MADRID.- El millón de jóvenes mejor preparado de la historia se debate entre la
emigración, el desempleo o el empleo temporal y mal remunerado, se afirma hoy en www.capitalmadrid.com
El gran
desastre de la crisis ha sido la pérdida de toda una generación de
jóvenes con la mejor preparación de la historia de España. Los datos
resultan demoledores. Casi la mitad de los menores de 25 años se
encuentra en situación de desempleo, según los datos oficiales, mientras
que tres de cada cuatro que trabajan tienen la “suerte” de contar con un
empleo eventual. Además, uno de cada siete se encontraría en situación
de “ni-ni”, ni estudiaría ni trabajaría.
El
desempleo de los menores de 25 años baja con cuentagotas, pero
aún se mantiene en el nivel del 46,5%. Son nada más y nada menos que
670.000 parados, según los datos del Instituto Nacional de Empleo
(Inem). Y no sólo eso, se habla de que en los últimos años han
emigrado fuera de nuestro país más de 300.000 jóvenes, según
diversas fuentes.
El desastre de la crisis no son sólo este millón de personas al que el mercado laboral ha situado en el apartheid social de España. Es que del medio millón de jóvenes que se encuentra en desempleo, según datos del Instituto de Estudios Económicos (IEE), el 70,4% tiene un contrato laboral sin ningún tipo de seguridad. Si los que se encuentran en el extranjero se ven humillados con trabajos de categoría infame y los que se hallan en situación de paro carecen de ningún tipo de expectativas, los que están trabajando no pueden comprar una vivienda o ni siquiera alquilar un piso.
Medio millón de precarios
Según estos datos, de los 700.000 jóvenes con empleo, más de medio millón se encuentran en una situación precaria. Tanto que la propia Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) publicaba el pasado año un estudio que hablaba de que el salario medio de los jóvenes se había reducido desde los 1.210 euros al mes en el año 2008 hasta los 890 euros el pasado año. ¡Así no hay quien viva!
Sueldos bajos, encadenamiento interminable de contratos de prácticas y una reforma laboral que permite que en el primer año se pueda despedir a un empleado sin ningún tipo de indemnización constituyen un panorama aterrador del mercado de trabajo para los menores de 25 años.
Esta situación conduce al anacronismo de que la salida para personas que han estudiado una carrera sea presentarse a unas oposiciones. El pasado mes de febrero, se pudo comprobar cómo el 90% de los asistentes a la oferta de auxiliares administrativos del Estado eran menores de 25 años.
El desastre de la crisis no son sólo este millón de personas al que el mercado laboral ha situado en el apartheid social de España. Es que del medio millón de jóvenes que se encuentra en desempleo, según datos del Instituto de Estudios Económicos (IEE), el 70,4% tiene un contrato laboral sin ningún tipo de seguridad. Si los que se encuentran en el extranjero se ven humillados con trabajos de categoría infame y los que se hallan en situación de paro carecen de ningún tipo de expectativas, los que están trabajando no pueden comprar una vivienda o ni siquiera alquilar un piso.
Medio millón de precarios
Según estos datos, de los 700.000 jóvenes con empleo, más de medio millón se encuentran en una situación precaria. Tanto que la propia Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) publicaba el pasado año un estudio que hablaba de que el salario medio de los jóvenes se había reducido desde los 1.210 euros al mes en el año 2008 hasta los 890 euros el pasado año. ¡Así no hay quien viva!
Sueldos bajos, encadenamiento interminable de contratos de prácticas y una reforma laboral que permite que en el primer año se pueda despedir a un empleado sin ningún tipo de indemnización constituyen un panorama aterrador del mercado de trabajo para los menores de 25 años.
Esta situación conduce al anacronismo de que la salida para personas que han estudiado una carrera sea presentarse a unas oposiciones. El pasado mes de febrero, se pudo comprobar cómo el 90% de los asistentes a la oferta de auxiliares administrativos del Estado eran menores de 25 años.
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