Escasa manifestación de los sindicatos CC.OO. y UGT (entre 4.000 y
30.000 personas según la policía o los sindicatos) para protestar contra
las políticas laboral y económica del gobierno del PP. El que ha
renovado su presencia en el poder gracias al PSOE que se abstuvo en la
investidura de Mariano Rajoy y a que Podemos votó contra la investidura
de Pedro Sánchez.
De ahí el cinismo de los dirigentes del PSOE y Podemos que ayer han
secundado esa manifestación de unos sindicatos venidos a menos desde el
inicio de la crisis económica, del fin del bipartidismo y desde que
Podemos absorbió a IU y empieza a salir a la calle de la mano de Pablo
Iglesias que está asumiendo -por encima de los sindicatos- el liderazgo
de los sectores más perjudicados de la sociedad.
La izquierda española está en revisión permanente y refundación, y en
el caso del PSOE con mayor motivo por la pérdida de apoyos electorales
(una encuesta de La Sexta TV colocaba ayer a Podemos por delante del
PSOE), su división interna y sus malas relaciones con el PSC, en la
espera de un congreso aún sin fecha y con las candidaturas en ciernes de
Pedro Sánchez y Susana Díaz.
Esta última presentada el pasado viernes como la estrella ascendente
del PSOE por el ex presidente José Luís Rodríguez Zapatero que regresa
así, sin pudor y disfrazado de izquierdista, después de haber hundido a
los socialistas en las elecciones de 2011 (bajo el liderazgo de
Rubalcaba), de haber ocultado durante más de dos años la gran crisis de
la economía y el paró él que negó. Y después también de la reforma
exprés del artículo 135 de la Constitución sobre equilibrio
presupuestario y de haber indultado a banqueros y de haber traído a
España el escudo anti misiles de USA (sin pasarlo por el Parlamento) y
de haber abierto la puerta al desafío catalán.
Y este catastrófico gobernante -que anunció el fin de ETA horas antes
de que la banda pusiera una bomba en Barajas- y falso izquierdista ¿es
el padrino oficial de Susana Díaz, para recuperar el PSOE y para
combatir a Podemos? Pues parece ser que sí y para ello se escuda en su
ley de dependencia y los matrimonios gays, como los logros de su tiempo
de pesadilla nacional.
No estamos diciendo con todo esto que la política laboral del
gobierno de Rajoy sea una maravilla porque la precariedad laboral es
manifiesta y hay capítulos francamente mejorables. Pero en la
recuperación del empleo ha dado resultados importantes y eso tampoco se
debe desdeñar negando la evidencia como lo hacen los sindicatos y los
partidos de la izquierda.
Y Podemos de manera continuada y especial. Al menos hasta que llegue
el día en el que Iglesias y Rajoy debatan de ello en el Parlamento. Y
entonces el presidente Rajoy le podrá decir al líder de Podemos: ‘señor
Iglesias si yo sigo al frente del Gobierno es gracias a usted, porque si
el pasado día 4 de marzo usted no hubiera votado contra la investidura
de Pedro Sánchez hace ya varios meses que en España habría un gobierno
presidido por el PSOE’.
Y vamos a ver qué hace el PSOE en la votación de los Presupuestos de
2017, no vaya a ser que regrese al campo de la abstención como durante
la investidura de Rajoy por temor a un adelanto electoral en el que
podrían perder el liderazgo de la izquierda a favor de Podemos. El
famoso ‘sorpasso’ que es la obsesión y única meta política de Iglesias a
corto plazo y lo que explica su voto contra la investidura de Sánchez.
Lo que, finalmente y con la abstención del PSOE encumbró a Rajoy. Y ¿qué
dicen los sindicatos de todo esto? pues nada y así les va a todos ellos
y de ahí la escasa participación durante esta última manifestación.
(*) Periodista
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