No es que se
alegren del mal ajeno, o algunos tal vez sí. Lo que sí aplauden con
mayor o menor descaro es que haya habido algún movimiento que permita
confiar en el fin del largo embotellamiento. Para los analistas europeos
que siguen al minuto el rompecabezas español, la marcha de Pedro
Sánchez es una oportunidad. Por ejemplo, Antonio Barroso, de Teneo
Intelligence, dice en Londres: ‘La guerra civil en el PSOE ha reducido
notablemente su poder negociador con el PP’.
Apostilla:
‘Los socialistas no pueden permitirse el lujo de ir a nuevas
elecciones porque sería como apretar el botón de la
autodestrucción, y ahora Rajoy puede aprovecharse’ de esa
debilidad. Más directo todavía es Antoine Bouvet, de Mizuho, a la
vista de lo que ha pasado inmediatamente en los mercados de deuda
soberana: ‘No está claro que el PSOE se vaya a abstener en otra
votación de investidura de Rajoy, pero los mercados han tomado
bien la dimisión de Sánchez’.
Y tan bien, tan bien, que el bono
español a 10 años batió todos los récords históricos de mínima
rentabilidad: un 0,862 por ciento. Todavía está lejos de la
rentabilidad negativa del menos 0,10 por ciento del bund alemán en
estos tiempos de tipos cero, pero refleja el alivio que ha supuesto el
relevo en el PSOE en el mundo del dinero. Además, los expertos
destacan la comparativa con Italia: el bono español ha ampliado su
diferencial al máximo desde hace dos años. El bono italiano cerró
al 1,25%. Y el portugués, al 3,39 por ciento.
Así lo titula
Bloomberg en una crónica de Anooja Debnath: ‘La rentabilidad
italiana respecto a España, en el máximo desde hace dos años por el
referéndum. En Reuters, Dhara Ranasinghe subraya abiertamente que
‘la rentabilidad del bono español a 10 años, en mínimos de récord
tras la dimisión del líder socialista’. Y hace hincapié en que de
los tres países periféricos que daban dolor de cabeza, España ha
salido tentativamente de la observación intensiva.
Ahora,
‘la atención se vuelca a los riesgos que afrontan Italia y Portugal’.
Italia, por la situación de la banca y las encuestas del referéndum
previsto para el 4 de diciembre sobre reforma constitucional.
Siguiendo la moda de convocar plebiscitos para perderlos, después
de los de Reino Unido, Hungría y Colombia puede llegar el fracaso del
primer ministro Matteo Renzi: las últimas encuestas dan ganador al
no por un leve margen, 25% a 23%.
España preocupa menos porque
la economía parece seguir funcionando. El último dato sobre
producción manufacturera en septiembre subió de 51 a 52,3. Es el
mejor registro desde abril pasado. Como dijo Andrew Harker, de la
firma Markit que elabora los índices de actividad, España ‘puede
inyectar de nuevo vida al sector’.
Con todo, las mayores
expectativas se concentran en la formación de Gobierno, tanto
para que el país eche a andar de nuevo en sus instituciones como para
la aprobación de los Presupuestos y la normalización en
general. Esteban Duarte y Macarena Muñoz Montijano lo resumen en
Bloomberg: ‘Después de nueve meses, dos elecciones y una
impresionante revuelta en el PSOE, la maquinaria de la política
española se liberó de su atasco el fin de semana en un cambio
crucial que puede por fin permitir a Mariano Rajoy ser investido
para un segundo mandato’.
Casi ningún analista o medio
internacional concede muchas posibilidades a las terceras
elecciones. Entre otras cosas por las dos encuestas publicadas el
lunes que anticipan una mayoría absoluta PP-C’. Todos dan por
sentado con mayor o menor firmeza que el PSOE se va a abstener. Cuál
será la contraprestación es materia de especulación más que de
información. Pero la sensación de alivio, como en un
estreñimiento intestinal, es patente. Bloomberg dice que Pedro
Sánchez era el ‘principal obstáculo’ a la investidura.
En el
alemán Die Tagszeitung, el corresponsal Reiner Wandler relata el
paisaje después de la batalla de Ferraz: ‘Lo que queda es un montón
de escombros’, es el título de su análisis sobre la caída de
Sánchez, que ‘ha jugado al póker durante meses en busca del poder y ha
fracasado, fue el obvio perdedor’. Y añade con un pelín de
crueldad: ‘Muchos se preguntan si valió la pena’, porque a los
socialistas les puede pasar ‘lo mismo que al Pasok griego’, de
deslizarse a la irrelevancia.
Wandler no cree que vaya a ser
así, pero sí enfatiza que Rajoy tiene todas las bazas en su mano y ‘no
sólo quiere su investidura con la abstención del PSOE, sino que
ahora quiere un apoyo activo en los Presupuestos’. Muy parecido
Sandrine Morel en Le Monde: ‘La crisis de los socialistas favorece a
Rajoy’, más cerca de repetir en Moncloa tras el ‘psicodrama’ el PSOE,
que ha quedado ‘decapitado, dividido y desorientado’. En el mismo
diario, Aymeric Janier se pregunta si ahora podrá haber una
‘clarificación’ del rumbo político.
Y en La Tribune, Romaric
Godin casi felicita ya a Rajoy: ‘Puede esperar que obtendrá la
investidura’. Sin embargo, se pregunta inmediatamente: ‘¿Es
eso una buena noticia para la estabilidad del país?’. Para Godin,
la crisis del PSOE aleja las terceras elecciones, pero también es
‘en realidad la prueba de la descomposición del sistema político
español’. Y la estabilidad dependerá de cómo se recomponen los
socialistas, a riesgo de que Podemos tome ‘la alternativa’ como
principal partido de la izquierda.
(*) Periodista
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