No hubo nada nuevo ni definitivo en el encuentro de Rajoy con Rivera
pero el presidente en funciones del Gobierno se dio por satisfecho con
lo que ha llamado ‘un primer paso’ valorando de manera positiva que el
líder de C’S esté dispuesto a negociar personalmente con él sobre los
Presupuestos Generales del Estado, lo que en su opinión abre un canal
permanente de comunicación.
Neil Amstrong dijo al iniciar su paseo en la Luna: ‘es un pequeño
paso para el hombre y un gran salto para la Humanidad’. Aquí no se llegó
a tanto pero a la vista del bloqueo general de la investidura Rajoy
parece haber echado campanas al vuelo con excesiva rapidez convencido de
que el pequeño primer paso de Rivera le puede facilitar el gran salto
hacia la investidura si finalmente se abstiene el PSOE.
Y a lo mejor considera el líder del PP que poco a poco se va
ablandando la posición de C’S ante el temor de Rivera a unas terceras
elecciones, lo que le obliga a estos pequeños gestos para desmarcarse
del PSOE y de su inmovilismo proverbial a pesar de la gravedad de la
crisis española.
Pero Rajoy se puede equivocar si no se da cuenta que entre PSOE y C’S
podría existir un pacto secreto o una coincidencia interesada en la que
el objetivo de ambos sería lograr en una primera instancia el fracaso
de Rajoy en la investidura para empatar el propio fracaso de Sánchez y
de Rivera en la investidura fallida del pasado 4 de marzo. Y a partir de
ahí ambos partidos podrían abrir la puerta de un acuerdo con el PP pero
sin Rajoy en la presidencia del Gobierno, buscando así culpar al PP del
bloqueo y del posible adelanto electoral.
Esta es la espada de Damocles que pende sobre la cabeza de Rajoy si
finalmente PSOE y C’S ofrecen gobernar el PP pero si su líder, lo que
podría en entredicho a Rajoy después de su doble victoria en los
comicios del 20-D y del 26-J. ‘Los pájaros -perdedores- no pueden tirar a
las escopetas’ del ganador, pensará el líder del PP. Pero la batida aún
está lejos de terminar y ya se habla de finales de agosto para convocar
el debate de la investidura si finalmente Rajoy decide presentarse en
el Congreso de los Diputados aunque solo fuera para poner en marcha el
tercer proceso electoral.
La actitud de Rivera de esconderse en la abstención carece de sentido
por tres razones esenciales: porque si se abstiene para facilitar que
Rajoy sea presidente, por el mismo precio podría votar a su favor una
vez que ambas posiciones conducen al mismo lugar; además Rivera dice en
público (pero no lo repite a la cara de Rajoy) que C’S no quiere votar a
favor de Rajoy porque no tiene ‘las manos limpias’ en los casos de
corrupción del PP, pero si eso es así lo que tiene que hacer C’S es
votar ‘no’ a Rajoy y no abstenerse, porque no es coherente que Rivera no quiera votar al Rajoy de ‘las manos sucias’ y a la vez abrir con él
una línea de contacto permanente, o pedir al Rajoy de ‘las manos sucias’
un pacto de Estado sobre la Unidad de España e incluso ofrecerle al
Rajoy de las ‘manos sucias’ la abstención de C’S y un pacto general
sobre los Presupuestos de 2017. ¿En qué quedamos?
Por cierto el nuevo pacto de Estado que pide Rivera -le encantan los
pactos de Estado pero no actúa en consecuencia- sobre la unidad de
España no parece oportuno porque incluye un frentismo innecesario, entre
buenos y malos partidos constitucionalistas, similar a la idea de
Sánchez de dividir el país entre izquierdas y derechas.
En cuanto al pretendido pequeño paso de Rivera que se cuide Rajoy de
semejante regalo no vaya a ser que al final sea él quien esté en la Luna
y fuera de la realidad. Y la realidad española implica que mientras el
PSOE siga en el ‘no’ da igual lo que digan y pacten Rivera y Rajoy salvo
que C’S vote a favor del PP porque en ese caso Sánchez se quedaría a
solas en el ‘no’ contra el líder del PP y eso complicaría su ya delicada
situación en España y en el interior del PSOE.
(*) Periodista
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