Con el escándalo de la lotería aún sin terminar de aclarar y la
batalla de la sede bis de Ferraz en carne viva, el pasado fin de semana
ha sido aciago para el PSOE con encuestas varias que certifican su caída
en picado, ya veremos hasta dónde. El mejor de los supuestos da a los
socialistas una intención de voto del 19%, muy lejos del 22,6% que
supuso el mayúsculo batacazo del 26-J. Es cierto que el PP pierde
también, pero de modo irrelevante, y son los socialistas, sin fecha aún
para el Congreso ni las primarias, con una gestora provisional, sin
liderazgo e incluso sin candidato claro para ocupar la secretaría
general, quienes aparecen en todos los trabajos de sociometría como las
víctimas de una sangría de votos que puede ser terminal.
Lo de la sede bis de la calle Ferraz es de aurora boreal. Los
sanchistas niegan tener nada que ver con el local, pero se conocen
evidencias que certifican la responsabilidad del disparate en el equipo
del ex secretario general, que todo apunta a que va a pelear en las
primarias por volver a liderar el PSOE, aunque algunos sociatas insistan
en que no le ven como amenaza real y crean que, ante la falta de apoyos
orgánicos finalmente no se presentará. El local no es moco de pavo,
tiene 130 metros cuadrados con tres baños y, por los precios de la zona,
cuesta un pico el alquiler. La explicación oficial de quienes han
montado el chiringuito es que pretenden captar afiliados, gestionar
solicitudes, preparar la documentación y después subir quinientos metros
calle arriba para entregarlas en la sede verdadera. Como chiste no está
mal. No hay organización que pueda externalizar el ingreso de nuevos
militantes, y menos aún si se avecinan unas primarias. Pedro Sánchez
debiera disolverlo, pero lleva tiempo instalado en el disparate y por
ahora no lo va a hacer.
El PSOE, o se toma muy en serio su enfermedad o puede llegar tarde el
remedio. No es que tenga que pelear los votos con Podemos, que cada día
le gana un paso por la izquierda, con la quiebra en la confianza de la
militancia y los votantes que ello genera, sino que tiene a su mayor
enemigo dentro de casa. Bueno, en casa y ahora, también, en unos vecinos
algunos portales más abajo. Y resulta incomprensible que no haya
cordura, sentido común y altitud de miras en el socialismo español para
entender que con Podemos también en plena guerra civil, es un momento de
dulce para evitar la caída que comenzó tras la salida de Rodríguez
Zapatero del Gobierno. Un Rodríguez Zapatero que ha reaparecido ya,
aunque tímidamente, como referente de autoridad, lo cual da una idea
certera de la envergadura de la crisis interna y de identidad del
partido.
Una vez que se intuye que Sánchez se presentará a las primarias, se
evidencia también que es imposible que se cumpla el deseo de Susana Díaz
de ser candidata única y llegar a la secretaría general sin elección
previa de la militancia y sin bajar al barro. Tiene que mojarse, y así
se lo reclaman cada día desde diferentes sectores del partido,
especialmente fuera de Andalucía. A día de hoy no parece que vaya a
cuajar el movimiento de algunos veteranos por convencer a Patxi López de
presentarse a las primarias. Quienes lo intentan hablan de que Díaz no
tiene fuste, creen que ha acreditado poco coraje, la ven como la cabeza
de lista ideal para los votantes populares, pero no para los suyos, y
consideran que el partido tiene que proceder a una renovación no sólo de
personas, sino también de ideario, y creen que la presidenta andaluza
no tiene nivel suficiente para una tarea hercúlea, de una envergadura
que la supera. El PSOE es hoy un partido hecho trizas.
Y este partido hecho trizas es una amenaza para la gobernabilidad de
España, porque la evidente división entre quienes creen que la gestora
debe seguir apoyando la colaboración con el Gobierno en asuntos de
Estado y los que sostienen que el PSOE debe marcar diferencias y
reorientar el partido a la izquierda para asustar a los podemitas en
guerra genera un indeseable mal rollo que es percibido en Moncloa como
un riesgo permanente del que Rajoy se puede cansar en cualquier momento.
El Comité Federal del sábado es importante. Lo que se filtra es que
establecerá que las primarias se celebren en mayo y el Congreso en
junio. Y queda, sobre todo, por encima de este debate fulanista,
resolver lo mollar, la nuez del problema, qué quiere ser de mayor el
partido, a dónde quieren llevar ideológicamente las siglas, que papel
quieren jugar en la España del Siglo XXI, y eso sí que es una
refundación a fondo que veremos si están en disposición de abordar de
verdad. Yo me malicio que no. Pero veremos. Todo lo veremos.
PS: Iba a escribir sobre la niña Nadia y los miserables canallas de sus
padres, pero confieso que he preferido enfriar mis ideas. Hacía tiempo
que no sentía el asco que siento al enterarme de que no solo comerciaron
en beneficio propio con la enfermedad de la niña, jugando con la buena
voluntad de algunos medios, varios buenos periodistas que se equivocaron
como me podría haber equivocado yo y muchos ciudadanos de buena fe.
Pero conocer que, además, madre y padre han de comparecer para declarar
como acusados de varios delitos de pornografía infantil, con una hija
enferma, me ha reventado el alma y calentado la cabeza. Escribiré más
sereno y con más datos.
(*) Periodista
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