Dies irae/dies illa. Se cargaron a
Sánchez. Los golpistas ya no son golpistas, sino la autoridad
constituida. Se dirá como se quiera pero lo cierto es que un grupo, una claque,
se ha cargado en un golpe de mano, a un Secretario General elegido por
la militancia. Y ¿cómo lo ha conseguido? Era de suponer que Sánchez se
habría asegurado una mayoría del Comité Federal antes de hacer sus
propuestas.
Eso
se verá en los próximos días. La exigencia de los dimisionarios y sus
apoyos (esos que los medios llaman "críticos", queriendo decir
protestarios o saboteadores, a elegir) de que la votación fuera pública,
a mano alzada, es muy significativa. Sus amparos son muy poderosos y
sus recursos, inmensos. Se trata de saber quién vota qué, en función de
los juegos de influencias y lo dejo aquí por no ser más específico. Que
podría. Este es un país clientelar y lo es también su izquierda.
Decíamos
ayer que la posición de Sánchez era débil. No tenía argumento alguno
para negociar con el CF y su promesa de procurar un gobierno alternativo
al de Rajoy era vana porque no dependía de él sino también de Podemos y
no es creíble que Podemos vaya a ninguna alianza con el PSOE si no es
el socio mayoritario.
Así
que la de ayer fue una jornada de extraordinaria tensión, digna de la
naturaleza tempestuosa de la historia del PSOE. Un partido con memorias
de enfrentamientos internos constantes pero que no se escinde. Lo más
llamativo de la comparecencia de Sánchez para anunciar su dimisión,
cinco minutos después de perder la votación fue la de veces que hizo
referencia al partido, su preeminencia y el orgullo de militar en él.
Para algunos espíritus suspicaces el alegato de despedida fue, al mismo
tiempo el de la inauguración de su campaña para las primarias. Algo que
podría ser La segunda venida de Sánchez, ya que esta defenestración ha dejado un poso de amargura en la militancia.
Un
día larguísimo, dedicado casi todo a las cuestiones de procedimiento.
Fuera, gentío, silbidos, abucheos, escraches, la policía apartando
gente, muchos nervios, banderas, carteles. Alto voltaje de pasiones y
emociones. Todavía más fuera, en la esfera mediática, programas
monográficos en los que los fans animaban a los suyos, esto es, los
rebeldes cuya acción beneficiaba al PP. Dentro, entre mociones,
contramociones, puntos de debate, orden del día, finalmente se llegó a
una conclusión, se votó y la militancia en la calle recibió la noticia
como un chorro de agua de una manguera policial.
El
PSOE no tenía Secretario General y se regiría por una comisión gestora.
Quisieron conseguirlo de inmediato a raíz de la dimisión de los 17,
pero se encontraron un ¡No pasarán! y, como la otra vez, pasaron.
Dos o tres días más y una reunión tormentosa del CF que, en el fondo,
pone al PSOE en el centro de la atención de los medios, lo cual suele
ser bueno excepto cuando es malo, como ahora. Tapar, difuminar el
escandalazo de las tarjetas blacks y los presuntos chorizos Blesa y Rato
con el relato de Los últimos de Filipinas no es un acierto, pero
es inevitable. Ver a los políticos poco menos que dándose de mamporros
en público suele tener morbo pues son gente que, aunque se diga
barbaridades, no suele llegar a las manos. Ayer casi llegan a los pies.
Con todo, esto no es más que l'écume des jours,
pura apariencia cotidiana. Sánchez se ha desvancido como una nube de
verano o una brizna de paja al viento. Lo difícil, lo grave, lo temible
viene ahora, en el momento de la investidura próxima, en la que el CF
tiene que desdecirse de su decisión anterior y pedir la abstención del
PSOE para dar el gobierno a Rajoy. Esa es la venenosa consecuencia
propugnar la abstención. Y el problema más concreto es cómo se vende
este propósito al electorado en una campaña.
Porque
hay que venderlo. Toda la conspiración contra Sánchez tuvo siempre como
objetivo estratégico, facilitar el gobierno del PP aunque no lo mereciera
o, por lo menos, no impedir a otro que lo formara. Sánchez se convirtió
definitivamente en la pieza por batir cuando manifestó que no se
abstendría y mantendría el NO es NO a todo gobierno del PP. Lo acusaron
de mentiroso, engreído, egoísta, pero él sostuvo siempre que obedecía el
mandato del CF. ¡Bastante que importa el CF al Ibex 35, las empresas
con que se relaciona González o los ERES andaluces, que lastran de tal
modo las posibilidades de Susana Díaz que quizá no vaya a primarias!
Nada. Cero. El CF solo impresiona a la militancia y, justamente, la
decisión de abstenerse ante Rajoy tiene pinta de producir una sangría de
militantes y votantes.
Los
rebeldes triunfadores ayer van a dar el gobierno al PP con el objetivo
de cerrar el paso al ascenso de Podemos e impedir o, cuando menos,
frenar la independencia de Cataluña. Podemos no iba a entrar en el
gobierno (porque no le interesaba) y la independencia de Cataluña parece
inevitable, según los datos de que disponemos hasta este momento. Quizá
ocurra algo que cambie esta expectativa en un sentido u otro pero en
todo caso no depende de lo que hagan los citados rebeldes. Y, detrás de
ese mal trago de abstenerse en favor de Rajoy, cuatro años como mínimo,
siendo responsables de haber propiciado un desastre sin parangón. Y eso
mientras la militancia se les da de baja en masa y emigra hacia Podemos a
falta de una opción más atractiva.
Se han quedado sin Secretario General y también sin partido y todo por el miedo a quedarse sin país.
(*) Catedrático emérito de Ciencia Política en la UNED
No hay comentarios:
Publicar un comentario