MADRID.- La marcha de
Ana Pastor del Ministerio de Fomento para ocupar el sillón de la
presidencia del Congreso de los Diputados ha dejado a las constructoras
con la sensación de haber tenido una legislatura prácticamente en blanco
sin apenas inversión en obra pública. Muchos proyectos los ha dejado
inacabados y otros no se ha atrevido a realizarlos. Han sido cuatro años
marcados por la falta de presupuesto en un Ministerio que siempre ha
sido la joya de la corona en gasto, recuerda www.capitalmadrid.com
¿Las
causas? Sus detractores dicen que a Pastor la ha faltado punch para
ser más ambiciosa para invertir más. Los más benévolos afirman que
su propio Gobierno no la ha dejado gastar. “En un departamento
como el de Fomento donde lo que se necesita es dinero para
invertir, ha carecido de cash para desarrollar los proyectos de
infraestructuras”, señalan fuentes del sector constructor.
Y es que, con ser cierto que los Presupuestos apenas le han dejado posibilidad de maniobra, hay que admitir que Ana Pastor no ha tenido -en términos pugilísticos- pegada para pelearse con su homólogo Cristóbal Montoro a la hora de exigir más dinero. Por eso, el presidente Mariano Rajoy ha tenido al frente de Fomento a una buena profesional, una buena política, con capacidad de negociación con los empresarios, pero demasiado dócil a las exigencias de su mentor para no complicarle la vida con el gasto. Pastor le ha puesto energía y dedicación pero, al no disponer de dinero en la cartera, de poco ha servido toda su buena disponibilidad.
Las empresas constructoras y la patronal Seopan se han pasado los cuatro años de legislatura reclamando más dinero para infraestructuras y apenas si ha existido inversión pública. En un informe que la patronal de la construcción Seopan ha elaborado junto con la consultora AT Kearney , cifró hace meses que “España necesita invertir durante diez años entre 38.000 y 54.000 millones de euros para no perder el tren de la competitividad y el bienestar social respecto a los principales países europeos”.
Si nos comparamos con Alemania, Francia, Reino Unido e Italia, estamos bien dotados en autopistas y alta velocidad pero arrastramos un gran déficit en cuanto a infraestructuras y equipamientos de agua, sanidad, educación, medioambiente y telecomunicaciones.
La patronal de la construcción considera que no se necesita tanto esfuerzo inversor en el transporte como para proyectos sociales a los que en la última década no se ha prestado gran apoyo. Aspectos como la depuración de aguas, el tratamiento de residuos urbanos e industriales, la eficiencia y las interconexiones energéticas, la mejora de equipamientos hospitalarios y educativos, la extensión de las redes de telecomunicaciones o el deterioro de las infraestructuras ya construidas, son asignaturas pendientes que, según Seopan, el nuevo Gobierno que se constituya debería afrontar.
Seopan y la consultora At Kearney inciden en el informe que han elaborado en las deficiencias que España arrastra y cómo éstas se han visto acrecentadas por la caída de la inversión pública desde que arrancó la crisis en 2007. Por eso, hoy más que nunca se necesita la inversión privada. La patronal de la construcción considera que el sector privado podría asumir parte de la inversión, “hasta el 100%”, siempre y cuando “se dieran las condiciones adecuadas para ello”.
El sector defiende que, para que la inversión privada entre, es necesario un marco regulatorio estable que proteja a usuarios de la naturaleza de monopolio natural de infraestructuras, aporte seguridad a los inversores sobre niveles de precio y servicio, y se produzca un control eficaz por parte de la Administración Central para reducir la asimetría de información que ocurre entre las partes. El otro aspecto es que haya un Gobierno estable que aporte fiabilidad al sistema, situación que actualmente no se da.
Los proyectos que ambas partes plantean contribuirían a generar una actividad económica de entre 700.000 millones y un billón de euros en una década. Asimismo, se podrían crear entre 500.000 y 7500.000 empleos directos e indirectos. Además, consideraban entonces que la coyuntura económica había creado un apetito para invertir en proyectos de infraestructuras entre los grandes fondos de inversión, una situación que, en palabras del presidente de Seopan, Julián Núñez, “no se debería dejar pasar”.
Por ello, lo más urgente que el futuro ministro o ministra debería acometer es recuperar parte del gasto que han perdido las infraestructuras y pergeñar un marco regulatorio que aporte seguridad a la inversión privada y cofinancie aquellos proyectos que el Estado no puede acometer por problemas de déficit público.
