Sean Spicer,
el portavoz del presidente Trump, cubre su bisoñez con desplantes a la
prensa como los de oponer ‘datos alternativos’ a la realidad y afirmar
que ‘a veces podemos discrepar de los hechos’. Curioso. Pero en un
intento de ‘reiniciar’ el contacto con los corresponsales en mejor
sintonía, aseguró en su primer ‘briefing’ o rueda de prensa cotidiano
que ‘nuestra intención es no mentiros nunca’. Y en su estreno oficial se
refirió a la desaparición de la versión en español de la web de la Casa
Blanca.
Pero
no pronunció la palabra ‘español’. Preguntado al respecto por una
periodista, soltó la siguiente parrafada: ‘Tropezamos el primer
día. Había mucho que hacer, y habíamos hecho un montón de cosas en el
portal para asegurarnos de que estábamos preparados para dar la
máxima información lo más pronto posible. Seguimos construyendo
la web tanto en cuestiones de fondo como en esa área. Pero tenemos a
los técnicos informáticos trabajando horas extra para subirlo
todo a toda velocidad. Confiad en mí, va a llevar un poco más de
tiempo, pero estamos yendo paso a paso para que todo eso se haga’.
¿Dónde
está que va a volver la web en español? El idioma español, hablado
por más de 56 millones de habitantes en EEUU y que hasta servía para
examinarse del carnet de conducir hace casi medio siglo, se ha
convertido en ‘esa área’ en el lenguaje de Spicer. Orro ‘dato
alternativo’.
¿Hay un plan oculto de Trump para resucitar
una nueva enmienda constitucional en EEUU que establezca el
inglés como idioma oficial? Desde los lejanos tiempos del segundo
presidente, John Adams, se ha propuesto tal cosa. Pero ese intento
en 1780 fue rechazado por considerarse ‘antidemocrático’ y
‘tiránico’: los colonos habían huido de Europa precisamente en
busca de libertad para elegir. Y no todos llegaban de Inglaterra o de
Irlanda.
Por eso no existe tal cosa como un idioma oficial en
EEUU. La propuesta para sacar adelante una nueva enmienda a la
Constitución en tal sentido es recurrente. La última vez fue en
2015, cuando el congresista republicano por Iowa Steve King
presentó de nuevo el texto para fortalecer ‘la cohesión y la
unidad’ del país. Ahí está, durmiendo el sueño de los justos. Como en
otras ocasiones anteriores. En 1996 la Cámara de Representantes
aprobó la idea, pero se traspapeló en el Senado.
Las dos
razones fundamentales por las que no hay declaración formal del
inglés como idioma oficial tienen que ver con la protección de las
minorías: en los procedimientos judiciales no habría
traductores y los que no dominaran el inglés no podrían obtener
justicia; y en las relaciones con la Administración, como en los
procesos electorales, no habría papeletas en español como hay
ahora, y por tanto esos ciudadanos estarían en desventaja.
Los
partidarios del inglés como idioma oficial alegan que se gastan
centenares o miles de millones en esas traducciones, en esos
empleados bilingües, en documentación en otros idiomas. Y ya
puestos, ¿por qué sólo en español? Es de lo que acaba de quejarse una
vez más un personaje llamado Mario Mujica, presidente de U.S.
English. Es una organización que promueve el ‘English Only’. Ya que
el inglés es ‘el idioma de facto’, ¿por qué no hacerlo oficial?
Tiene lógica: ‘Puede que si se hace en español, también deberían
usar los 323 idiomas que se hablan en EEUU, ¿o no?’.
Es el
argumento que Mujica emplea una y otra vez y ha repetido al Daily
Mail. Lo que no tiene una explicación fácil sin recurrir al
psiquiatra es por qué el empeño de Mujica: él es chileno. O lo fue,
antes de llegar a EEUU, estudiar en la Universidad de Columbia y
hacerse arquitecto. No se sabe cuándo decidió, aunque fuera sin
darse cuenta de ello, en sustituir la cabaña del Tío Tom por una
casita del Tío Pancho latino.
Lo mismo puede decirse de Marco
Rubio, senador y ex candidato a la presidencia de padres
cubanos: también se ha apuntado al inglés como idioma oficial. Y
Rick Santorum, otro ex candidato presidencial que está más allá de
la ultraderecha: durante su fallida campaña en 2012, llegó a
conminar a los puertorriqueños que de ninguna manera iba a
conseguir nunca ser un estado de la Unión si no hablaban inglés
como su idioma preferido.
¿Qué va a pasar? Indicios: junto al
‘América Primero’, el ‘Plan Energético América Primero’, la ‘Política
Exterior América Primero’ y otras prioridades proteccionistas y
nacionalistas que ya sí han tenido cabida en la web de la Casa
Blanca, existe todavía otro movimiento llamado ‘Inglés Primero’. No
lo inventó Trump, pero a lo peor lo adopta.
(*) Periodista
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