Iba Pedro Sánchez de penitente por España y al llegar este sábado a
Dos Hermanas se quitó el capirote y la túnica morada y apareció
disfrazado de supermán anunciando que ya es candidato para el
liderazgo del PSOE, después de haber sido expulsado de la secretaría
general socialista por tres motivos diferentes: porque Pablo Iglesias
votó ‘no’ a su investidura y fue quien salvó a Rajoy ; porque los
votantes progresistas de toda España lo llevaron a siete derrotas
electorales (dos generales, municipales, autonómicas, catalanas, vascas y
gallegas); y porque el Comité Federal del PSOE lo liquidó tras su
fracaso electoral y por dividir y fracturar el partido.
Y ha querido Sánchez regresar al ruedo ibérico por la torera
provincia de Sevilla que es donde su principal adversaria Susana Díaz
tiene su cuartel general de invierno y desde donde la andaluza prepara,
al grito de ¡España mía!, su desembarco en la batalla socialista de las
primarias de mayo, con ayuda de la Gestora del PSOE, de la mayoría de
los barones regionales del partido y con las bendiciones de los poderes
económicos, La Corona y el PP, amén de con las con las intrigas de
Felipe González en El País y La Ser.
Sánchez juega al populismo demagógico en el PSOE y no está en
condiciones de explicar de manera creíble cuestiones fundamentales como
las que siguen: ¿cómo garantiza a todos sus seguidores y militantes del
PSOE que ahora puede ganar las elecciones después de haber encadenado
siete derrotas?; ¿de qué experiencia presume, de ser un perdedor nato y
haber roto el PSOE en el escandaloso comité federal del pasado 1 de
octubre de 2016?; ¿acaso cree que lograría unas elecciones anticipadas y
pactos con Podemos y el independentismo catalán, tal y como lo intentó
en abril de 2016 según confesiones del ex senador de ERC Santi Vidal?;
¿cuál es su proyecto de estabilidad política, económica y social para
España, al margen de su ‘no es no’ a Rajoy?
Sánchez juega al populismo y recurre a las bases del PSOE
presentándose como candidato de la izquierda del partido el mismo lugar
que reclama Patxi López. Pero la réplica de Díaz y del aparato del
Partido Socialista no se hará esperar y será contundente e implacable
con él. Y a eso todavía no se ha enfrentado Sánchez que, dicho sea de
paso, tiene el mérito de la osadía y confía en que la tendencia
internacional de los resultados sorpresa, en los referéndums del Brexit,
Colombia e Italia, o en USA con Trump, le va a beneficiar.
Sánchez no lo tiene fácil pero tampoco tiene nada que perder y ello
juega a su favor, pero carece de un sólido discurso político y no dice
la verdad cuando acusa a sus compañeros de favorecer la investidura de
Rajoy, esa responsabilidad es de Podemos por no haber apoyado su intento
de investidura. La abstención posterior del PSOE fue para evitar unas
terceras elecciones en las que el Partido Socialista se hubiera hundido y
quedado por detrás de Podemos tras la bronca que Sánchez organizó en el
Comité Federal del PSOE.
En todo caso el PSOE ya tiene dos candidatos a la secretaría general,
Sánchez y López, y está a la espera de que Díaz haga pública su opción
al liderazgo socialista para que podamos repetir aquello de ‘uno, dos y
tres/ tres banderilleros/ en el redondel’.
(*) Periodista
No hay comentarios:
Publicar un comentario