Otro de los grandes retos que Ana Pastor se ha dejado en el cajón sin resolver es el eterno problema de las autopistas en quiebra. Es una de las grandes asignaturas pendientes a la que urge dar solución. Pastor reconoció recientemente que la situación podría reconducirse a la vuelta del verano, siempre que Rajoy salve la investidura y logre formar gobierno. La buena coyuntura económica y el aumento del tráfico que registran las autopistas implicadas puede favorecer una salida.
El plan que Fomento sigue ofreciendo es integrar las vías en quiebra en una empresa pública, tras aplicar una quita del 50% sobre la deuda que soportan de unos 3.200 millones de euros y convertir el resto del pasivo en un bono con una retribución garantizada del 1%.
En la cartera de Fomento sigue sin concluirse también la liberalización del ferrocarril, la entrada del primer operador privado del transporte ferroviario en el corredor Madrid-Levante. El concurso para elegir la empresa que competirá con Renfe debía haberse cerrado en 2014 para que el primer tren privado entrase en circulación pero el proyecto no ha visto la luz. Están también por concluir las nuevas líneas de alta velocidad que están en marcha como es el AVE a Galicia, País Vasco, Granada, Murcia o Castellón.
Lo que sí está en marcha y en fase final de adjudicación es el macrocontrato de Renfe para el suministro de los nuevos trenes de alta velocidad. La compañía ha recibido ofertas de Alstom, Bombardier, CAF, Siemens y Talgo. El contrato está valorado en unos 2.600 millones de euros e incluye la compra de 15 trenes de alta velocidad con posibilidad de otros 15 adicionales y el mantenimiento para unos 30 años. La adjudicación está prevista para el próximo mes de octubre.
La licitación de obras del AVE se desploma
un 76% en la primera mitad del año
Al descenso en el lanzamiento de nuevos contratos se sumó la paralización de algunos ya adjudicados ante las distintas reclamaciones de sobrecostes o modificaciones realizadas por las constructoras contratistas de los trabajos.
Adif tiene aún en construcción otros corredores AVE como son el de Extremadura y el Corredor Mediterráneo, y está pendiente de concluir los enlaces a Granada, Murcia y Castellón.
A pesar de ello, el lanzamiento de nuevas obras del AVE apenas supuso un 4% del total de obra pública promovida en todo el país en la primera mitad del año y constituyó uno de los motivos de su descenso.
Y es que, con ser cierto que los Presupuestos apenas le han dejado posibilidad de maniobra, hay que admitir que Ana Pastor no ha tenido -en términos pugilísticos- pegada para pelearse con su homólogo Cristóbal Montoro a la hora de exigir más dinero. Por eso, el presidente Mariano Rajoy ha tenido al frente de Fomento a una buena profesional, una buena política, con capacidad de negociación con los empresarios, pero demasiado dócil a las exigencias de su mentor para no complicarle la vida con el gasto. Pastor le ha puesto energía y dedicación pero, al no disponer de dinero en la cartera, de poco ha servido toda su buena disponibilidad.
Las empresas constructoras y la patronal Seopan se han pasado los cuatro años de legislatura reclamando más dinero para infraestructuras y apenas si ha existido inversión pública. En un informe que la patronal de la construcción Seopan ha elaborado junto con la consultora AT Kearney , cifró hace meses que “España necesita invertir durante diez años entre 38.000 y 54.000 millones de euros para no perder el tren de la competitividad y el bienestar social respecto a los principales países europeos”.
Si nos comparamos con Alemania, Francia, Reino Unido e Italia, estamos bien dotados en autopistas y alta velocidad pero arrastramos un gran déficit en cuanto a infraestructuras y equipamientos de agua, sanidad, educación, medioambiente y telecomunicaciones.
La patronal de la construcción considera que no se necesita tanto esfuerzo inversor en el transporte como para proyectos sociales a los que en la última década no se ha prestado gran apoyo. Aspectos como la depuración de aguas, el tratamiento de residuos urbanos e industriales, la eficiencia y las interconexiones energéticas, la mejora de equipamientos hospitalarios y educativos, la extensión de las redes de telecomunicaciones o el deterioro de las infraestructuras ya construidas, son asignaturas pendientes que, según Seopan, el nuevo Gobierno que se constituya debería afrontar.
