sábado, 11 de febrero de 2017

Rajoy bloquea la sucesión / Pablo Sebastián *

Fiel a su proverbial y previsible inmovilismo y a la máxima Ignaciana de ‘en tiempos de desolación no hacer mudanzas’, Mariano Rajoy ha convertido el XVIII Congreso del PP en una exhibición de su poder absoluto y ajeno a cualquier atisbo de democracia interna -’somos diferentes’ declaró- para dejar todo como estaba, sin cambios relevantes, y con la sola novedad del nombramiento de Fernando Martínez Maillo como ‘Coordinador General’ del aparato del partido, dejando a María Dolores de Cospedal en la secretaria general, pero sin mando alguno.

Mejor dicho, Cospedal permanece en el cargo para taponar cualquier intento de sucesión y de lucha interna por el poder del partido. Y esa y no otra es la explicación a la decisión solitaria de Rajoy y el motivo de la cara de pena y de circunstancias de Cospedal que salva el título pero pierde el poder -que le había quitado Rajoy con anterioridad- y que estuvo a punto de perderlo todo en la votación de las incompatibilidades que el aparato del PP logró superar por solo 25 votos y con un nítido olor a pucherazo.

Rajoy es como es y sabe que esta puede ser su última cabalgada. La que estuvo a punto de naufragar si Pablo Iglesias, siguiendo la propuesta de su hoy gran adversario Iñigo Errejón, hubiera permitido el pasado 4 de marzo de 2016 la investidura de Pedro Sánchez, expulsando ese mismo día a Rajoy de la Moncloa y al PP del Gobierno.

En definitiva nada nuevo en el PP salvo la marcha ya anunciada de José María Aznar de la ‘presidencia de honor’ y la salida de los aznaristas de los órganos del partido. Todo ello adornado con un discurso de Rajoy sobre los peligros del ‘realismo’ utópico donde negó la flagrante realidad de que todo esta cambiando en España -fin del bipartidismo- en Europa -con el Brexit- y en el mundo -con Trump-, convencido como parece Rajoy que nada de eso le puede afectar.

Pero Rajoy se puede equivocar porque la actual incompatibilidad política e ideológica entre Ciudadanos, Podemos y PSOE, la misma que permitió su investidura en diciembre pasado, un día podría ser aparcada por los tres partidos para expulsar al PP del poder y, por ejemplo, colocar tras una moción de censura a un candidato a presidente independiente y a la vez consensuado por los tres primeros partidos de la oposición. No es fácil pero la posibilidad existe, y si Rajoy la presiente y adelanta elecciones luego no logrará una nueva investidura con apoyos externos de C’s y PSOE, que le pedirán al PP otro candidato que no sea Rajoy.

Sobre todo si el chaparrón de la corrupción del PP que cayó sobre la Caja Mágica de Madrid, y que Rajoy atendió como quien oye llover, aumenta en los próximos meses su intensidad y se acerca a la dirección del PP. Los peligros, pues, existen pero también es verdad que en Podemos y PSOE se viven profundas crisis y luchas de poder.

Como cierto es que el PP de Rajoy es el que garantiza la estabilidad y la unidad de España en estos tiempos de incertidumbre y ‘desolación’ o de tribulaciones varias. Y que en ello y en la recuperación económica del país Rajoy tiene una cuota parte de éxito muy importante que no se debería desdeñar. Y que en esta legislatura será puesta a prueba por causa de la escasa mayoría parlamentaria del PP, que les obliga a pactar y negociar.

Pero de momento ahí sigue Rajoy al mando absoluto del PP y a la espera de un vuelco moderado en el PSOE que le permita concluir la legislatura. Y ese es el vuelco que pretende liderar Susana Díaz que declaró en Madrid que tiene ganas de pelear por la secretaría general de su partido como muy pronto lo anunciará.


(*) Periodista


http://www.republica.com/el-manantial/2017/02/12/rajoy-bloquea-la-sucesion/ 

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