jueves, 8 de diciembre de 2016

Los usurpadores se legitiman / Ramón Cotarelo *

Cuando el poder se siente inseguro o quiere mejorar de imagen o necesita justificarse o simplemente entretenerse, llama a los intelectuales. Desde que Platón pasara dos temporadas en la corte del tirano Dionisio de Siracusa hasta las otras dos que Philip Pettit estuvo asesorando a Zapatero sobre los arcanos del espíritu republicano, pasando por las divertidas relaciones de Destutt de Tracy con Napoleon o las de André Malraux con De Gaulle ,esta simbiosis de conveniencia se repite siempre con similares pobrísimos resultados.

Aunque no lo parezca, la Junta llamada Gestora es hoy el poder en el PSOE. No es más que poder porque otra cosa (legitimidad, ingenio, simpatía, inteligencia, audacia, valor, etc) no tiene. Y, como poder, llama a los sectores pensantes, los letrados, los antiguos clérigos, para que le expliquen el presente y le descifren el futuro, como hizo José con el faraón. Se trata de una vieja afición en el PSOE que, cada cierto tiempo, convoca a sus intelectuales, de los que tiene amplia provisión dado que dispone de medios para compensarlos. Lo hizo allá por los años 80/90 con el "Programa 2.000", volvió a hacerlo Zapatero con un "comité de sabios" para que lo asesorara sobre qué hacer con la RTV. Lo hizo después Rubalcaba, quien reunió una peña pensante, para redefinir el PSOE y lo mismo hace la junta golpista. Luego, normalmente, el poder ignora olímpicamente lo que las cabezas pensantes le recomiendan. Pero eso es lo de menos. El poder sabe siempre lo que quiere y no hace falta que venga ningún sabiondo a explicárselo.

Todo cuanto toca el poder lo instrumentaliza. Quiere ideas, no que sean verdaderas o justas, sino que lo legitimen y le den provecho. Así que el problema no es el propio poder que, además, en este caso, tampoco se ha molestado mucho en buscar. Los cuatro principales responsables de apacentar a los intelectuales/ideólogos para que fabriquen la doctrina son, según parece, Eduardo Madina, Rosa Conde, Ramón Jáuregui y Matilde Fernández. De los cuatro, tres han sido ministros socialistas en épocas remotas y tienen de intelectuales lo mismo que de misioneros mártires del Japón, quizá menos. El cuarto, Madina, ni ministro ni intelectual. Pero, aun así, insisto en que ese no es problema: el ámbito socialista hierve con las aspiraciones de gentes más jóvenes, deseosas de destacar, de aplicar sus saberes profesionales a vaticinar un futuro glorioso para el PSOE bajo el mando esclarecido de los golpistas que hoy detentan el poder.

No, no es el problema. El problema es cuál sea la dimensión moral de unos supuestos pensadores que se prestan a formar un coro de mistificaciones para ocultar un golpe de mano que ha sustituido la democracia interna y la legalidad del PSOE por un régimen de arbitrariedad, amenazas e incompetencia. Todavía más claro: cuál sea la dimensión moral y especulativa de unos intelectuales que se prestan a legitimar un golpe que, por el momento y las razones aducidas, en el fondo, era un segundo tamayazo. Lo que sucede es que, en vez de millones, aquí se prometieron sillones.
 
Cataluña ya tiene su virreina

¿De qué se quejarán estos catalanes? Lo suyo es el puro victimismo. Todo el día lloriqueando por los rincones que los oprimen, los explotan, les roban. Y, sin embargo, poco a poco, van consiguiendo el restablecimiento de sus antiguas y queridas instituciones. Rajoy, cuya buena voluntad hacía Cataluña es proverbial, ha decidido restaurar la institución del virreinato, que estuvo vigente hasta la Guerra de Sucesión, cuando Felipe V arrebató sus leyes y libertades a los catalanes y, además, su querido virrey, sustituyéndolo después por un humillante Capitán General. Ahora, la marcha hacia la plena recuperación de la personalidad catalana ya no la para nadie.

Sáenz de Santamaría, que piensa pasar más tiempo en el AVE que en su casa, será la cabeza de puente de la Gran Nación en Cataluña, encargada de reconstituir esa fraternal unidad que tanta gloria nos ha traído siempre, como puede ver cualquiera que no tenga negros prejuicios antiespañoles. Obsérvese: apenas puesto pie en tierra, la ratita hacendosa se ha entrevistado con la representante de C's, Arrimadas y el PSC, Iceta, además de yantar con unos empresarios, como gesto significativo de qué intereses defenderá la señora en el Principado. 

Los eternos resabiados critican que la virreina haya dado audiencia antes a la oposición que al gobierno. Ganas de malmeter. Si fuera ese su propósito, habría empezado por entrevistarse con el dirigente de su partido en Cataluña. Lo más probable es que los dos recibidos, Arrimadas e Iceta, hayan sido los más madrugadores para ir a rendir pleitesía a la virreina, representante del poder español. 
 
 
(*) Catedrático emérito de Ciencia Política en la UNED

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