrado a las vías, donde resultaría aplastado por la insensible máquina ferroviaria. Pero qué más da. Ahora o nunca. De perdidos, al río. Es la última y la única oportunidad para Tovar. 

Sin el tren del Auditorio, ya estaría jubilado de la política, de manera que no hay riesgo mayor. Ya se estrelló en las elecciones autonómicas y en todas las que vinieron después, pero ahora tiene una oportunidad, no tanto sobrevenida como prevista, dado que su adversario del PP, PAS, presenta una grave avería. Tovar no va a desperdiciar la oportunidad. Se va a lanzar al tren en marcha, y si no consigue sujetarse a la barra de acceso y cae a las vías, mala suerte. Esto último ya se daba por descontado, así que si la probabilidad de éxito fuera del 0,009, lo intentaría de todos modos. ¿Y si sale?

No es algo extraordinario en la vida política. Lo más frecuente es que los jefes políticos conduzcan mientras puedan a sus partidos hacia su proyecto personal, que no es otro que el de sobrevivir, aunque las consecuencias posteriores para la organización a la que pertenecen sean terribles. Lo estamos viendo cada día: ahí está Vistalegre 2 en el caso de Podemos o la propia apuesta ciega del PP por PAS. P´alante, y ya se verá. El caso de Tovar es todavía más evidente, pues es imposible disociar sus posiciones respecto a la política general de sus intereses en lo orgánico, es decir, en el poder interno del PSOE.


El planchazo de Ciudadanos

La pasada semana, Tovar convocó a Ciudadanos para iniciar un diálogo sobre la moción de censura al presidente popular, un instrumento en que concurren dos circunstancias: una, sólo la puede presentar el PSOE, por la lógica del reglamento que exige un número de diputados del que no disponen los otros partidos de la oposición; y dos, sólo puede triunfar si la apoya Ciudadanos, dado que es el partido que dispone de la llave para abrirle paso a la izquierda PSOE/Podemos. 

Ciudadanos, que iba de invitado, aprovechó la ocasión para dictar públicamente su hoja de ruta, dejando a los socialistas en el párking: Miguel Sánchez, el portavoz del partido de Rivera, vino a decir que en el centro del ruedo están ellos, por mucho que el PSOE intente ocuparlo. A éste, en todo caso, le correspondería activar el recurso de la moción de censura si es que el PP no se atiene, hasta el próximo día 27, a las condiciones que unilateralmente le impone Ciudadanos. 

Este gesto dejaba a Tovar, el jefe del partido mayoritario (aunque poco) de la oposición a expensas de la estrategia de los riveristas, proclive a volver a amistarse con el PP si éste sustituyera a PAS por otro candidato a la presidencia o, digan lo que digan algunos de sus portavoces, a seguir apoyando a PAS en caso de que en el tramo hasta el 27 de marzo, fecha del ultimátum ´ciudadano´, se hubiera producido un carpetazo judicial al caso Auditorio, algo no improbable, como tampoco lo es que el TSJ decida trasladar el expediente a la vía contencioso-administrativa, con lo que la cuestión penal contra PAS quedaría en el limbo. 

En el PSOE creen que los ´plazos´ de Ciudadanos son mero postureo a la espera de esa posibilidad, de manera que Tovar, urgido por las prisas para convertirse en presidente del Gobierno, ahora o nunca, se vea obligado a sobreactuar.

El problema de Tovar es que en una situación crítica como la que se da en este momento en la Región sólo hay dos maneras de actuar para un líder político que se pretenda alternativo. Una, gestionar los tiempos; dos, controlar las propias ambiciones. Y es obvio que en el caso del socialista, el último epígrafe se le va de las manos, y en consecuencia, también el primero. Es la ansiedad.

El calendario y las primarias

Veamos su calendario: ha convocado para mañana a la ejecutiva de su partido, donde a pesar de que hay personalidades interesantes (pongo por caso a Emilio Ivars, a quien ni siquiera conozco, pero adivino) resolverán con el ´señor, sí señor´, para después, el miércoles, acudir a un comité regional algo más complejo, pero en el que las propuestas de Tovar serán aprobadas sin dificultad y puede que hasta con fingido entusiasmo. Serán un «allá tú», «haz lo que te parezca», «lo que tú veas», lo cual significará en la traducción al momento político que vive el PSOE, en pleno desarrollo de las primarias nacionales para la elección de secretario general (o, más probablemente, secretaria), un «estréllate, y así nos facilitas las cosas». 

