jueves, 1 de septiembre de 2016

Rajoy puede unir a Cataluña y Euskadi / Ramón Vilaró *

La realidad vasca y catalana siempre han tenido puntos de vistas cercanos, aunque no necesariamente coincidentes. En Euskadi hubo terrorismo nacionalista, a diferencia, por fortuna, de Cataluña. En Euskadi los conservadores (PNV), siempre estuvieron confortables con la Hacienda propia, mientras en Cataluña nunca se logró. En Cataluña se movilizó gran parte de la ciudadanía, de derechas y de izquierdas, en pro de la independencia, mientras que en el País Vasco, siempre quedó relegado a la izquierda.

Sin em­bargo, el duro dis­curso de in­ves­ti­dura de Mariano Rajoy, pre­si­dente en fun­ciones y can­di­dato a la pre­si­den­cia, en pro de la unidad de España y la so­be­ranía na­cio­nal, puede acen­tuar el eje Barcelona-Bilbao, al ver ce­rradas todas las op­ciones hacia una re­forma del Estado.

“Ni que­remos ni nos con­viene cam­biarla, porque juntos es­tamos me­jor, porque la unidad ga­ran­tiza además la igualdad y la so­li­da­ridad entre es­paño­les”, dijo Rajoy, en re­fe­rencia a una even­tual re­forma cons­ti­tu­cio­nal.

“No es cierto que la au­to­nomía de las re­giones es­pañolas im­plique una cuota de so­be­ranía que per­mita a cada una de ellas de­cidir uni­la­te­ral­mente asuntos que afectan tam­bién al resto de los es­paño­les”, añadió el as­pi­rante a la pre­si­dencia del go­bierno. “En esto no cabe am­bi­güe­dad. En tér­minos po­lí­ticos y cons­ti­tu­cio­na­les, el único pueblo so­be­rano en España es el es­pañol”.

La fir­meza de sus pa­la­bras, en la línea del Pacto de Unidad Nacional, que pre­sentó Ciudadanos para dar apoyo a Mariano Rajoy, desató vivas crí­ticas de Aitor Esteban, por­tavoz del PNV en el Congreso, de­cla­rán­dose “cabreado” y acu­sando al pre­si­dente en fun­ciones de “pasarse de fre­na­da”, al ce­rrar cual­quier puerta de re­formas ante el firme prin­cipio de man­tener la unidad de España.

En reali­dad, la opi­nión del PNV, siempre dis­puesto en el pa­sado a tirar un cable a la go­ber­na­bi­lidad de España, ya fuese con el PSOE, o con el PP – al igual que hizo CiU, en los tiempos de Jordi Pujol – fue la nota más dis­cor­dante.

Porque, como era de es­pe­rar, tam­bién Joan Tardà, desde ERC, acusó al PP y Ciudadanos de “buscar un enemigo ex­te­rior” ante su in­ca­pa­cidad de re­solver los pro­ble­mas. Francesc Homs, de PDC (Partit Demòcrata Català), en­glo­bado en el Grupo Mixto, ca­li­ficó el dis­curso de Rajoy como el de “un per­de­dor” al que “se le está es­ca­pando Catalunya”.

Si el tema de Cataluña volvió a ser eje del dis­curso de in­ves­ti­dura, fruto del pacto PP-Ciudadanos, no es menos cierto que re­per­cutió en una acer­ca­miento entre el País Vasco, donde hay elec­ciones el 25 de sep­tiem­bre, y Cataluña, donde se inicia un mes se sep­tiembre de puro vér­tigo.

Mientras se pre­paran con­cen­tra­ciones ciu­da­danas ma­sivas para la Diada del 11 de sep­tiem­bre, donde con­ti­nuará la pre­sión po­pular de los pro in­de­pen­den­tis­tas, el pre­si­dent de la Generalitat, Carles Puigdemont, tiene que afrontar una mo­ción de con­fianza el 27 de sep­tiem­bre, donde la CUP puede darle, o no, su apoyo.

Todo va li­gado a que los pre­su­puestos in­cluyan una par­tida para la ce­le­bra­ción, en junio de 2017, de un re­fe­réndum sobre la in­de­pen­den­cia, según la CUP.

Y, en­tre­tanto, el go­bierno ca­talán se en­frenta a la po­sible ac­tua­ción pe­nal, por parte de la Fiscalía, contra Carme Forcadell, pre­si­denta del Parlament de Catalunya, por su ac­tua­ción en la apro­ba­ción por parte de la cá­mara au­to­nó­mica de las con­clu­siones de la Comisión de Estudios sobre la in­de­pen­den­cia.

Con la ad­ver­tencia aña­dida de aplicar igual ba­remo penal si el go­bierno ca­talán aprueba otras me­didas en tal di­rec­ción, como po­dría ser la in­clu­sión de una par­tida pre­su­pues­ta­ria, para un re­fe­réndum pro in­de­pen­den­tista.

En con­clu­sión, un mes de sep­tiembre no apto para car­dia­cos, ni en Madrid, ni en Barcelona, ni en Bilbao.


(*) Periodista


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