lunes, 9 de enero de 2017

Aznar quiere nuevas elecciones / Pablo Sebastián *

Ya sabíamos desde que renunció a la presidencia de honor del PP que José Maria Aznar volvería a hacer ruido en las vísperas del congreso del Partido Popular y así ha ocurrido en su conferencia valenciana donde presentó una enmienda a la totalidad de las políticas económicas y de pactos que ahora promueve Mariano Rajoy. Pero siendo respetables sus críticas económicas todo apunta a que Aznar -que ha dicho que no piensa crear un nuevo partido- y presume de horizontes globales está fuera de la realidad política española y europea donde el principal objetivo es la estabilidad.

Y esa estabilidad que buscar Rajoy tiene su base en los pactos que le obligan a concesiones mutuas con PSOE Y C’s, partidos que avalan la mayoría parlamentaria del PP, como bien sabe Aznar que a lo mejor está pensando que Rajoy debe convocar unas nuevas elecciones para reforzar su actual ventaja parlamentaria, lo que por otra parte no garantiza una segunda investidura del propio Rajoy, que es a lo mejor lo que desea Aznar una vez que es conocida su mala relación personal con el presidente del gobierno.

Dice Aznar que Rajoy se equivoca subiendo impuestos y ampliando el déficit y la deuda pública con más gastos y renunciando a nuevas reformas de tipo estructural. Pero el ex presidente debería saber que si Rajoy no aplica esas políticas le será imposible lograr acuerdos presupuestarios con el PSOE y en ese caso se vería obligado a un adelanto electoral en un tiempo en el que la estabilidad política en la Unión Europea es un valor muy positivo en vista del año electoral que se anuncia muy incierto en Francia, Alemania, Holanda y probablemente en Italia y en el que se iniciará la salida del Reino Unido de la UE y la llegada del huracán Trump a la Casa Blanca.

Y si España se mantiene en la estabilidad frente al río revuelto de los demás el coste de nuestra deuda bajará (con la caída de la prima de riesgo) y a la vez subirán las inversiones extranjeras y el turismo, y nuestro país volverá a ser un modelo de crecimiento y esta vez mas sostenible que en los tiempos de la burbuja inmobiliaria que creció bajo los gobiernos de Aznar.

Qué duda cabe que son incompatibles las reformas, si en ellas regresan los ajustes del gasto social, con los pactos políticos del PP con el PSOE y con Ciudadanos, de ahí que la senda escogida por Rajoy nos parezca al día de hoy razonable si estos partidos de la oposición le garantizan al PP la paz presupuestaria y las cuentas públicas de 2017. Pero si eso no es así y este gobierno no logra la estabilidad presupuestaria entonces no tendría sentido el objetivo de estabilidad política y del incremento del déficit, la deuda y los impuestos y en ese caso el horizonte electoral sería imparable.

En cuanto a la posibilidad de que Aznar organice un nuevo partido político el ex presidente del gobierno lo ha descartado ante el foro de empresarios de Valencia que acogió su disertación, aunque esa opción a medio plazo no hay que descartarla para siempre, porque está claro que Aznar ha decidido estar otra vez en el primer plano de la política y en los medios de comunicación en donde no se descarta que promueva su propio diario conservador.

Naturalmente Aznar está en su derecho de hacer política y participar en el mundo de la comunicación -ya tiene presencia con Murdoch- pero hay algo que conviene subrayar al margen de las opiniones políticas y ese algo es que Aznar tiene con Rajoy una discrepancia personal que está llevando al campo de la política y esa animadversión se le adivina a la legua y le resta al ya ex presidente de honor del PP bastante credibilidad en sus críticas al Gobierno del Partido Popular.


(*) Periodista

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