Sucedió lo que se había previsto en Galicia y Euskadi. Urkullu ganó y
gobernará en el País Vasco, probablemente con el PSOE. Ciudadanos no
consiguió obtener escaños en ninguna de las dos Comunidades. Podemos no
anduvo mal, aunque por debajo de lo que creían. Feijoo ganó con una
mayoría absoluta que supone un riesgo para Rajoy, además de un éxito. Y
el PSOE, liderado por Pedro Sánchez, de derrota en derrota hasta la
derrota final, cosechó unos resultados paupérrimos. Se está saliendo
Sánchez, que va a poner una academia para enseñar a perder. En esto es
insuperable. Conclusión, que salvo milagro, vamos de cabeza a unas
terceras elecciones.
Y a partir de ahí, ha madrugado el perdedor, y ya ha anunciado
Sánchez que su deseo es hacer primarias para elegir secretario general
el 23 de octubre y Congreso el 1 y 2 de diciembre. Inmediatamente
Podemos, que ve la deriva socialista, advierte y da por muerto el
acuerdo de investidura con el PSOE en Castilla la Mancha. Ferraz es un
dolor, y la guerra sucia se ha puesto en marcha. Circulan mensajes
enviados a militantes y simpatizantes por el entorno de Pedro Sánchez en
los que se reclama literalmente “apoyo por favor, avisa en privado a
personas de confianza, nada de grupos ni listas. Pedro dará voz a la
militancia. La militancia decide”. O sea, que Pedro quiere que parezca
un accidente, sin que le hagan grupitos, pero todos detrás de él al
precipicio.
“Sánchez es consciente de que es un cadáver político, pero se resiste
a ser enterrado y en cualquier caso parece dispuesto a enterrar él al
partido”, me dice un veterano del aparato. “Jamás se había visto en este
partido centenario un tipo tan calamitoso. Y ahora, está dispuesto a
todo. Y todo es todo. Esos mensajes evidencian que no es trigo limpio, y
que tiene miedo”.
En estas elecciones vascas y gallegas sí ha habido sorpasso, sobre
todo en Galicia, donde el PSOE es ya tercera fuerza política tras
Podemos y su marea. Un resultado pésimo. Los afanes de Sánchez, frenar a
Podemos y poder armar a partir de ahí una alternativa a Rajoy, ha
terminado de saltar por los aires. El panorama ante unas terceras
generales en diciembre es sombrío.
Una vez hecho el anuncio de las primarias y el Congreso, ahora
Sánchez está dispuesto a quemar las naves definitivamente. No se va a
parar en barras. Va a emplear todos los caminos posibles, pero va a
tener problemas. Hay un bloque de fieles que está dispuesto a inmolarse
con él, pero muchos dirigentes y militantes no están por la labor y van a
denunciar cualquier apaño que se pretenda. Atentos, porque nos espera
un mes en el que vamos a ver muchas peleas, muchas salidas de tono y
mucha pelea en las cloacas.
(*) Periodista
http://www.republica.com/en-el-anden/2016/09/26/maniobras-en-ferraz-tras-la-derrota/
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