Y es que todo lo que tiene que ver con la crisis de PAS se puede leer desde el PSOE en el contexto del pulso interno de este partido. Es obvio, por ejemplo, que si Susana Díaz gana las primarias en la Región de Murcia, Tovar se vería en una situación muy comprometida. No tanto como para dimitir, porque para eso es más rocoso que el propio PAS (ya se ve que no se ha dado por aludido por los sucesivos fracasos electorales que ha protagonizado, él mismo y su partido en las distintas convocatorias) como por el hecho de que la fuerza emergente de la nueva hornada socialista lo aparcaría en el congreso regional, una vez que su hija, María González, ha perdido peso en el control de la organización al tener que someterse al amor filial antes que a la razón política.

María González, sin embargo, tiene su futuro político despejado, pues es obvio que gane quien gane las primarias del PSOE, lo hará con una mayoría precaria. O sea, que aunque Susana Díaz se proclame secretaria general tendrá que contar con la gente de Patxi López, o viceversa. Si María González, después de haber posado para Zapatero, con más razón siguió haciéndolo después para Rubalcaba en los fondos de pantalla a fin de rejuvenecer al viejo intrigante de las alcantarillas del poder ¿quién podría sorprenderse de que apareciera tras Susana Díaz, como cuota juvenil o de integración patxista en la nueva era el poder andaluz? 

La apuesta de los Tovar por el candidato vasco se inscribe en esa posibilidad, pues aunque pierdan aspiran a ser rescatados, más bien en singular, quiero decir, María en representación del clan. Con mucha más claridad si desde la Gestora se observa que Pedro Sánchez, que va por libre, pudiera dislocar la previsiones, lo que conduciría a última hora a un pacto Susana/Patxi, en plan salvamento. No olvidemos que en Ferraz se ha elaborado el lema «o el PSOE acaba con Pedro Sánchez o Pedro Sánchez acaba con el PSOE». Lo cierto es que el sanchismo ha prendido entre la militancia desencantada y podría dar sorpresas, incluso sin moverse demasiado ni aplicarse a una campaña intensiva. También en Murcia dispone de saque Sánchez, aunque los Tovar no han tenido la paciencia para abandonar su suerte a la magia del Señor No es No y se han apuntado a Patxi.

Sin embargo, el próximo sábado, fecha en la que PAS se entronizará como presidente regional del PP en el congreso de ese partido, la vicealcaldesa de Cartagena, la socialista Ana Belén Castejón, ha contraprogramado un mitin de Susana Díaz, al que es previsible que acudan todos los alcaldes y concejales del PSOE en la Región para fortalecer esta opción frente la diluida candidatura de Patxi López, a la que, como sabemos, se han enganchado los Tovar, y en aliento de éstos, López se desgañita contra Ciudadanos por mostrarse esquivo a la moción de censura que convertiría de rebote a Tovar en presidente de la Comunidad de Murcia a pesar de la animadversión que le han mostrado las urnas, de las que sigue huyendo bajo pretexto del gasto público, argumento que sin embargo su partido no utilizó tras el 20D, cuando provocó, por no abstenerse ante Rajoy, unas nuevas generales, que concluyeron con la sumisión ´por imperativo´ al Gobierno del PP. Unos millones de euros de nada y un año perdido para acabar haciendo tras el 26J lo que se negaron a adelantar tras el 20D. ¿Cómo se atreven a emplear argumentos tan peregrinos?

El municipalismo socialista, que supera al popular en la Región, apuesta por Susana Díaz, de manera que ésta dispondrá de agentes electorales en la mayoría de los municipios en una Comunidad que, en teoría, le habría de ser adversa y que González Tovar le ha puesto en bandeja porque la andaluza ha encontrado aquí un germen de renovación promovido por la simpleza política de Tovar, un político sin registros que sólo ve enemigos en cualquiera que contradice sus ingeniosidades contra su afán se mantenerse o de promocionarse.

El comité y la moción

La convocatoria del comité regional socialista para el próximo miércoles tiene como primer objetivo mostrar una imagen de unidad que no existe en el interior del PSOE. Pero Tovar la venderá porque el punto del orden del día es la dimisión de PAS, y ahí no hay discusión, salvo en los procedimientos, quizá. Ahora bien, lo dejarán hacer, sea lo que sea lo que proponga, porque la percepción de sus errores políticos ayudará a fortalecer las opciones para la alternativa interna. 

