Y van dos en casa Alsina. Después del éxito arrasador de "¿Y la europea?" llega el "ahí me ha sorprendido usted".
Vamos, que no sabe de qué están hablándole. Sostiene que él no está en
estas cosas, como el que dice "menudencias", ya que está dedicado a
gobernar. A gobernar lo que los apandadores de su partido han dejado,
que no es mucho.
La
responsabilidad del PSOE por propiciar que el país siga dirigido por
alguien tan manifiestamente incompetente es inmensa. Si "gobernar" no es
estar al tanto del mayor proceso por corrupción de la historia
reciente, que afecta a su partido, su gobierno y él mismo, el presidente
debiera explicar qué es gobernar.
En
unos casos por defecto y en otros por exceso, los personajes públicos
deben controlar más sus discursos. Si duda con la mejor intención del
mundo y cierto sentido de la ironía, el juez independentista Santi Vidal ha metido a la Generalitat en un lío.
Albiol ya ha ido corriendo a chivarse a la Fiscalía. La política
requiere malicia. Su ausencia puede producir auténticos terremotos.
Puestos
a declarar con malicia y eficacia y hasta perversa intención, los
anteriores podían aprender del ministro del Interior, Zoido, un maestro
del framing cuando anuncia un dispositivo especial de seguridad en Murcia para evitar peleas entre radicales.
La noticia, que yo sepa, lo que se difundió por las redes, no era que
fuera a haber "peleas entre radicales" en Murcia, sino que los grupos
neonazis se daban cita en Murcia para apalear a quienes les diera la
gana.
Hay una poderosa diferencia de matiz que iguala sin razón a los
agresores y los agredidos y fabrica una idílica imagen de moderación
pues los "radicales" son los otros. Aunque no sea cierto. Un artista,
este Zoido. Al lado de Rajoy, un virtuoso.
(*) Catedrático emérito de Ciencia Política en la UNED
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