sábado, 11 de febrero de 2017

Iglesias quiere arrasar a Errejón / Marcello *

Muchos cantos de unidad en Vistalegre, un ‘abrazo de Judas’ de Iglesias a Errejón, pero proyectos antagónicos entre ambos dirigentes y todos a la espera de la amplia votación (mas de 150.000 inscritos habían emitido sus votos en el día de ayer) cuyo resultado se conocerá a medio día de hoy.

En principio Iglesias se mostraba ayer confiado en su victoria mientras la cara de Errejón no reflejaba optimismo. El líder insistía en que Podemos debe trabajar en la calle y Errejón apostaba por su discurso transversal en las instituciones, manteniendo ambos sus posiciones encontradas lo que anuncia una fractura difícil de reparar en el seno del partido.
Un Podemos joven y con problemas de inmadurez y de luchas de poder que han llegado demasiado pronto y que revelan que unos y otros están lejos de de la cohesión y de tener un proyecto político sólido en la izquierda y viable para la gobernabilidad del país.

Sobre todo porque los verdaderos problemas de España quedaron relegados en Vistalegre II y fueron sustituidos por las proclamas enfrentadas sobre el posicionamiento ideológico, organizativo y estratégico del partido, y no sobre el presente y futuro de España y del conjunto de sus ciudadanos, o sobre el cúmulo de incertidumbres que planean sobre la unidad nacional en Cataluña, en Europa y en las relaciones internacionales.

Veremos que ocurre cuando se levante el telón del resultado electoral y como acatan unos y otros el resultado. Iglesias ya ha dicho que si no gana en todos los frentes se marchará de la secretaría general y del escaño en el Congreso. Y Errejón ha anunciado que si gana su proyecto político él no será el nuevo líder, lo que provocaría en Podemos un vacío de poder y un largo y confuso interinato de una gestora (al estilo de la del PSOE) durante un año.

Lo mas grave de esta situación reside en que si gana Iglesias en todos los documentos sometidos a votación y especialmente en el relativo al poder del secretario general la integración de las dos corrientes mayoritarias será muy difícil o casi imposible de llevar a cabo porque habría ‘depuración’ del núcleo duro de sus adversarios, y porque Errejón no aceptaría convertirse en rehén de Iglesias. Y no digamos si la fractura llega a las instituciones y se rompe el grupo parlamentario en el Congreso y en otras instituciones del país donde ya ocupan cargos los representantes de Podemos.

De ahí la gravedad de la situación y los riesgos que conlleva porque si han sido incapaces de pactar antes de Vistalegre ese pacto todavía será mucho mas difícil cuando se conozca quienes son los vencedores y los vencidos. Lo que en cuestión de horas se sabrá, si es que no lo saben ya Iglesias y los de su cuerda que controlan el aparato del partido, a la vista de las sonrisas y la aparente euforia del líder fundador.


(*) Pseudónimo de un veterano y prestigioso periodista cordobés


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