Así lo ha trasladado el presidente de la
Confederación Hidrográfica del Segura (CHS), Miguel Ángel Ródenas, quien alerta que la cuenca
"está más agotada", dado que los recursos son limitados.
Aunque
la situación es similar a la de 2015, Ródenas ha recordado que la
cuenca lleva ya dos años de sequía "y se ha tenido que echar mano de los
recursos propios de la desalación y de los pozos del Sinclinal de
Calasparra".
En este sentido, ha reconocido que el Sinclinal ha sido
explotado ya en dos periodos distintos y ello ha obligado a hacer una
evaluación para comprobar que no afecta al medio rural" para poder se
explotado un tercer periodo este año.
"Los pozos del Sinclinal podrían seguir
aportando, pero las reservas en la cabecera han bajado 170 hm3 y vamos
teniendo más problemas, por lo que ir a un cuarto periodo sería mucho
más difícil, ya que son recursos limitados", ha reconocido.
No obstante, afirma que la situación "puede
cambiar drásticamente, como ocurrió en febrero de 2013 cuando en los
embalses se recogieron 800 hm3, lo que nos ha permitido seguir hasta
ahora".
Pese a esta situación, ha manifestado
que la cuenca ha vivido situaciones peores, como la sequía de la década
de los 90 (1992-1995) y la de 2005-2008.
La
capacidad de los embalses ha descendido de un 41 a un 27 por ciento, por
lo que Ródenas ha resaltado lo "difícil" que ha sido este pasado año,
ya que de igual modo las aportaciones del trasvase Tajo-Segura "han
descendido y va venido un tercio de lo que suele venir (200 hm3),
teniendo que ser compensado por agua desalada y de los pozos del
Sinclinal".
Además, el episodio de fuertes
lluvias "no aportó mucho y fue más beneficioso para riego intensivo y no
de acumulación de embalses".
De forma que la
pertinaz sequía que sufre la cuenca del Segura ha persistido durante
2016, situándose el Indicador Global del Estado de la Cuenca
estabilizado en situación de alerta.
En este
sentido, los principales problemas se encuentran en el subsistema
trasvase, cuyo índice se encuentra en situación de emergencia. Estos
indicadores, fijados en el Plan Especial ante Situaciones de Alerta y
Eventual Sequía (PES) de 2007, son los encargados de fijar los umbrales
de fases de gravedad progresiva de las sequías.
Ródenas
ha destacado que la cuenca del Segura "se encuentra oficialmente en
situación de sequía desde mayo de 2015, momento en el que fue aprobado
un Real Decreto por el Gobierno de España que garantiza que se tomarán
todas las medidas necesarias para paliar esta situación".
La
situación de los embalses de la cuenca ha empeorado durante 2016. Así,
si a principios del año pasado acumulaban 468 hectómetros cúbicos, a
principios de 2017 tienen 311. Es decir, los pantanos de la cuenca han
perdido más de 150 hectómetros cúbicos en los últimos 12 meses; un
descenso que se achaca principalmente a la ausencia de precipitaciones
en la cuenca del Segura.
Así, durante el
pasado año hidrológico (octubre de 2015 a septiembre de 2016) la
precipitación media en la demarcación fue de 159,2 mm, mientras que el
año anterior fue de 307,9 mm y la media de los últimos diez años es de
309,4 mm.
Es decir, en el último año
hidrológico llovió aproximadamente la mitad de un año normal. A pesar de
las fuertes precipitaciones del mes de diciembre no se ha producido un
aumento significativo de las reservas hasta la fecha.
La
mayor parte de las lluvias afectaron a las cotas bajas de la cuenca,
fuera de los grandes embalses de regulación. No obstante, las lluvias
han ayudado a mejorar la humedad del terreno.
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