Las actuaciones del fiscal general del Estado en los grandes casos de
la corrupción de ahora -en lo que afecta a los presidentes de Murcia y
La Rioja- y en los últimos años con lo ocurrido en Gürtel, Nóos, Bankia
los Pujol, etc, están bajo sospecha de clara parcialidad por las
instrucciones que recibe del Gobierno de Rajoy en favor de investigados
del PP y de otros altos cargos o personas relacionadas con instituciones
del Estado.
Unos hechos estos que provocan alarma e indignación social así como
la denuncia justificada de los principales partidos de la oposición, que
tienen en sus manos la posibilidad no sólo de pedir explicaciones al
Fiscal General del Estado en el Congreso de los Diputados sino de
obligar al Gobierno de Rajoy a un cambio radical de su actitud y el fin
de la manipulación de la Fiscalía en los casos de corrupción.
Lo que la oposición puede lograr de manera inmediata con un plante en
el Congreso de los Diputados de PSOE y C’s, bloqueando toda negociación
política (en la Educación o los Presupuestos de 2017), si el Ejecutivo
de Rajoy sigue amparando a los corruptos y los investigados por la
Justicia.
Lo que por otra parte resta credibilidad al ‘ministerio público’ en
casos de gran trascendencia nacional como es todo lo relativo al desafío
catalán y ahora de especial manera a las decisiones del Tribunal
Constitucional.
En el reciente congreso del PP tanto Rajoy como Cospedal reconocieron
errores y haber actuado tarde contra la corrupción. Palabras vanas y
falsas porque a las pocas horas de ser pronunciadas la Fiscalía se
oponía a que se investigue la presunta responsabilidad penal del
presidente de Murcia en un caso de corrupción que le afecta. Y lo mismo
hizo hace poco en La Rioja, y es lo que recientemente ocurrió también
ante el escándalo de la vista gorda del Banco de España en el ‘caso
Bankia’ a pesar de las denuncias claras de la inspectores de la entidad.
La corrupción ha marcado la trayectoria política de Rajoy en el PP y
así lo han denunciado PSOE y C’s. Y este último partido le exigió a
Rajoy ante su reciente investidura la plena garantía en la lucha contra
la corrupción. Pero el Presidente sigue actuando al margen de sus
compromisos y poniéndose del lado de los corruptos y de los
investigados, convencido Rajoy de que nadie lo puede sacar de la
Moncloa, y menos aún en pleno desafío catalán, o cuando estamos peleando
con la crisis económica o en defensa de un gobierno estable de España
para abordar la incertidumbre internacional y Europea.
Pero Rajoy se equivoca porque PSOE y C’s lo pueden derribar y exigir
al PP otro candidato a la presidencia del Gobierno, incluso si un Rajoy
acorralado se lanza a unas nuevas elecciones porque aunque mejore su
resultado no logrará la mayoría absoluta y una segunda investidura nunca
la podría lograr. De manera que estos dos partidos de la oposición,
PSOE y C’s tienen en sus manos la posibilidad de garantizar la
imparcialidad del Fiscal General.
(*) Periodista
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