lunes, 23 de enero de 2017

Trump se ha apresurado a barrer y borrar todo lo español, lo hispano, lo latino / A.R. Mendizabal *

Que se sepa, Donald Trump sólo ha pronunciado dos palabras en español en su vida, o por lo menos desde que se lanzó a conquistar la Casa Blanca. Una de ellas por repetido, al inicio de una entrevista con el presentador Mario López, del programa de TV Extra, ganador de un Emmy: ‘Gracias, Mario, gracias’. Y otra, de infausta pero divertida memoria, en un rifirrafe por su xenofobia contra todo lo hispano: ‘We have some bad hombres here’. Pero en realidad, el chico malo es él.

Rematadamente malo con los his­pa­noha­blantes o his­pa­no­vi­vien­tes. En su Gobierno no hay ni un la­tino por pri­mera vez desde hace casi 30 años. No es que tam­poc0 le gusten mucho los ne­gros o los asiá­ti­cos. Y de las mu­je­res, ya se sabe. En reali­dad, su gran equipo de mi­llo­na­rios está com­puesto por 12 hom­bres blan­cos, más cuotas mí­nimas de otros co­lec­ti­vos: los can­di­datos a se­cre­taria de Educación, Betsy DeVos, a se­cre­taria de Trasnporte, la asiá­ti­co-a­me­ri­cana Elaine Chao, y a se­cre­tario de Vivienda, Ben Carson, de raza ne­gra.

Entre otras anéc­dotas se in­cluyen el día en que llamó nar­co­tra­fi­can­tes, cri­mi­nales y vio­la­dores a los me­xi­canos y otro en que al pe­rio­dista ar­gen­tino Marcos Stupenengo no se le dio ac­ceso a una rueda de prensa porque pre­tendía hacer las pre­guntas en es­pañol para su au­diencia de la te­le­vi­sión Azteca. El mismo Trump ex­pulsó de otra rueda de prensa al fa­moso pre­sen­tador de Univisión Jorge Ramos tras en­zar­zarse ambos en una dis­cu­sión, pero todo fue en in­glés.

Eso. Inglés, nada de es­pañol. El nuevo pre­si­dente de EEUU afeó a Jeb Bush, her­mano e hijo de sendos pre­si­dentes y él mismo ex go­ber­nador de Florida, por ha­blar en es­pañol para un medio his­pano en los pri­meros es­car­ceos para las pri­ma­rias re­pu­bli­ca­nas: ‘Este es un país donde ha­blamos in­glés, no es­pañol’.

En eso se equi­voca, porque de acuerdo con los úl­timos datos ofi­ciales sobre el censo, hay 56,6 mi­llones de his­panos en EEUU, el 17,6% de la po­bla­ción. Es el se­gundo país his­pa­noha­blante del mundo. Pero las pro­yec­ciones para 2050 ó 2060 in­cluso lo si­túan por de­lante de México, con entre 119 y 132 mi­llo­nes, un 28,6% de la po­bla­ción total de EEUU.

¿Se ha pro­puesto Trump acabar con esta ten­den­cia? En cuanto a in­mi­gra­ción, ya lo ha dicho una y mil ve­ces. La úl­tima, en su dis­curso de toma de po­se­sión, todo un le­gado de ob­vie­dades como ‘América pri­mero’ y de tru­cu­len­cias des­ca­radas como la de ‘masacre nor­te­ame­ri­ca­na’, como si Obama de­jara el país en el cuarto o quinto mundo, cuando la realidad es que el 4,9% de des­em­pleo ya lo qui­sieran mu­chos.

En las 1.433 ó 1.455 pa­la­bras del dis­curso, según se cuenten al­gunas com­pues­tas, Trump volvió a anun­ciar me­didas sobre la in­mi­gra­ción, que según todo lo que dijo du­rante la cam­paña se re­sume en: de­portar a todos los ile­gales que pueda y le­vantar un muro in­fran­queable para que no en­tren más. No más bad hom­bres.

Dicho y he­cho. Como en una ope­ra­ción coor­di­nada al mi­lí­metro y al se­gundo, había que dejar cons­tancia de la nueva Era Trump. Como ha cro­no­me­trado Nick Lucchesi la re­vista tec­no­ló­gica di­gital Inverse, du­rante la lla­mada ce­re­monia de Inauguration de Trump el portal de la Casa Blanca to­davía es­taba con su as­pecto de los úl­timos ocho años a las 11:23 de la mañana del vier­nes, hora de Washington. A las doce en punto, con pas­mosa exac­ti­tud, Trump juró su cargo. Ya era pre­si­dente. Inmediatamente la gente de su equipo se puso al con­trol de todo lo que pudo. Cuando Lucchesi con­sultó la web de la Casa Blanca a la una de la tarde, ya era otra.

No sólo había des­apa­re­cido todo rastro de la época de Obama. No sólo ya no existía el en­lace que in­vi­taba a na­vegar ‘En Español’ por los de­par­ta­mentos y sec­ciones de la web, ni por tanto ningún ‘Mensaje Semanal’ como el que todos los sá­bados emitía Obama por radio y se tra­ducía in­me­dia­ta­mente al es­pañol. Tampoco los re­cortes de ‘Prensa’.

La nueva pá­gina de la Casa Blanca, además de ba­rrer y bo­rrar todo lo de Obama y todo rastro en es­pañol, ha eli­mi­nado como causas mal­ditas al­gunos temas can­dentes como los si­guien­tes: Derechos Civiles, Cambio Climático, Inmigración, Discapacidad, Ética, Salario Igualitario, Tercera Edad y Seguridad Social, Reducción de la Violencia Armada, Movilidad, Mujeres y otros. En to­tal, la web de la Casa Blanca con Obama tenía 114 en­laces para in­for­ma­ción, su­ge­ren­cias y con­sulta.

(*) Periodista

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