domingo, 16 de octubre de 2016

"Pressing" PSOE / Ramón Cotarelo *

Vaya, hombre. Los vaticinios son negro azabache. Unas terceras elecciones traerían la catástrofe del PSOE. El PP se acercaría a la mayoría absoluta y sin duda la conseguiría con el chico del side-car, y Podemos materializaría el anhelado sorpasso. Conclusión para cualquier socialista sensato: el PSOE debe abstenerse y dejar que gobierne la derecha de la Gürtel. Ni quito ni pongo rey. 
 
Por supuesto que las conclusiones de la encuesta de Metroscopia coincidan al pie de la orden con los deseos del periódico carece de relevancia. Es una casualidad. Una feliz casualidad que da respaldo científico a una decisión previa reflejada en unos editoriales que han sido artillería gruesa contra el PSOE si no se abstiene. 

Porque El País quiere que gobierne el "partido más votado". Lo ha dicho él mismo. Con independencia de si se lo merece o no, asunto este que también ha resuelto Felipe González en la misma línea: que gobierne aunque no se lo merezca. 

Los miembros de la Gestora y su musa andaluza argumentan como pueden a favor de la abstención con postulados que mueven a risa. Uno de ellos afirma que conviene un gobierno del PP en minoría porque así se corregirán los desastres que ha provocado. Ni se le pasa por la cabeza que, en cuanto constituya gobierno con la claudicación del PSOE, el PP convocará elecciones en unos cuantos meses. 

Si se celebran elecciones en esta situación, el resultado puede ser un desastre para el PSOE precisamente por el estado en que lo ha dejado el golpe de mano perpetrado por los conspiradores. Pero, a la vista del vaticinio, el CF puede adoptar otra decisión que sin duda significaría un vuelco a las expectativas, en concreto, eligiendo de nuevo a Pedro Sánchez en primarias como SG y candidato a la presidencia del gobierno. Incluso puede simplemente pedirle que reconsidere su dimisión a base de revocar la decisión que la provocó. Sí, es ridículo. Pero más ridículo fue el golpe en primer término.

Una candidatura de Pedro Sánchez al frente del NO es NO sobre el trasfondo del relato de la Gürtel en sede judicial sería una opción ganadora. Y eso sin contar con que podría haber algún otro candidato con muchas posibilidades, como Borrell, a quien su partido en cierto modo se la debe. Y a Borrell no es preciso hacerle el artículo. Tiene méritos, capacidad y experiencia más que sobrados, frente a los cuales los de sus posibles competidores son inexistentes. Y es catalán. Unionista pero partidario del diálogo con los independentistas.

Un cambio substancial en la situación en cualquiera de las dos opciones. A ver cómo se consigue demostrar que un gobierno de Sánchez o Borrell, con una base parlamentaria suficiente es peor que aceptar un gobierno de la Gürtel por claudicación, amnistiando de paso las tropelías cometidas en la Xª legislatura.

Y eso sin contar con que, según la ministra Báñez, a quien parece haber abandonado su virgen protectora, la Seguridad Social registrará este año por primera vez en su historia un déficit de 18.000 millones de €. Dicen en Roma resignadamente que aquello que no hicieron los bárbaros, lo hicieron los Barberini. Aquí lo mismo: lo que no hizo la Gürtel lo hace su gobierno: llevar a la quiebra la Seguridad Social tras haber esquilmado la hucha de las pensiones.

Es posible que, con todo, el resultado de unas terceras elecciones fuera una mayoría absoluta del PP. En tal caso, este haría las mismas barbaridades que ha venido haciendo y hubiera hecho de ser investido ahora, pero sin la aquiescencia de la oposición socialista.

A pesar de este atosigante pressing, el PSOE sigue teniendo varias opciones y la de la abstención es la peor.
 
 
La Conferencia de Gràcia
 
 
Gràcia, uno de los barrios de más acusada personalidad en una ciudad llena de ellos. Viernes por la tarde, un auditorio completo, aforo a rebosar, un público entusiasta, movilizado por esos incansables trabajadores que componen la Assemblea Nacional Catalana. Edad media, elevada. Ese es un problema que la ANC y otras entidades independentistas habrán de encarar, esto es, el de cómo movilizar a la gente joven. No basta con llenar las calles una vez al año durante la Diada, sino que se precisa involucrarla en un trabajo cotidiano, callado, continuo y no tan entretenido, pero imprescindible. Habrá que ver qué hacen otros que tienen resuelta esa carencia, como la CUP, y tomar ejemplo. Para ello lo más acertado parece ser dar protagonismo a los jóvenes. Pero eso no es tan fácil en una organización que pretende ser del conjunto de la sociedad y no excluir a los mayores. Precisamente por eso se requiere lucir imaginación.

En cuanto a la conferencia, consistió en una exposición sobre esta coincidencia del vacío de poder político en España con la efervescencia independentista en Cataluña. Aunque pueda parecer una situación óptima, quizá no lo sea tanto si tomamos en consideración que los últimos sondeos hablan de un relativo descenso del espíritu independentista. Son muchos los factores que han de tomarse en consideración: la suma de fuerzas políticas en Cataluña, su grado de cohesión, la capacidad de respuesta del Estado, las posibilidades de la reacción catalana y el impacto de la actitud de la comunidad internacional. De todo ello se habla en la conferencia.

Luego hubo un turno de preguntas y respuestas en el que se trataron muchos otros asuntos adyacentes en un tono más distendido.
 
 
 
(*) Catedrático emérito de Ciencia Política en la UNED

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