Cualquiera
que sea la decisión del Tribunal de Justicia de la Unión Europea mañana miércoles, los españoles saldremos perdiendo. Millones de
accionistas perderán una parte importante de su dividendo, si no todo,
si los bancos tienen que devolver entre 5.000 y 7.000 millones por las
cláusulas suelo. O serán millones de clientes a los que se les
introdujeron cláusulas abusivas en sus contratos los que saldrán
malparados. O los clientes en general que sufrirán un aumento de las
comisiones para compensar parte de las pérdidas.
La
única ventaja de que Luxemburgo sentencie a favor de la banca es que
no se reabra otra nueva crisis sobre el sector que vería disminuir
drásticamente sus beneficios este año. En los tres primeros
trimestres del año los principales protagonistas del sector ganan
menos que el año pasado.
Santander, BBVA, CaixaBank, Bankia,
Sabadell y Popular, han registrado un beneficio neto conjunto de
9.845 millones de euros, con una caída del 4,5 % respecto al mismo
periodo del 2015. Restarle en el mejor de los casos 5.000 millones,
sin duda volvería a abrir las dudas sobre el futuro del sector. Pase
lo que pase será un desastre, pero más grave en un caso que en otro.
Se
trata de la sentencia sobre si los afectados por las cláusulas suelo
abusivas de las hipotecas pueden recuperar el dinero que pagaron
de más desde que contrataron su préstamo o sólo desde el 2013,
cuando el Tribunal Supremo español se pronunció sobre el caso y
sentenció en ese sentido.
Dijo el alto tribunal español
entonces que las entidades afectadas deberían devolver el dinero
cobrado de más por esas cláusulas, pero únicamente a partir del 9
de mayo de 2013. Interpretaba que, si las entidades tuviesen que
reintegrar la totalidad de lo cobrado, la viabilidad del
entonces recién rescatado sistema financiero podría ponerse en
cuestión.
Las asociaciones representantes de los
hipotecados acudieron a la Justicia Europea. El pasado mes de julio
se manifestó el abogado general del Tribunal de Luxemburgo quien
dio la razón al Supremo. Este abogado general, Paolo Mengozzi,
manifestó que los bancos españoles no deben devolver el
equivalente a miles de millones de euros a los clientes a los que
cobró de más en concepto de cláusulas suelo irregulares. Da la
razón en este sentido al Tribunal Supremo y a la banca española.
Mengozzi
esgrimió como argumento fundamental para respaldar la
reivindicación de los bancos españoles las repercusiones
macroeconómicas de la devolución de esas cantidades. Los
abogados de las partes aludieron a un informe del Banco de España que
estima el coste entre los 5.800 y 7.000 millones de Euros, cifra
según estos mismos jurídicos que es tan importante como si se les
hubiera exigido devolverla, España habría tenido que ampliar el
programa de asistencia financiero acordado con la UE a más de
100.000 millones.
El informe del letrado general supuso un
revés para los demandantes y las organizaciones de usuarios que
les representan, pues acudieron a Luxemburgo muy confiados dado que
la Comisión Europea había abierto un expediente a España en abril por
su legislación sobre ejecución hipotecaria.
Las espadas
están en alto. El Tribunal de Justicia de la Unión Europea suele
seguir las indicaciones del abogado general, pero no siempre lo
ha hecho. Dado que no se suele filtrar ninguna información de las
decisiones del alto tribunal comunitario, habrá que esperar
hasta el miércoles para saber quién perderá en este caso. Una cosa es
segura, sea cual sea la decisión está claro que España de una u otra
forma, saldrá perdiendo.
(*) Periodista
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