lunes, 27 de marzo de 2017

Voto de censura / Adrián Ángel Viudes *

Dialogo virtual captado otro día en el patio de los ayuntamientos de la Asamblea regional. Huelga la identificación de los protagonistas, ya que concedo a mis queridos lectores un grado suficiente de conocimiento y perspicacia para lograr su identificación

-Hola Miguelito; -Hola Rafael; - ¿Pasaste ya por casa?; -Por mi casa yo pasé; -¿Y viste a Rivera?;- A Rivera yo lo vi;- ¿que hay de la censura?; -La censura ya diré; -Adiós Miguelito; -Adiós Rafael.

No había visita de colegio, porque si no, a buen seguro que los chiquillos, recordando a aquellos famosos payasos de la tele, hubieran coreado el estribillo de tan enjundioso dialogo.

La moción de censura prevista en nuestro ordenamiento jurídico tiene la malévola condición de ser positiva, esto es: no basta con que mayoritariamente los representantes del pueblo quieran censurar la gestión del Presidente, apartarlo del cargo, y proceder luego a elegir otro. No, además de censurar, hay que presentar, al mismo tiempo que se reprueba, el nombre de otro candidato, y concentrar el foco sobre él y su programa, olvidando las torpezas, desmanes o tropelías del censurado. 

¡Qué listos fueron los padres de la patria! Centristas, populares y socialistas se pusieron de acuerdo para impedir que prosperase cualquier moción de censura, porque pretender que fuerzas tan dispares como las que han conformado, conforman y conformarán la oposición, aun coincidiendo en la necesidad de una censura, se puedan poner de acuerdo en un candidato de consenso, es como el que quiere garvillar la mar.

Y en esas estamos en nuestra querida Región. Ciudadanos hace una propuesta sensata: si los populares no quieren proponer otro candidato en sustitución del investigado y para ellos mentiroso Presidente, apoyarían una moción de censura con un candidato socialista de bajo perfil político, que, en el plazo legal, convocara nuevas elecciones.

Don Rafael, supongo que interpretando el deseo de su partido, dice que. “naranjas de la china”, que él se sienta en San Esteban por el tiempo que quede de legislatura para desarrollar un programa de gobierno que a todos dejaría con la boca abierta. Y Urralburu manifiesta que cuanto antes mejor, y que todo vale con tal de mandar a PAS a su casa.

¿Y los populares?, envalentonados por ese Congreso a la coreana, esperando, como maná del cielo, un posible archivo de la causa por la que está investigado su líder, repiten como papagayos: “No se ha metido la mano sino la pata”, “Todos con PAS”, “No hay mejor Presidente ni mejor candidato”; mientras el investigado nos sorprende declarando, sin aclarar nada,: “no se; no me acuerdo; no lo conozco; firmaba lo que me ponían delante”

La Región, les importa una higa a estos desaprensivos; van a su avío, caiga quien caiga, que naturalmente seremos nosotros, los que con nuestros impuestos pagamos este dispendio de autonomía, este derroche de medios y subvenciones interesadas; estos aeropuertos sin aviones, estas desaladoras sin fuste, esta falta de infraestructuras, esta carencia de agua; este ninguneo de Madrid hacia una Región mal gobernada y peor representada.

¿Acaso no somos conscientes de la deriva perniciosa a la que nos está llevando la pésima gestión de nuestros dirigentes?. Claro que lo somos; pero quizás tememos el cambio; nos asusta lo menos conocido, preferimos, desde la secular abulia que nos caracteriza, que todo quede como está.

Abro, para encontrar consejo, uno de mis libros de cabecera: “La Voluntad”.

El maestro Yuste y Azorín están conversando en el paraje de la Fuente, en Yecla, cabe la higuera que plantó San Pascual. Yuste le dice a Azorín: “ Yo no se que es más bochornoso si la iniquidad de unos o la mansedumbre de los otros”.

Y sigue: “Hay que marchar y no se marcha , los viejos son escépticos y los jóvenes no quieren ser románticos.

El romanticismo era el desprecio del dinero por los valores y ahora es preciso enriquecerse a toda costa .

La política ha dejado de ser romanticismo para ser una industria una cosa que produce dinero”.

Y Azorín, impresionado por las palabras del maestro, le contesta: “Hoy, siendo honrado, no se puede ser ni concejal de Yecla”.

¿Qué más podría yo añadir?
 
 
 
(*)  Ex presidente de la Autoridad Portuaria de Cartagena (1998-2015).
 
 
 
(Publicado en La Verdad)

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