miércoles, 1 de febrero de 2017

Iglesias y Errejón, divorcio a la española / Pablo Sebastián *

¿Cómo van a gobernar España ni a liderar la izquierda unos dirigentes políticos que son incapaces de pactar entre ellos por sobredosis de intrigas, de soberbia y ambición, como ocurre con Pablo Iglesias e Íñigo Errejón en Podemos en las vísperas de su Asamblea Vistalegre II, y cuando el PSOE, su gran adversario, atraviesa la mayor crisis de su historia reciente?

La inmadurez de ambos dirigentes, incapaces de digerir el asombroso éxito que acompañó el despegue electoral de Podemos (con 5 millones de votos y 72 diputados) en tan solo tres años, puede llevar a esta formación política a una ruptura e incluso a su destrucción ante la mirada atónita de sus votantes y militantes.

Sobre todo si de aquí al próximo viernes no logran un acuerdo ‘in extremis’ a pesar de que ya se agotó el plazo para la presentación de proyectos y listas conjuntas de la dirección.

La tensa discusión que Iglesias y Errejón protagonizaron en los escaños del Congreso es la imagen viva de la crisis que embarga a Podemos. La que se ha empeorado con la dimisión de dos notorios dirigentes como son Carolina Bescansa y Nacho Álvarez, en protesta por el lamentable espectáculo que ofrecen sus compañeros Iglesias y Errejón.

Y todo ello en tiempo de gran efervescencia política internacional y nacional donde, dicho sea de paso, Podemos no ha sido capaz en estos tres pasados años de ofrecer un proyecto progresista para España creíble y razonable. Al contrario, su acción política se ha limitado a la denuncia y la protesta y ello los tiene, a nivel nacional -salvo en ayuntamientos y Comunidades donde si aportaron iniciativas- fuera de los pactos y acuerdos positivos y útiles para el conjunto de los españoles como los logrados por PP, PSOE y C’s. Esos que ellos han calificado de ‘migajas’ para no reconocer su importancia y utilidad.

Por ejemplo, en el desafío catalán los jefes de Podemos culpan al PP y no a los que pretenden romper España violando la Constitución y la ley, a la vez que mantienen un discurso ambiguo y cobarde sobre la autodeterminación y la legalidad, que rezuma todo menos el progresismo solidario e internacional.

Resulta -como lo recuerda José Oneto- que Pablo Iglesias convocó la II Asamblea de Podemos en Vistalegre en las mismas fechas del Congreso del PP en la ‘Caja Mágica’ (sic) -el próximo fin de semana- para eclipsar a los populares. Y a buen seguro que lo van a conseguir pero su notoriedad no estará marcada por el éxito sino por la bronca y la ruptura entre los bandos de Iglesias y Errejón. 

Mientras que el Congreso del PP discurrirá como la seda bajo el liderazgo de Mariano Rajoy y en cohesión, gracias a la reciente retirada de José María Aznar de la presidencia de honor del PP en un gesto que, lejos de molestar a Rajoy como esperaba, acabó haciéndole un favor.


(*) Periodista


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