CARTAGENA.- El grupo de investigación en Gestión, Aprovechamiento y Recuperación
de Suelos y Agua (GARSA) de la Politécnica va a dirigir durante los
próximos cinco años el proyecto Diverfarming, en el que participan
universidades, centros de investigación, administración, asociaciones
agrarias, agricultores y empresas de la agroindustria y logística de
nueve países.
En total, 26 socios, entre los que se encuentra la UPCT,
el CEBAS-CSIC, Asaja Murcia y Disfrimur Logística. El proyecto, que
echará a andar en mayo, cuenta con una financiación de 10,5 millones de
euros del programa Horizonte2020.
“La Región de Murcia se tomará
como ejemplo para el área mediterránea sur”, señala el coordinador del
proyecto, Raúl Zornoza. “Aunque el objetivo global es el mismo, mejorar
la sostenibilidad de los sistemas agrarios europeos, para cada región se
extrapolarán las recomendaciones de casos de estudio con similares
características climáticas, edáficas y socioeconómicas”, añade el
investigador.
“Murcia tiene una agricultura muy diversificada,
fuera de lo que es normal en España, donde abunda el monocultivo de
cereales y olivo, por ejemplo, pero la idea es incrementar la diversidad
en cada parcela agrícola, con rotaciones y cultivos simultáneos, para
disminuir los riesgos para los agricultores en caso de plagas o de caída
de precios”, apunta Zornoza, quien, no obstante, señala que en los
últimos años también han desaparecido cultivos en la Región, como el de
la zanahoria morada o el alpicoz.
Una de las medidas que propondrán será
introducir cultivos hortícolas, herbáceos o aromáticos entre las
plantaciones leñosas, ocupando el espacio entre las hileras de árboles,
con el fin de ampliar el modelo de negocio y reducir la erosión y la
degradación de los suelos.
“La PAC favoreció el monocultivo
intensivo, que ha incrementado la producción agrícola, pero en
detrimento de la calidad ambiental, la biodiversidad y la sostenibilidad
de la propia agricultura, porque se han perdido cultivos, flora, fauna y
microbiota asociada que también contribuía a evitar plagas y
enfermedades y a mejorar la salud de los agro-ecosistemas”, señala el
docente de la Escuela de Agrónomos.
El proyecto busca asimismo
introducir técnicas agrarias sostenibles que permitan ahorrar costes y
riesgos medioambientales, reduciendo el consumo de energía, agua,
fertilizantes o maquinaria, con importantes beneficios económicos y
ambientales, maximizando en todo caso la producción y la calidad de los
cultivos.
“En el manejo de los cultivos intensivos la Región de Murcia
es también un ejemplo, pero negativo, como se ha visto en el Mar Menor,
por el impacto y la degradación de suelos y aguas superficiales y
subterráneas por la masiva utilización de nutrientes inorgánicos y
fitosanitarios, que deben utilizarse de una manera más racional para
garantizar la sostenibilidad a largo plazo de los modelos agrícolas”,
recuerda Zornoza.
Estudiar la cadena de valor agraria, desde la
producción hasta el consumidor, es igualmente otro objetivo del
proyecto, que cuenta para ello con empresas de la agroindustria y
logística para optimizar las rutas, reducir intermediarios, disminuir
impactos ambientales negativos y ahorrar costes tanto para el agricultor
como para el consumidor.
El título del proyecto es ‘Crop
diversification and low-input farming across Europe: from practitioners’
engagement and ecosystems services to increased revenues and value
chain organisation – Diverfarming’ y su código, el 728003 (Call
H2020-RUR-2016-2017).
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