Estos datos coinciden con el espíritu que
se respira en las redes. Hay una especie de movilización de las bases,
que encadenan reuniones, asambleas, consejos para transmitir la
exigencia de Congreso y primarias inmediatos. Nadie duda de que Díaz
cuenta con muy altos y poderosos apoyos, la complicidad de los barones y
la sumisión del aparato y su provisional órgano gestor. Pero es
convicción general que eso no le servirá de nada porque en las primarias
votan los militantes y, según los sondeos, el 70 por ciento prefiere a Sánchez y el 30 por ciento a Díaz.
Que
esta situación debe de ser así se prueba a contrario viendo que el
sector "susanista" o golpista o como quiera llamársele no ha publicado
sondeo alguno, aunque lo tendrán. Pero no será bueno. Por lo demás, la
táctica dilatoria, dejar pasar el tiempo por si así se calman los ánimos
y Susana Díaz recupera algo de imagen, no sirve más que para encrespar
los ánimos ya que la junta gestora está excediéndose en sus atribuciones
manifiestamente. Y las intervenciones de la vieja guardia socialista en
favor de Díaz, sobre ser escasamente convincentes y movilizadoras
también producen efectos contrarios.
No hay si no convocar congreso y primarias inmediatas, dejar de hacer trampas y de utilizar el PSOE como un casino privado.
Entre sollozos, il signore Matteo Renzi ha reconocido su derrota en la era de la posverdad. Y mucha gente se pregunta angustiada qué efectos tendrá esta derrota en la frágil UE, todavía recomponiéndose del Brexit.
La tercera economía de la Eurozona, se dice. Y ahora, agudizada
inestabilidad política. Como si Italia hubiera sido una balsa de aceite
en los últimos cincuenta años. Como si no hubiera demostrado repetidas
veces que, a pesar de todo, el país funciona en situaciones de
interregno político y aun de caos.
A
Renzi lo ha matado un cálculo psicológico erróneo. Grosso modo, la
reforma constitucional propuesta en el referéndum, consistente sobre
todo en acabar con el bicameralismo perfecto, estableciendo un
monocameralismo de hecho, es sin duda más racional y eficaz. Eso está
claro. Pero la cuestión es cómo lo explicas y cómo se lo toma la gente. Y
es el caso que esta ha acabado creyendo que el referéndum es en
realidad un plebiscito para fortalecer la figura del propio Renzi.
Al
fin y al cabo il signore Matteo no fue elegido por nadie, sino que se
hizo con el cargo de primer ministro tras forzar la dimisión del
anterior, Enrico Letta. Esa imagen de ambicioso que ha proyectado, con
un partido hecho unos zorros, le ha hecho mucho daño y la gente no
parece haberse parado a pensar en lo acertado o no de la reforma
propuesta. Ha ido por alguien que ofrecía dimitir si perdía. Puede
llamársele "posverdad". Y también error de cálculo.
Las dos formaciones que más han luchado por el "No" han sido el partido Forza Italia
de Berlusconi y el Movimiento Cinco Estrellas, de Beppe Grillo. Las dos
alimentan los miedos de los partidos tradicionales y las instituciones.
Pero es exagerado decir que por esta situación, nada insólita en
Italia, vayan a tambalearse (más) los cimientos de la UE.
(*) Catedrático emérito de Ciencia Politica en la UNED
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