Seopan y la consultora At Kearney inciden en el informe que han elaborado en las deficiencias que España arrastra y cómo éstas se han visto acrecentadas por la caída de la inversión pública desde que arrancó la crisis en 2007. Por eso, hoy más que nunca se necesita la inversión privada. La patronal de la construcción considera que el sector privado podría asumir parte de la inversión, “hasta el 100%”, siempre y cuando “se dieran las condiciones adecuadas para ello”.
El sector defiende que, para que la inversión privada entre, es necesario un marco regulatorio estable que proteja a usuarios de la naturaleza de monopolio natural de infraestructuras, aporte seguridad a los inversores sobre niveles de precio y servicio, y se produzca un control eficaz por parte de la Administración Central para reducir la asimetría de información que ocurre entre las partes. El otro aspecto es que haya un Gobierno estable que aporte fiabilidad al sistema, situación que actualmente no se da.
Los proyectos que ambas partes plantean contribuirían a generar una actividad económica de entre 700.000 millones y un billón de euros en una década. Asimismo, se podrían crear entre 500.000 y 7500.000 empleos directos e indirectos. Además, consideraban entonces que la coyuntura económica había creado un apetito para invertir en proyectos de infraestructuras entre los grandes fondos de inversión, una situación que, en palabras del presidente de Seopan, Julián Núñez, “no se debería dejar pasar”.
Por ello, lo más urgente que el futuro ministro o ministra debería acometer es recuperar parte del gasto que han perdido las infraestructuras y pergeñar un marco regulatorio que aporte seguridad a la inversión privada y cofinancie aquellos proyectos que el Estado no puede acometer por problemas de déficit público.
Otro de los grandes retos que Ana Pastor se ha dejado en el cajón sin resolver es el eterno problema de las autopistas en quiebra. Es una de las grandes asignaturas pendientes a la que urge dar solución. Pastor reconoció recientemente que la situación podría reconducirse a la vuelta del verano, siempre que Rajoy salve la investidura y logre formar gobierno. La buena coyuntura económica y el aumento del tráfico que registran las autopistas implicadas puede favorecer una salida.
El plan que Fomento sigue ofreciendo es integrar las vías en quiebra en una empresa pública, tras aplicar una quita del 50% sobre la deuda que soportan de unos 3.200 millones de euros y convertir el resto del pasivo en un bono con una retribución garantizada del 1%.
En la cartera de Fomento sigue sin concluirse también la liberalización del ferrocarril, la entrada del primer operador privado del transporte ferroviario en el corredor Madrid-Levante. El concurso para elegir la empresa que competirá con Renfe debía haberse cerrado en 2014 para que el primer tren privado entrase en circulación pero el proyecto no ha visto la luz. Están también por concluir las nuevas líneas de alta velocidad que están en marcha como es el AVE a Galicia, País Vasco, Granada, Murcia o Castellón.
Lo que sí está en marcha y en fase final de adjudicación es el macrocontrato de Renfe para el suministro de los nuevos trenes de alta velocidad. La compañía ha recibido ofertas de Alstom, Bombardier, CAF, Siemens y Talgo. El contrato está valorado en unos 2.600 millones de euros e incluye la compra de 15 trenes de alta velocidad con posibilidad de otros 15 adicionales y el mantenimiento para unos 30 años. La adjudicación está prevista para el próximo mes de octubre.
La licitación de obras del AVE se desploma
un 76% en la primera mitad del año
La licitación de nuevas obras
de construcción de líneas ferroviarias de Alta Velocidad (AVE) se
desplomó un 76% en el primera mitad del año en comparación con el mismo
perioro del ejercicio anterior, según datos de la patronal de grandes
constructoras Seopán.
Entre enero y junio se sacaron a concurso contratos de este tipo
de trabajos por un importe de 176,9 millones, frente a los 738,3
millones de euros que supusieron los lanzados un año antes.Al descenso en el lanzamiento de nuevos contratos se sumó la paralización de algunos ya adjudicados ante las distintas reclamaciones de sobrecostes o modificaciones realizadas por las constructoras contratistas de los trabajos.
Adif tiene aún en construcción otros corredores AVE como son el de Extremadura y el Corredor Mediterráneo, y está pendiente de concluir los enlaces a Granada, Murcia y Castellón.
A pesar de ello, el lanzamiento de nuevas obras del AVE apenas supuso un 4% del total de obra pública promovida en todo el país en la primera mitad del año y constituyó uno de los motivos de su descenso.
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