jueves, 23 de marzo de 2017

Escurrir el bulto / Joaquín García Cruz *

Ciudadanos plantea un imposible, para que la Justicia resuelva una crisis que el partido es incapaz de afrontar.

No podrá negársele a Ciudadanos su trabajo en favor de la estabilidad institucional. De sobra sabe que los tres diputados que necesita para registrar la moción de censura (que iría, según exige, indisociablemente ligada a un anticipo electoral) no le serán prestados ni por el PSOE ni por Podemos. 

Las dos marcas electorales cotizan a la baja, y también sus respectivos liderazgos, que tendrían que someterse al escrutinio de unas primarias inciertas en el caso de seguirle el juego a Ciudadanos. ¿Por dónde van los tiros, entonces? Promover una moción de censura cuyo fracaso está garantizado de antemano permitirá que, a la postre, las cosas sigan como están, y Ciudadanos siempre podrá culpar a PSOE y Podemos del encallamiento de las negociaciones para desalojar al presidente. 

Bien podría ocurrir, sin embargo, que este aparente paso adelante de Ciudadanos ocultara su verdadera intención, que no parece otra que la de ganar tiempo hasta que el TSJ resuelva el ‘caso Auditorio’. Si el juez Templado procesa al presidente, este caerá por su propio peso y, si archiva la causa, Ciudadanos no tendrá razón para seguir reclamando el cese. El resultado es que el partido de Rivera escurre el bulto y traslada a la Justicia la responsabilidad de zanjar una crisis que, por su naturaleza política, deberían dirimir los políticos y no los jueces.

Que se deje trabajar a la Justicia es precisamente lo que el PP postula, y lo que más conviene al presidente, confiado a una resolución absolutoria.

Llegados a esta escena del vodevil, no seré yo quien responda a la pregunta de para qué sirve la fuerza electoral de Ciudadanos y qué sentido tienen sus ínfulas regeneracionistas.


(*) Columnista


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