sábado, 17 de diciembre de 2016

La banca española en el 2020 / Carlos Díaz-Güell *

El sector financiero ha gozado de una atención especial en Tendencias y era difícil dejar pasar el último número para hacer un pronóstico sobre cómo será dentro de cuatro años. La primera conclusión es que será muy diferente, pero los principales actores serán los mismos. Son muchas las cuestiones que se tienen que ventilar en estos años.

Las inapla­za­bles son la pri­va­ti­za­ción total de Bankia y la irre­le­vante BMN; la fi­na­li­za­ción de la trans­for­ma­ción de las cajas de aho­rros (La Caixa, Kutxabank, Ibercaja, Unicaja y Liberbank), el en­caje del Banco Popular y la ju­bi­la­ción de los ban­queros de la pos­gue­rra.

Lo más pro­ba­ble, y se­gu­ra­mente lo deseable para la com­pe­ten­cia, es que Bankia con­tinúe su vida en so­li­tario tras la co­lo­ca­ción en manos pri­vadas del 100% de su ca­pi­tal, el Estado aún con­serva algo más del 50%. Sólo Santander y BBVA tienen ca­pa­cidad para com­prarla, pero apa­ren­te­mente ni les in­teresa, dado el des­guace que ten­drían que hacer de per­sonas y ofi­ci­nas. Esos dos bancos son los can­di­datos a que­darse con el Banco Popular, algo que se­gu­ra­mente es más ur­gente, ya que pocos creen que vaya a ter­minar 2017 como en­tidad in­de­pen­diente. Es más, hay quien apuesta a que Emilio Saracho no lle­gará nunca a tomar po­se­sión de la pre­si­dencia del Popular.

El Sabadell no está tam­poco libre de perder su in­de­pen­den­cia, aunque apa­ren­te­mente está me­jor. Su cuenta de re­sul­tados está do­pada por una ope­ra­tiva abu­siva de com­pra-­venta de deuda pú­blica apro­ve­chando la man­guera del BCE. Además, hay un cierto mis­terio sobre la ca­lidad real de su ba­lance y el Esquema de Protección de Activos que se le otorgó por que­darse con la CAM. Pero donde sin duda tiene un gran pro­blema pen­diente es con ac­cio­nistas claves que in­te­gran el nú­cleo duro. 

Las fa­mi­lias dueñas de em­presas como Planeta (Lara), Pinturas Tintan (Folch Rusiñol), Porcelanosa (Colonqués) o Mango (Andic) su­fren enormes pér­didas de cientos de mi­llones de euros por la in­ver­sión que hi­cieron en 2006 para ad­quirir el 12,5% del Sabadell que es­taba en manos de La Caixa y apoyar así a Josep Oliu en la pre­si­den­cia, quien tam­bién se jugó mucho di­nero. Buena parte de la in­ver­sión la hi­cieron con fi­nan­cia­ción del propio Sabadell.

La ne­ce­saria ju­bi­la­ción de los ban­queros na­cidos en los años 40, en la post­gue­rra, puede hacer de aci­cate de otro em­pujón a la re­es­truc­tu­ra­ción de un sector que no da para más de media do­cena de grandes ope­ra­do­res. Este es el caso del om­ni­pre­sente Isidre Fainé (1942), de FG (1944), de Amado Franco (1946), de Braulio Medel (1947) o de Oliú (1949).

Aquí salen a re­lucir tres de las ma­yores an­ti­guas cajas (Bankina, apar­te). La per­vi­vencia en so­li­tario de Ibercaja y Unicaja es poco más que una qui­mera, al igual que la de Liberbank. En cam­bio, Caixabank y Kutxabank pueden so­bre­vi­vir, pero ten­drán que buscar una fór­mula de go­bierno que acabe con lo que mu­chos con­si­deran to­ma­dura de pelo cor­po­ra­tivo que man­tienen ac­tual­mente.

Curiosamente, los dos bancos que his­tó­ri­ca­mente han es­tado con­tro­lados por las fa­mi­lias Botín son los que tienen un pa­no­rama de mando más claro. Santander tiene pre­si­denta para rato (Ana Botín, 1960) y Bankinter tiene ya de facto de­sig­nado a Alfonso Botín, hijo de Jaime Botín, como su­cesor de Pedro Guerrero al frente de la pre­si­den­cia.

Eso sí, para su­ce­sión la de Francisco Gonzalez al frente del BBVA y aquí es di­fícil acer­tar. Es de su­poner que FG piensa cada día en cuál es la per­sona más ade­cuada y se­guro que no es Goirigolzarri, por mucho que haya al­gunos que les en­cante soñar con la ven­detta per­fecta para los viejos ban­queros vascos que fueron des­tro­nados con malas ar­tes.

Caso aparte me­rece Abanca, pro­ba­ble­mente, en opi­nión de mu­chos ana­lis­tas, la peor en­tidad fi­nan­ciera de España. Presenta unos ra­tios apa­ren­tes, pero la realidad es que si al be­ne­ficio se le des­cuenta la re­ver­sión de pro­vi­siones e im­pues­tos, está en pér­di­das. Tiene unos in­gresos es­cuá­lidos que no cu­bren los cos­tes. Está en manos de la fa­milia ve­ne­zo­lana Escotec y va a dar mucho que ha­blar.

En re­su­men, las apuestas son cla­ras. El sector lo se­guirá li­de­rando Santander, se­guido por BBVA, CaixaBank, Bankia, Antiguas cajas, Bankinter y Kutxabank. No salen más de siete en­ti­da­des. Veremos.


(*) Periodista


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