El primer rumor sobre la propuesta que Tovar se proponía hacer a los órganos directivos de su partido, difundido en el interior del PSOE, era que el próximo viernes presentaría en la Asamblea la moción de censura contra PAS, sin contar previamente con el plácet de los dos partidos que debieran apoyarla necesariamente para que tuviera éxito. Esto habría supuesto una interferencia en el plazo otorgado por Ciudadanos, que dura hasta el día 27, lo que habría sido un fracaso a efectos prácticos, pues el partido de Miguel Sánchez no se iba a sumar a una estrategia diferente a la propia antes de que concluyera el plazo otorgado a PAS. 

Después de esta señal de alarma, en fuentes socialistas se señala que lo que Tovar pretende obtener de su comité regional es la autorización para presentar la moción de censura después del día 27, para tomar de inmediato el relevo a Ciudadanos y convocar a éste a dicha moción una vez que previsiblemente PAS no se avenga a dimitir en el plazo dado. Esto significa que el PSOE podría presentar la moción al registro de la Asamblea el 28 de marzo, y después de hacerlo, correría un periodo de cinco días para la celebración del pleno, con la previa suspensión de cualquier otra actividad parlamentaria. La fecha de la moción sería, pues, el 29 o el 30 de marzo, según la lógica reglamentaria. 

Pero ¿presentaría Tovar su candidatura a la presidencia del Gobierno y un programa político para dos años sin haberlo negociado antes con Podemos o Ciudadanos? De no hacerlo, según esta actitud voluntarista, la moción fracasaría, sobre todo por la no aceptación de Ciudadanos, que aspira a seguir manteniendo la iniciativa política en este terreno, y esto significaría que PAS se vería libre de la amenaza política para su sustitución, ya que habría de transcurrir un año hasta la próxima oportunidad de verse sometido a un nuevo riesgo de censura, que quedaría relegado a un año antes de las elecciones convencionales.

La pretensión de extraer contradicciones en Ciudadanos si éste se niega a votar una moción de censura para facilitar un Gobierno presidido por el PSOE para los dos últimos años de legislatura es una ingenuidad, pues a Ciudadanos no le afectan las imposiciones que provengan desde el PSOE o desde Podemos, ya que su electorado potencial es otro.

Hay otro problema añadido para Tovar. Acudir a una moción de censura sin la certeza previa de que va a ser aprobada puede convertirse en un suicidio político. La moción de censura es una fórmula parlamentaria en la que quien se examina no es el presidente al que se pretende derrocar sino el que protagoniza la operación para sustituirlo. Es, en términos técnicos, una iniciativa ´positiva´. Por tanto, el debate habría de producirse en torno a las propuestas políticas para la nueva gobernación, que tendrían que convencer tanto a Podemos como a Ciudadanos, una habilidad que rebasa la capacidad dialéctica, el manejo de los resortes parlamentarios, la virtud tribunicia y la inteligencia política, según está constatado en el archivo videográfico de la Asamblea Regional, del actual jefe socialista.

Por otro lado, es casi una irresponsabilidad política poner a un PSOE sin líder nacional, con un líder regional agotado y cuestionado, durante el trascurso de un fragilísimo proceso de primarias del que nadie puede prever el resultado, en el centro del tablero político de la Comunidad de Murcia, pues la confianza que la ciudadanía puede prestar a esta opción de relevo es previsible aun cuando el Gobierno del PP pudiera estar bajo mínimos. Prestarse a hacer de diana cuando las flechas, hasta ahora, iban contra PAS y sus apuros, son ganas de exponerse al riesgo. 

Lo lógico sería esperar a que el PP se consuma en poco tiempo, a que Ciudadanos no pueda asumir más contradicciones y a que la sociedad murciana ofrezca señales de cansancio constatable con la situación política que sufre. Adelantarse a esto para ponerse voluntariamente en el foco cuando los socialistas están en reconstrucción sólo puede explicarse por la ansiedad derivada de la incertidumbre de Tovar sobre su propio futuro político, una cuestión personal tan a la vista que sólo puede resolverse finalmente en el ridículo.

El tren a Tovarlandia va a ser algo así como el AVE del PP.


(*) Columnista






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