miércoles, 3 de agosto de 2016

Rivera juega al bloqueo / Pablo Sebastián *

Obras son amores y no buenas razones. Albert Rivera sigue jugando a un bloqueo con disimulo con su ‘escasa’ abstención a la investidura de Rajoy que ni permite la formación del Gobierno ni ofrece estabilidad. Y para aparentar una disposición positiva se ha declarado favorable a hablar -no a pactar- de los Presupuestos y se le ha ocurrido un pacto de Estado (palabra ‘Estado’ que manosea con excesiva facilidad) ‘por la unidad de España’ lo que sería un grave error para dibujar una España fracturada y frentista. Si a Rivera le interesa tanto el Estado debería votar a favor de Rajoy e integrarse en un Gobierno estable y más fuerte.

Hay una enorme contradicción e hipocresía en la actitud de Rivera hacia Rajoy: por un lado afirma -pero no ante el propio Rajoy- que C’S no quiere que Rajoy sea el presidente del Gobierno porque ‘no tiene las manos limpias’. Si eso es así Rivera y C’s lo que tienen que hacer es votar ‘no’ a la investidura de Rajoy.

Lo que no tienen sentido es decir ‘no’ a Rajoy y a la vez ofrecerle la abstención de C’s para que Rajoy, el de ‘las manos sucias’, consiga ser presidente del Gobierno. Ni se explica que Rivera esté dispuesto a un pacto sobre Presupuestos y techo de gasto con el Rajoy de ‘las manos sucias’, y menos aún resulta admisible que Rivera proponga al Rajoy de ‘las manos sucias’ un pacto de Estado en defensa de la unidad nacional. Semejante actitud de Rivera es irresponsable y sólo busca aparentar un ‘no pero sí’ por si hay terceras elecciones y para evitar que gran parte de sus votantes se pasen al PP, que es lo que ocurrirá.

Al fondo de todo ello parece existir un pacto entre Pedro Sánchez y Albert Rivera que busca el fracaso de Mariano Rajoy en la investidura para que el PP empate el fracaso que PSOE y C’s protagonizaron el pasado 4 de marzo. Y, a partir de ahí, ambos dos ofrecer una solución tripartita entre el PP, PSOE y C’s exigiendo la cabeza de Rajoy. Pero si ese es el plan del ‘Doctor No’ y ‘Don Limpio’ se van a equivocar porque el PP no les dará la cabeza del ganador electoral a los perdedores del 26-J como es lógico y natural.

Además, Rivera sabe que si ahora vota a favor de Rajoy, Sánchez, a pesar de que anunció su ‘no’ a un posible gobierno del PP, C’s y CC de 170 escaños, tendría muy difícil votar en contra y si lo hace su tiempo al frente del PSOE se habrá acabado porque varios de sus barones ya se han pronunciado en ese caso a favor de la abstención socialista.

Por ello el ‘no’ de Rivera a Rajoy y su ofrecimiento de abstención no sirve para nada y demuestra dos cosas: que C’s es incapaz de asumir responsabilidades de Gobierno en España y en las autonomías como lo ha demostrado. Ni C’s es un partido responsable que de verdad quiera desbloquear la crisis institucional de España y favorecer un Gobierno estable. Lo que anuncia en unas terceras elecciones otro fracaso de C’s y en este caso puede que camino de su liquidación en línea con lo que le ocurrió a Rosa Díez en UPyD.

Rivera es un dirigente político que vive en el lío de las ocurrencias y en la contradicción. Y piensa que con esa simbólica abstención C’s salvará los muebles en unas terceras elecciones y se va a equivocar porque la sensación que transmite Rivera es que votar a C’s no sirve para nada más salvo para impedir una mayoría fuerte y la gobernabilidad. 


(*) Periodista


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