Trump es como un niño malo que de pronto se pone tierno y cuenta que
todo es muy bonito y después se lía a palos con sus adversarios y
vecinos. Por un lado ofrece la impresión de ser un botarate sin
preparación para el cargo tan importante que va a asumir en diez días,
lo que provoca pánico en sectores mas informados e influyentes de todo
el mundo, pero cuando pasa al ataque frunciendo el morro y con el
flequillo rubio tieso levanta olas de entusiasmo entre sus seguidores. Y
de todo esto hubo mucho en su comparecencia de ayer ante la prensa con
la intención de eclipsar la despedida de Obama.
Rueda de prensa pues -la primera en cinco meses- del presidente
electo de los Estados Unidos Donald Trump en plena tormenta del
espionaje de Rusia al Partido Demócrata para dañar la campaña de Hillary
Clinton y la primera concesión de Trump: ‘si creo que fue Rusia’. Pero
acto seguido aseguró que Putin respetará más a los EE.UU. bajo su
presidencia que en el tiempo de Obama y culpó al Partido Demócrata de no
haber protegido sus archivos informáticos. En suma, Trump acusa a Rusia
y salva a Putin con el mismo entusiasmo que luego ataca a China.
Sobre las noticias de un informe de los servicios secretos -relativo a
su presunta conducta impropia y sexual en un viaje a Moscú- Trump lo
niega todo y alardea de que en esos viajes él mismo advierte a sus
acompañantes que tengan cuidado porque hay cámaras secretas en las
habitaciones de los hoteles. Asimismo, Trump califica la filtración a la
prensa de ese informe sobre ‘hechos falsos’ y no comprobados de táctica
‘nazi’, y acusó de mentir y de deshonestos a la web Buzzfeed y a la CNN
por difundir esas noticias. En la rueda de prensa Trump descalificó y
no dejó preguntar al periodista de la CNN.
El presidente electo no defraudó en su aparición ante los medios. Dio
leña a sus adversarios y contó un cuento de hadas sobre su toma de
posesión del día 20 que dijo que será masiva (y puede que conflictiva) y
muy ‘hermosa’, declaró que todo su gobierno es magnífico y plagado de
talento y anunció que dejará en manos de sus hijos todos sus negocios.
En política anunció millones de puestos de trabajo con mas
advertencias a la industria del automóvil y también a las farmacéuticas
(que se desplomaron en la Bolsa de Nueva York), a la vez que confirmaba
la construcción del muro en la frontera con Méjico (que pagarán los
mejicanos, según Trump) y la derogación de la reforma sanitaria de Obama
(‘es un desastre’ dijo) que él va a sustituir por un nuevo sistema al
tiempo que descalificaba los acuerdos comerciales con varios países y
que anunciaba que pronto nombrara un nuevo magistrado del Tribunal
Supremo, por supuesto conservador.
O sea, Trump en estado puro: mitad agresivo y mitad empalagoso y todo
el mundo sobrecogido a la espera de ese ‘hermoso’ día de su toma de
posesión de la presidencia de la primera potencia mundial lo que sin
duda volverá a ser otro espectáculo a su manera. Y a partir de ahí
entraremos en el campo imparable de la ‘real politik’ con la mayor
preocupación.
(*) Periodista
http://www.republica.com/el-manantial/2017/01/11/trump-como-un-nino-malo/
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